Termina un año de unión para preservar el urogallo, a un paso de la extinción

Urogallo

Efe

En 2011 se ha iniciado de forma efectiva el proyecto LIFE+ Urogallo cantábrico, cofinanciado por la Unión Europea, mediante el que las administraciones públicas unirán sus esfuerzos para evitar la desaparición de una especie que, sin embargo, continúa estando a un paso de la extinción.

Este plan supone que tanto el Gobierno central como la Fundación Biodiversidad y las Comunidades Autónomas que tienen o han tenido urogallos cantábricos, como son Castilla y León, Galicia, Asturias y Cantabria, intentarán mejorar la vida de esta especie y trabajarán por no destruir su hábitat, ha explicado a Efe el responsable del área de Conservación de la organización SEO/BirdLife, Juan Carlos Atienza.

“Los avances logrados en 2011 han motivado que cada vez seamos más los que queremos que el urogallo no se extinga y los que hemos tomado conciencia de que esta especie está inmersa en un grave problema”, ha valorado Atienza.

En 2011 también se ha avanzado en investigación para conocer el modo de vida de los ejemplares que quedan y en la mejora de sus hábitats, tanto en el control de los depredadores como en la realización de pequeños desbroces en los montes de la Cordillera Cantábrica para favorecer la aparición de arandaneras, un alimento muy importante, especialmente para las hembras del urogallo.

Ha sido un año marcado también por la condena del Tribunal de Justicia de la Unión Europea a las autoridades españolas por permitir varias minas de extracción de carbón a cielo abierto en León que infringían las normas medioambientales comunitarias al implantarse en zonas donde habitan especies protegidas como esta.

Atienza ha calificado esta sentencia de “noticia agridulce”, puesto que, a pesar de ser positiva, se ha aplicado a una zona de la provincia en la que apenas quedaban ya ejemplares de urogallo porque “la actividad humana ya había hecho que desapareciesen casi completamente”, ha insistido.

No obstante, Atienza ha valorado el hecho de que los tribunales “reconozcan la molestia a los urogallos como una causa por la que no se pueden hacer infraestructuras o proyectos”, puesto que motiva “que las administraciones y las empresas vayan cambiando sus hábitos” para ayudar a las especies en peligro de extinción.

El responsable de la organización ha incidido en que a pesar de estas novedades “aún queda mucho por hacer” en materia de preservación del urogallo cantábrico, cuya población se ha visto reducida en más de un treinta por ciento en los últimos veinte años.

En este sentido, Atienza ha pedido a las administraciones públicas que en 2012 no se reduzcan las inversiones y el esfuerzo en personal que trata de evitar la extinción de esta especie. “Que la biodiversidad no pague la crisis”, ha añadido.

Del mismo modo, ha sugerido que se busquen alternativas a infraestructuras como la autovía Ponferrada-La Espina y a otras que puedan afectar “a los pocos cantaderos de urogallos que hay”, ha insistido.

También durante este año el Ministerio de Medio Ambiente catalogó al urogallo cantábrico como especie que continúa en peligro de extinción, lo que obliga a las Comunidades Autónomas en las que habita a hacer un seguimiento específico de estos animales y evaluar su estado de conservación.

Se calcula que queden unos quinientos ejemplares de urogallo cantábrico, una subespecie única porque, a diferencia del resto de urogallos del mundo que viven en Escocia, Escandinavia o Rusia, habita en bosques de hoja caduca.

Dentro de esta subespecie, hace un año se catalogó una aún más inusual, formada por unos cuarenta ejemplares de urogallo que han optado por bosques de clima mediterráneo de la provincia de León, una zona que constituye su límite sur.

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