La resina, un multiproducto con alma verde

Juan López / Ical

Un imponente olor a aguarrás se impregna en la nariz nada más atravesar la puerta. Un aroma que traslada a la infancia, a ese momento en el que un padre o una madre barniza una puerta o al día en el que se pinta una habitación o el baño está recién fregado. Ese cariz a aguarrás emana de la destilación de la resina, un producto que ha recibido un fuerte impulso en Castilla y León, principalmente en la zona de Pinares de Segovia, y con el que se elabora una multitud de productos. Todo ello con alma verde, vegetal, pero de color dorado, la sangre del pino, que puede excretar hasta cuatro kilos al año, aunque la media es de mil gramos menos.

La planta de Resinas Naturales, en Cuéllar (Segovia), con una veintena de trabajadores, es una de las cinco transformadoras de resina de Castilla y León (siete en total en España). Normalmente, éstas trabajan en una primera fase, pues luego comercializan a otras firmas para la elaboración de producto final, tales como fragancias, ceras depilatorias, pinturas, esmaltes, tintas de impresión, caucho, asfalto, adhesivos y la goma base para los chicles, entre otros muchos. Además de productos de higiene y belleza, contienen parte de resina todos aquellos de carácter biodegradable, como los ambientadores y, por ejemplo, los platos de los concursos de tiro.

Todo ello procede de la colofonia, uno de los dos provechos de la resina o miera, la que es sólida, pues el aguarrás es el otro, el líquido. “Cualquier producto que te puedes imaginar de la vida cotidiana tiene colofonia porque es un fijador de aromas muy importante, como por ejemplo el olor a agua de mar o frutas del bosque”, sentencia Hugo Miguel, uno de los técnicos de la fábrica. Es decir, lo que no se fabrica con mineral o piedra, contiene resina, tanto natural o sintética.

En este centro, la resina entra en bidones de 220 kilos y sale transformada en sólido y en líquido tras un proceso de destilación que utiliza una caldera de vapor como matriz energética y del que poco se puede contar, pues la tecnología utilizada es puntera y a la vez secreta tras realizar altas inversiones.

En un recorrido por la fábrica y con la compañía continua del olor a aguarrás, Miguel destaca que la “magia del sector” en la zona norte de la provincia de Segovia se encuentra en que éste “reactiva la comarca, porque se explotan de forma regular los pinos”. Añade que los árboles segovianos y vallisoletanos emanan una miera “de alta calidad, de la mejor del mundo, y por eso cuenta con una salida al mercado razonablemente cómoda”. De ahí que su proceso de destilación sea totalmente natural, sin entrar en contacto con químicos, con lo que se obtiene un producto multicomponente como es la colofonia. “Es como la sangre, que también es multicomponente porque lleva glóbulos rojos y blancos y plaquetas, pero le llamamos sangre”, dice Miguel.

Esta empresa cuenta con 400 proveedores de resina de las provincias de Soria, Ávila, Valladolid y Segovia (hay unos 700 en la Comunidad), pero también, por ejemplo, de Extremadura. Una vez transformado el producto, venden la colofonia a una empresa con sede en Barcelona. “Trabajamos a demanda, como una ebanistería”, reseña Carlos Rivilla, encargado de Logística de Resinas Naturales, quien explica que cuando tienen un pedido llega el camión y carga los bidones galvanizados de 250 kilos, en los cuales se ha solidificado este curioso producto a temperatura ambiente.

El desarrollo del sector

De este sector dependen en la Comunidad casi un millar de empleos, que es casi lo mismo que decir en España, pues únicamente en Cuenca existe otra planta de este tipo. En total, Coca, Cuéllar, Lastras y Aguilafuente, todas en Segovia, más la fábrica conquense. A ellas se suman otras más pequeñas. En esta cifra de puestos de trabajo se integran los operarios resineros que miman cada árbol, de unos 25 años de vida útil, a sabiendas de la importancia de la sustancia que guardan, pero también los empleados en las diferentes fábricas.

Lo sabe muy bien el alcalde de Coca, Juan Carlos Aparicio, representante de los ayuntamientos en la Mesa de la Resina de Castilla y León. Ha desarrollado en esta localidad un trabajo de gran relevancia para recuperar un sector que fue puntero a mediados del siglo XX en esta comarca, donde trabajaban de la miera 4.800 personas con una producción de 55.000 toneladas al año y que decayó con la entrada de China en este mercado hace varias décadas. No obstante, el cambio de la situación socio-económica en el gigante asiático ofrece ahora una oportunidad para recuperar la resinación en el sur de Europa a niveles de alta producción, a lo que se suman razones coyunturales para apostar por ese apogeo, como la crisis económica o la escasez de materia prima.

El regidor caucense subraya que la producción actual de resina en Castilla y León asciende de media a 9.000 toneladas anuales, el 81 por ciento de la nacional, gracias a las 18.000 hectáreas de pino 'pinaster' (25.000 en el conjunto del país). “Un sector inexistente en Segovia a finales del siglo XX, el año pasado fue el primer exportador en la provincia frente a la agroalimentación”, sostuvo. En Coca, por ejemplo, entre el centenar de resineros y la fábrica de Luresa otorgan el 50 por ciento de los ingresos del consistorio.

Impulso a los precios

Sin embargo, cuenta con un hándicap. Se necesita un mayor impulso y precios transparentes, pues para esta campaña aún se están negociando y ello crea cierta incertidumbre. En 2013, se situaron en 1,14 euros por kilo para la colofonia nacional, frente a 1,40 euros de la importada, mientras que en 2011 era de 1,26 y 2,29 euros, respectivamente. Pide que los precios para esta campaña sean “reflejo del buen momento por el que atraviesa el sector”.

En la Mesa Nacional del Clima, de la que Álvarez es miembro, ha expuesto en varias ocasiones que con apoyo es posible llegar en España a los 15.000 empleos que dependan del sector más otros 400.000 en biomasa procedente de la limpieza de estos montes, con lo que se contribuiría, dice, a la conservación de la biodiversidad y otros valores de los pinares, especialmente para la prevención de incendios y reducir la huella de carbono.

Álvarez señala que la visión de explotar el sector es nacional. Aunque empezó en Segovia, Valladolid y Ávila, cuenta ya con colaboraciones realizadas con Canarias y Galicia a nivel administrativo. De hecho, recuerda que el Consejo de Ministros aprobó a finales de año que la reforma fiscal contemple un apartado para que la extracción de resina se incluya en el Régimen Especial de la Agricultura, Ganadería y Pesca del IVA ya en 2015. “Llevábamos con esta negociación con el Ministerio de Hacienda desde octubre de 2013 para que el resinero esté considerado en su tributación como trabajador agrario, con la titularidad de las explotaciones resineras. Así tributará con beneficios económicos”, precisó el regidor.

Aunque suene extraño, a favor del sector están las políticas forestales de pino resinero; la política europea y reducción de CO2; y el “tercer y mejor aliado”, que la economía española “se verá beneficiada”. La meta es incrementar la demanda del producto. Desde el pintor, el artista, la fábrica de tintas o el aguarrás natural. “El consumidor se está dando cuenta de que lo barato es caro, incluso con su propia vida”, indica Álvarez, que señala como ejemplo que la resina natural es la base de las pinturas de las Cuevas de Altamira “y mira lo que han durado”.

También defendió este producto porque ha sido la fuente histórica de energía para alumbrar las estancias con anterioridad a la luz, gracias a las teas fabricadas con resina. Otro ejemplo: “Si un barco no lo calafateabas con derivados de resina, por mucha madera que hubiera se hundía, por eso ardían tan bien”.

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