Dispositivos hápticos para el tacto en la simulación.

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Dicyt

En un conocido videojuego de carreras de coches para la videoconsola Wii, cada vez que el jugador atraviesa una zona de baches o choca contra alguno de sus contrincantes el mando que sostiene entre las manos vibra, de tal manera que se reproduce de una forma primaria lo que sentiría si eso sucediera en la realidad. Éste es un ejemplo primario de las posibilidades que ofrecen los denominados dispositivos hápticos, los cuales son capaces de introducir en la simulación el sentido del tacto, que se suma a los ya existentes de vista y oído. La Universidad de León celebra durante esta semana un curso sobre estas tecnologías en el que participan diferentes alumnos con conocimientos de programación.

El háptico es al tacto lo que lo gráfico es a la vista, de tal manera que su inclusión en un sistema audiovisual permite al usuario, estableciendo contacto manual con el aparato, tocar lo que aparece en la pantalla. Su funcionamiento está basado en una serie de sensores y pequeños motores que sirven para que éste adopte unos parámetros que reproducen una determinada situación, ha explicado a DiCYT Camino Fernández Llamas, investigadora de la ULE y una de las responsables del curso.

Así por ejemplo, si en el monitor de un ordenador al que está conectado el háptico aparece una pelota de goma, el jugador notará cómo al tocarla se ablandará; mientras que si figura una caja de cartón rugosa, podrá notar sus surcos mientras la recorre con la mano.

Uno de los campos en el que habitualmente se aplican este tipo de herramientas es el de la simulación de experiencias de vuelo, de conducción o de ejecución de diferentes tareas de trabajadores de centrales nucleares, eléctricas o plataformas petrolíferas, entre otras muchas. “Están destinados al entrenamiento de todos los operarios que no se pueden ejercer sin más desde el primer día en el puesto de trabajo, sino que se tienen que entrenar antes para evitar fallos o complicaciones”, ha destacado.

Aplicaciones en cirugía

Uno de los campos en los que estos dispositivos hápticos cuentan con más aplicaciones es la medicina y, en concreto, la cirugía, para la que existen simuladores que permiten a los futuros profesionales sentir el tacto de una parte del cuerpo de un paciente en una operación. Existen dispositivos con los que se pueden emular situaciones diferentes, pero también otros, “bastante más caros”, destinados a situaciones específicas.

“Puede haber uno que simule todo el armazón del asiento del dentista, con todo el instrumental, y el paciente virtual. Entonces, el dentista entrena como si estuviera con un paciente de verdad y siente el tacto de la boca del paciente, del torno o de la jeringuilla que usa para poner la anestesia”, ha incidido. En otro, específico del tratamiento de un aneurisma de aorta, el practicante podrá introducir el catéter en el cuerpo del paciente e ir ensayando el modo correcto de realizar ese delicado procedimiento.

Uno de los objetivos “a largo plazo” de los investigadores de la Universidad de León es aplicar estos dispositivos hápticos en la simulación de operaciones de veterinaria para los alumnos de esta facultad. De momento, los aparatos de los que dispone los están usando en el desarrollo de juegos para la rehabilitación de las personas mayores. “Es para todos los juegos que cuando van a los cursos de memoria les ponen, como el de mover un punto en la pantalla o hacer un puzle”.

Uno de los proyectos en los que trabajará el equipo consiste en la creación de un tangram (juego que consiste en formar una determinada silueta, como un cuadrado, con la unión de una serie de piezas) en el que se incluyan estos sistemas hápticos. “Se les mostraría en la pantalla las fichas del tangram y ellos las moverían y así lo notarían”. Y si la actividad se desarrollara sobre un espacio acotado por paredes, se simularía la imposibilidad de atravesar el muro cuando lo toquen con la pieza, ha aseverado.

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