Universidades de España y EEUU debaten sobre cómo actuar ante emergencias y exclusión de alumnos

Carlos S. Campillo/Ical. El rector de la ULE, José Angel Hermida, y el presidente de la Asociación de Programas Universitarios Norteamericanos en España (Apune), Manuel Colás (I) inauguran el IV encuentro entre universidades españolas y norteamericanas.

S. Gallo/Ical

Cerca de 70 profesionales procedentes de más de medio centenar de universidades de España y norteamericanas se reúnen hoy en León para analizar y buscar soluciones a los diferentes motivos de discriminación y aspectos en materia de seguridad y emergencia a los que tienen que hacer frente los estudiantes. En concreto, se abordaron cuestiones legales relacionadas con los estudiantes estadounidenses que están recibiendo algún tipo de formación en universidades españolas, y cuestiones de discriminación y situaciones de emergencia para desarrollar protocolos de actuación.

Organizado por la Asociación de Programas Universitarios Norteamericanos en España (Apune) y la Universidad de León (ULE), el encuentro pretende abordar temas de interés que se encuentran los estudiantes cuando viajan a España “y que a veces no se sabe cómo tratar”, explicó la directora del Área de Enseñanza no reglada de la ULE, Milka Villayandre.

Los problemas más habituales que se registran tienen que ver con enfermedades, los problemas psicológicos como consecuencia del choque cultural o emergencias médicas, además de los excesos nocturnos. El número de estudiantes estadounidenses que viajan a León se ha incrementado en los últimos años hasta contabilizar alrededor de 150 cada año, y aunque eso estadísticamente podría suponer mayores dificultades y problemas, en la capital leonesa no se ha registrado ningún problema salvo algún atropello o aspectos médicos sin relevancia.

En este “punto de encuentro” se han organizado varias sesiones de trabajo en una reunión anual que pretende fomentar las relaciones entre universidades de ambos lados del Atlántico y hacer frente a “temas de especial interés”. En esta ocasión, la temática elegida tiene que ver con las emergencias y los protocolos que deberían activarse en estos casos, como indica el título de la jornada 'Situaciones de emergencia y exclusión: protocolos de actuación'.

El profesor de Lingüística Hispánica de la Pardue University de Indiana, Alejandro Cuza, ofreció una ponencia en la que habló de prejuicios y discriminación lingüística, y concretamente sobre la variación de dialectos de algunos de los hablantes que viajan a España. “Yo soy cubano y se dice jugo, no zumo”, explicó. Esas variedades del español, tanto de la península como del español de América fue objeto de debate, y en especial cuáles son las actitudes que hay que adoptar “si tenemos un estudiante que tienen una forma diferente de hablar, pero que no es incorrecta”.

El objetivo de esta ponencia es aprender a ser “un poco más abierto” a esas variaciones dialectales “en lugar de decir que es incorrecto”, aclaró. La importancia de estas diferencias está en seguir la dicotomía “de lo que está mal y está bien” y aceptar las diferencias lingüísticas de los estudiantes para darles “otras opciones para que puedan ser más exitosos desde un punto de vista académico y social”, insistió Cuza.

Jessica Retis, directora residente de los programas internacionales de la California State University, hizo una revisión sobre las situaciones de racismo y exclusión que se dan entre los estudiantes, así como de la responsabilidad que tienen los medios de comunicación en el discurso público.

Según Retis, el periodismo está atravesando “una fase importante de cambio” porque en la inmediatez actual los periodistas “vienen de cubrir una inauguración, una mesa de debate... y esa capacidad que antes tenía el periodista de poder investigar y reportar, cada vez es menos en tiempos de recursos económicos y de tiempo”, algo que está “mermando” la capacidad del discurso periodístico “por entender la diversidad”, finalizó.

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