Valdespino de Somoza brilla por Navidad: la magia construida a base de rollos de paja y pura artesanía
El pueblo de Valdespino de Somoza, la pequeña localidad de la comarca de Maragatería, vuelve a convertirse estas fechas en un escenario navideño digno de un cuento. Desde hace años, el pueblo ha apostado por una tradición tan singular como entrañable: transformar rollos de paja en auténticas figuras y escenas que decoran cada rincón de sus calles. Y en esta edición, la imaginación de sus vecinos ha ido un paso más allá cargado de artesanía y mucho mérito.
El resultado es una decoración completamente artesanal que, más que adornar, narra una historia de unión vecinal. La gran novedad de este año es el llamado tren de la magia, una composición elaborada a partir de rollos de paja meticulosamente pintados y decorados, que se ha convertido en uno de los principales atractivos para visitantes y curiosos.
A su alrededor, el pueblo despliega otras creaciones igual de sorprendentes: un árbol de Navidad gigante construido también con rollos apilados, iluminado con decenas de luces; una acogedora casita navideña que parece salida de un belén rural; y un Papá Noel de grandes dimensiones que está custodiado por varios paquetes regalo.
Cada pieza incorpora pequeños detalles, como lazos, bastones de caramelo, coronas o guirnaldas, que dejan ver el trabajo paciente y la dedicación de quienes participan en la iniciativa. La mayoría de estas decoraciones nacen de materiales sencillos y reciclados, demostrando que la creatividad y el espíritu comunitario pueden suplir la falta de grandes presupuestos.
Detrás de este proyecto está la implicación constante de la Junta Vecinal y de los propios habitantes, que encuentran en esta tradición una forma de mantener vivo el pueblo durante la época invernal. Preparar las figuras, colocarlas y ver cómo se iluminan al caer la tarde se ha convertido en un momento de convivencia esperado por todos.
Con esta decoración que mezcla artesanía y fantasía rural, Valdespino de Somoza invita a quienes buscan una Navidad diferente a recorrer sus calles y dejarse sorprender por unas creaciones que, cada año, renuevan la magia de estas fechas. Una propuesta sencilla pero luminosa, nacida del trabajo en equipo y del cariño de un pueblo que se resiste a perder sus tradiciones.
