Los biólogos proponen un modelo de gestión más sostenible de los depredadores en los cotos
Investigadores de la Fundación Artemisan (Ciudad Real), Universidad de Córdoba y Universidad de León han publicado un estudio que analiza la gestión de depredadores en cotos de caza para avanzar hacia un modelo más sostenible en favor de una gestión integral de la depredación.
El trabajo al que ha tenido acceso la Agencia EFE, publicado recientemente en la revista científica Animals, se basa en datos de 373 cuestionarios realizados en cotos de caza y en información proporcionada por los departamentos autonómicos de fauna silvestre.
El 87% de los cotos encuestados realiza algún tipo de control de depredadores, siendo el zorro rojo (Vulpes vulpes), el jabalí (Sus scrofa) y la urraca (Pica pica) las especies más frecuentemente gestionadas.
Sistemas de control
El control mediante disparo está autorizado en todas las comunidades autónomas, mientras que el uso de trampas de retención homologadas solo está permitido en once regiones y se utiliza activamente en siete.
La intensidad del control varía según quién lo realiza: los guardas de caza a tiempo completo logran mayores tasas de captura de zorros, mientras que los cazadores obtienen mejores resultados en el caso de las urracas y los jabalíes.
Los autores destacan que, aunque la legislación nacional exige métodos selectivos y no masivos desde la aprobación de la Ley 42/2007 de Patrimonio Natural y Biodiversidad, aún existen diferencias significativas entre comunidades en cuanto a regulación, certificación de especialistas y uso de métodos autorizados.
En autonomías como Castilla-La Mancha y Extremadura, donde se ha recuperado el lince ibérico (Lynx pardinus), se aplican restricciones específicas para evitar capturas accidentales de esta especie protegida.
Gestión del hábitat
El estudio también analiza el papel de la gestión del hábitat como medida complementaria para reducir la depredación.
Curiosamente, los cotos que no realizan control de depredadores aplican más medidas forestales y agrícolas que aquellos que sí lo hacen, lo que sugiere que la mejora del entorno puede ser una alternativa eficaz al control directo de especies.
Los investigadores proponen avanzar hacia un marco nacional de 'gestión de la depredación' que combine el control selectivo con la mejora del hábitat y la integración de depredadores ápice como el lince ibérico o el águila imperial.
También abogan por facilitar el control de gatos asilvestrados mediante métodos no letales, dado su impacto demostrado sobre la fauna silvestre.
El estudio concluye que la profesionalización del control, el uso de nuevas tecnologías como cámaras trampa y aplicaciones móviles, y la implicación de cazadores en programas de seguimiento voluntario son claves para una gestión cinegética más eficaz y respetuosa con la biodiversidad.
