Administrar antibióticos a la madre durante el parto altera la flora intestinal del recién nacido
Un trabajo liderado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) demuestra que la administración de antibióticos a la madre durante el parto altera el proceso de establecimiento de la flora o microbiota intestinal en el recién nacido. El estudio, publicado en Journal of Pediatrics, muestra “grandes alteraciones” en el caso de niños prematuros.
La colonización inicial del intestino supone una primera fuente de estímulos antigénicos que resulta clave para la maduración del sistema inmune. Según los investigadores, cualquier alteración que se produzca durante el establecimiento de la flora intestinal incrementa el riesgo de sufrir varias patologías.
Pese a ser una práctica común presente en aproximadamente el 30% de los partos, el efecto de la administración de antibióticos a la madre, que se prescriben debido a distintas razones, sobre el desarrollo de la microbiota en el recién nacido no había sido evaluado antes de un modo sistemático.
“Resulta especialmente llamativo el tremendo impacto que tiene sobre el posterior establecimiento de la microbiota en el neonato. El uso perinatal de antibióticos, incluyendo la profilaxis intraparto, contribuye a incrementar los niveles de enterobacterias, microorganismos potencialmente patógenos, en la microbiota del recién nacido durante, al menos, el primer mes de vida”, destaca el investigador del CSIC Miguel Gueimonde, que trabaja en el Instituto de Productos Lácteos de Asturias.
El equipo de investigadores –formado también por científicos del Servicio de Salud Pública del Principado de Asturias y la Universidad de Parma (Italia)- han estudiado las heces de 40 recién nacidos, 27 prematuros y 13 a término, durante los tres primeros meses de vida. Sirviéndose de tecnología de secuenciación masiva de ADN, han analizado la flora intestinal empleando las secuencias del gen de ARN ribosomal 16S. Además, han llevado a cabo una cuantificación específica de distintos grupos microbianos.
Ya de por sí, los niños prematuros tienen cantidades menores de microorganismos comensales, como las bifidobacterias y los bacteroides, que forman parte de la microbiota normal, en comparación con los de niños sanos a término. “Estas alteraciones características de la prematuridad se ven, además, incrementadas por la exposición perinatal a antibióticos”, indica Gueimonde.
Con este trabajo, los investigadores sientan las bases para el desarrollo de estrategias de intervención dirigidas a corregir estas alteraciones y a favorecer el establecimiento de la microbiota intestinal en el niño prematuro, así como limitar el impacto sobre la microbiota del uso perinatal de antibióticos.