La Universidad de León celebró con la lectura de un manifiesto el Día Internacional de la Educación Social

Lectura en la Universidad de León de un manifiesto por el Día Internacional de la Educación Social.

Redacción ILEÓN

La Facultad de Educación de la Universidad de León (ULE) ha celebrado este lunes un acto informativo con motivo del Día Internacional de la Educación Social que se conmemora el 2 de octubre. Un grupo de estudiantes del Grado en Educación Social han dado lectura al manifiesto del Consejo General de Colegios de Educadoras y Educadores Sociales (CGCEES) en el que han reivindicado una reflexión sobre la dimensión ética de la profesión y dar visibilidad al Código Deontológico de la Educación Social como instrumento orientador en la práctica socio-educativa.

Se trata de una reflexión que trata de dar respuesta a un momento actual donde “todos los cambios existentes, las continuas crisis, los problemas persistentes, las nuevas estructuras de las entidades privadas y las administraciones públicas, las modificaciones en los planes de estudios, las inéditas situaciones de exclusión..., plantean nuevas exigencias y fundamentos en la formación universitaria y en las propias prácticas profesionales en el quehacer diario”.

Con el propósito de mejorar el clima laboral y la propia intervención educativa, subrayan que se hace necesario tiempo “para pensar sobre el hecho educativo, evaluar los proyectos en los que participamos y proponer una metodología de trabajo en equipo y analizar los conflictos éticos existentes a la luz del código deontológico de la profesión”.

La ULE oferta el Grado de Educación Social desde hace doce años y en la actualidad cursan estos estudios en la Facultad de Educación un total de 160 universitarios. En la lectura del manifiesto los estudiantes también han reivindicado la importante labor del educador social, sobre todo en la actualidad, donde, según han especificado, “estamos asistiendo a un progresivo declive de los derechos sociales y, a un crecimiento exponencial de desigualdades sociales, por las consecuencias generadas a partir de la globalización económica, política y social; por ello, quizás, hoy más que en ningún otro tiempo histórico, hay que trabajar en pro de una ciudadanía más crítica”.

Ante estas circunstancias que atraen peligros como la desinformación, la violencia y la xenofobia, “la educación social ha de seguir construyéndose en los planos teórico y de la práctica con altura de miras y para ello hay desafíos que ha de afrontar como la participación en los procesos de toma de decisión educativos, la búsqueda de sinergias entre el mundo académico y los movimientos sociales, y contribuir a la transformación de las prácticas profesionales y sociales”.

Son desafíos para el ejercicio de la profesión y la mejora de la calidad del trabajo que enlazan con otra reivindicación, la presencia del educador social dentro de la figura del Coordinador de Bienestar y Protección que desde este curso académico deben tener los centros educativos, como así se recoge en la Ley de Protección a la Infancia y Adolescencia. Una figura que, a juicio de Lourdes Gutiérrez, decana de la Facultad de Educación, ha de ser desempeñada “por las personas a las que formamos como Educadores Sociales y no por un docente del centro al que se le asigna esta tarea y que supone una sobrecarga en su trabajo. Creo que es muy importante reivindicar el papel del Educador Social en esa figura del coordinador de Bienestar en los centros de enseñanza”.

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