Tours por pueblos de León: una nueva forma de atraer al turismo y poner en valor el patrimonio rural

La Asociación Cultural Llampaces de Villacorta en su tour por Lois.

Sara Lombas

El turismo es para muchos pueblos de la provincia de León un motor económico importante para frenar los efectos de la despoblación que, en mayor o menor medida, se ha convertido en una realidad de la llamada España Vaciada. Un turismo rural que se caracteriza por entrar en contacto estrecho con la naturaleza pero que olvida el patrimonio cultural del que disponen los pueblos leoneses. Contra esto están luchando varios municipios y localidades de la provincia como Riello, Lois, Vega de Espinareda o Villar que ofrecen visitas por sus calles y monumentos.

Son muchos los viajeros que, al llegar a una ciudad, optan por participar en los conocidos free tours que muestran en unas horas los monumentos, iglesias o plazas más relevantes del destino en el que se encuentran. Un patrimonio del que también disponen los pueblos y que, sin embargo, pasa completamente desapercibido. 

Ahora ya son varios los pueblos de la provincia que se suman a este tipo de atracción turística y que ofrecen durante el verano rutas con el objetivo de poner en valor los tesoros escondidos y en muchas ocasiones infravalorados del entorno rural. Un ejemplo de ello es el free tour del que dispone el municipio de Riello y que propone a los turistas recorrer a través de cuatro rutas distintas que incluyen iglesias, castillos e incluso un castro. 

El historiador del arte Darío Álvarez es el responsable de llevar a cabo esta actividad. Su proyecto comienza después de que se le concediera una beca Ralbar de la Universidad de León y desde hace dos se encarga de la Oficina de Turismo que potencia esta ruta: “El patrimonio rural está muy poco estudiado y poco valorado. Se trata al arte popular como algo peyorativo. Es cierto que en los pueblos no hay obras de grandes artistas pero hay que poner en valor que en aquella época y en aquel entorno ellos intentaban tener una iglesia que fuese tan bella como las de las ciudades o los grandes pueblos; eso hay que conservarlo”. 

Hay que poner en valor que en aquella época y en aquel entorno ellos intentaban tener una iglesia que fuese tan bella como las de las ciudades o los grandes pueblos

Darío Álvarez Guía de Riello

Este free tour, bajo el título 'El arte olvidado', se repite todas las semanas de jueves a domingo y cada día se visitan varias localidades del municipio de Riello: los jueves en Socil y Ariego de Abajo, el viernes se centran en el Castro de la Lomba y Rosales, los sábados se visita Pandorado, La Omañuela y Curueña, y finalmente los domingos se dedican a las localidades de El Castillo, Cirujales y Valbueno. 

Algunas de las paradas son la casona de los Álvarez-Valcarce cuyo interior se puede visitar y que se ha convertido prácticamente en un museo etnográfico, el palacio de los Tusinos en Folloso, la iglesia de San Miguel Arcángel, el santuario de Nuestra Señora de Pandorado (conocido por la romería que se realiza en honor a la Vírgen de la Asunción) o el castillo de Benal entre otros monumentos. 

“Queremos que mediante estas rutas se dé a conocer el patrimonio pero también que se mantenga porque con esto podemos llamar la atención a las instituciones y que el patrimonio pueda conservarse con su ayuda”, afirma Darío. 

Así, todas las paradas de las rutas en Riello destacan por sus excepcionales estados de conservación para tratarse de un pueblo como Riello y que no pueden entenderse sin el papel de Ana Zabaleta; la restauradora del municipio que se encarga de que tanto los turistas como los vecinos sean capaces de apreciar el patrimonio municipal.

Ana nació en Miranda de Ebro y abandonó la carrera que iba a hacer que se convirtiera en aparejadora por seguir su vocación de restauradora del arte. Después de terminar su carrera de Bellas Artes y vivir durante un tiempo en Bilbao, Ana decidió dejarlo todo para apostar por una vida más tranquila, fuera de una ciudad. Llegó a parar a Riello, sin tener vínculos con el municipio, para tomarse un año de descanso. 

El año se convirtió en unos cuantos más, hasta que el Ayuntamiento de Riello creó un concurso de empleo que no podía dejar escapar para ocupar una plaza (la única) en el taller de arte municipal: “Yo había estado trabajando continuamente como restauradora pero cuando llegué aquí pensaba que había renunciado a mi vocación. Quién me iba a decir a mí que en un pueblo como Riello iba a conseguir retomar mi actividad como restauradora”, celebra Ana. 

Un patrimonio para turistas y vecinos

Desde entonces Ana vive en la localidad de Oterico, en el municipio de Riello, y se dedica a restaurar las piezas artísticas que encuentra en el patrimonio cultural y, con ello, ha conseguido no solo que los turistas puedan disfrutar de sus obras restauradas (que se exponen periódicamente en la Oficina de Turismo municipal), sino también que los vecinos hayan comenzado a valorar su propio patrimonio: “Antes no se le daba importancia al arte. Las iglesias eran para rezar y no se miraba lo que allí había. Ahora esto está cambiando, yo lo veo a diario. La gente se da cuenta de los tesoros que tienen y que son suyos”.

Darío pone también en valor el trabajo de Ana: “La gente a veces no valora lo que tiene en sus pueblos por desconocimiento. En cambio, se sorprenden mucho al ver una pieza restaurada y al ver que la gente de fuera viene a verlas se da cuenta de que ellos tienen también cosas bonitas que merece la pena conservar”.

Con sus casi tres años de experiencia restaurando sin parar múltiples piezas artísticas del municipio de Riello, Ana reclama poner en valor estas piezas que son a menudo devaluadas: “El arte no solo está en las grandes ciudades. Yo he encontrado cosas maravillosas. Populares, sí, pero eso no les quita importancia. El arte popular nos dice cómo era la vida aquí y, por ejemplo, hay pinturas murales muy buenas. Qué más da dónde estén”. 

Un ejemplo más es Lois, donde desde hace años se realiza una ruta por su conjunto histórico, que cuenta con joyas como la Casa solariega de los Álvarez Acevedo, la Casa de los Álvarez, el Palacio Grande la Casa del Humo y su interior, la Catedral de la Montaña o  la Cátedra de latín donde estudiaban y residían jóvenes antiguamente. Todo ello hizo que Lois fuese un pueblo que, aunque distanciado de grandes núcleos urbanos, prosperase; y eso se muestra en su arquitectura de casas solariegas en las que habitaron gentes ilustres.

El arte no solo está en las grandes ciudades. Yo he encontrado cosas maravillosas. Populares, sí, pero eso no les quita importancia

Ana Zabaleta Restauradora de Riello

El alcalde pedáneo, Miguel García, destaca que la creación de esta ruta ha atraído al pueblo a un tipo de turista que antes se dedicaba exclusivamente al montañismo y senderismo y que ahora se interesa por la cultura de Lois: “Lo interesante es que vengan turistas y visiten la Montaña Central y se interesen por nuestro patrimonio. Es verdad que es un pueblo pequeño pero tiene una historia mucho más importante que algunas grandes villas”. 

El éxito de la ruta, que se realiza todos los días excepto los lunes, ha sido tal que ha sido necesario reforzar los guías de las rutas, que han llegado en grandes grupos de hasta 60 personas, como el que acudió el pasado 9 de agosto formado por la Asociación cultural Llampaces de Villacorta. 

También Vega de Espinareda realiza un tour por el pueblo que recorre puntos como el Puente Romano, la Casa de Ánimas, unas pinturas rupestres o el monasterio de San Andrés.

“Cultura y turismo deben ir de la mano”

Villar de los Barrios cuenta este año también con una ruta por sus calles que añade un factor cultural a mayores, ya que es teatralizada. Los responsables son la compañía berciana Dinamia Teatro que, junto a la asociación Bierzo Vivo, se han propuesto poner en el mapa esta pedanía como ya lo hicieron con la popular senda encantada de Cobrana. 

El director de esta compañía de artistas bercianos es Miguel Fernández, que tiene claro que su trabajo es también un servicio social para los pueblos: “Nosotros queremos poner en valor nuestro patrimonio histórico y, mediante el teatro, lo hacemos transmitiendo las historias de las gentes que de los pueblos. Queremos acabar con esa imagen devaluada de la España Vaciada, mostrar que en la zona rural hay muchísima riqueza”.

“La gente del pueblo está encantada. Viene gente de toda España y ya que ven la ruta se quedan a comer, a cenar o a pasar unos días”, asegura Miguel Fernández después de que la ruta haya agotado sus plazas los tres días que se ha realizado. “Cultura y turismo deben ir de la mano. Una cosa no se puede entender sin la otra”, zanja.

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