Un veterinario para operar un cambio en la universidad

Juan Francisco García Marín ULE

A. Vega/D. Fidalgo

Francisco García Marín es un riojano natural de Alfaro nacido en 1957. Su contacto con el mundo universitario se produce en 1974 al llegar a Zaragoza para estudiar Veterinaria en su universidad. En 1979 acaba la carrera y ejerce durante un año de veterinario en La Rioja. Después se incorpora al mundo de la universidad para preparar su doctorado que presentará en 1983 con el título de “Estudio Anatomopatológico y Biopatológico de la Angiostrongylosis canina”.

A Marín le gusta presumir de su primera etapa universitaria donde en su época de estudiante fue delegado de curso en varias ocasiones y en su época de doctorando ejerció de representante de Becarios de la Universidad de Zaragoza. El logro que más recuerda es el de haber conseguido que los becarios contaran con un seguro contra los accidentes.

En 1986 accede como Profesor Titular de Universidad en Zaragoza en el área de Patología Animal, especialidad de Anatomía Patológica. En dicha universidad ejerce la docencia de asignaturas como Citología e Histología, Anatomía Patológica General y Especial.

En 1993 García Marín se presenta a la cátedra de Anatomía Patológica que convoca la Universidad de León, consiguiéndola e incorporándose a la Facultad de Veterinaria de la ULE en el año 1994.

Veterinaria, ese mundo aparte en el Campus

Veterinaria es una facultad especial, por su historia y por lo que ha supuesto en el prestigio y proceso fundacional de la Universidad de León. Siempre ha sido la facultad mimada en personal y en dotación de sus laboratorios, lo que le ha generado no pocas críticas dentro de la universidad. También ha sido uno de los ejemplos claros de la endogamia universitaria, como ocurre en otras muchas facultades de la institución leonesa.

Cuando Marín llega como catedrático en 1994, en aquellos años en que el sistema permitía que ocurrieran estas cosas de que un foráneo ocupara una plaza, le recibieron con uñas y dientes en parte de su departamento y en la facultad. Esto es algo que ocurre típicamente en todas las universidades, que cuando una plaza pensada para uno de dentro la gana uno que viene de fuera se le atiza a ver si así se va.

El ascenso de Marín en los estamentos universitarios se produjo un poco por casualidad ya que tras el convulso decanato del profesor Paco Rojo un grupo de Veterinaria necesitaba de un catedrático que se enfrentara a Felipe Prieto. Como algunos otros catedráticos de peso ya estaban en otras labores en Rectorado García Marín se ofrece como candidato y gana por la mínima al candidato de Rojo y se convierte en decano en el año 2002.

Con él en el decanato se implanta algo de lo que presume especialmente Marín, la creación de la Comisión de Docencia, que se encarga de regular la misma en la complicada y farragosa Facultad de Veterinaria.

En el decanato estará durante las dos legislaturas que como máximo prevee la normativa de la Universidad con una importante batalla interna que se arrastra de la división histórica en dos grupos enfrentados que ha sufrido Veterinaria. Sus críticos le achacan su no intervención firme en los asuntos de la parte de clínica veterinaria y las polémicas sufridas con el traído y llevado Hospital Clínico Veterinario, con alguna que todavía colea.

La principal propuesta de Marín para su rectorado es un cambio profundo en el organigrama piramidal de poder y gestión de la Universidad de León. Esto unido a sus variadas propuestas para el resto de la universidad intentan evitar que Hermida revalide su mandato y gestión al frente de la ULE. El jueves sabremos si sus propuestas han convencido a la comunidad universitaria o bien seguirá el equipo actual.

La duda final es si Marín será candidato de una sola vez o si pierde se prepará para las elecciones del 2016.

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