“Saber el tipo de suelo que pisamos nos puede salvar la vida”: ¿Cómo es la tierra de la provincia de León?

Pico Muxiven en Laciana.

Nuria V. Martín

Esta semana el mundo ha celebrado el Día Internacional de la Madre Tierra, que la ONU señaló cada 22 de abril para recordar la responsabilidad colectiva de promover la armonía con la naturaleza y preservar el planeta para las futuras generaciones. En el contexto del Decenio de la ONU para la Restauración de Ecosistemas, el Día Internacional de la Madre Tierra de este año ha cobrado especial relevancia. La restauración de ecosistemas, que va desde la reforestación hasta la limpieza de ríos, no es solo una tarea de gobiernos o grandes corporaciones; es una misión que todos podemos y debemos asumir.

El cambio climático, exacerbado por actividades humanas como la deforestación, el cambio de uso del suelo y la producción agrícola y ganadera intensiva, pone en jaque no sólo la biodiversidad sino también la economía y el bienestar social. Los incendios forestales, las sequías y otros desastres naturales que hemos presenciado con mayor frecuencia, nos recuerdan la fragilidad de nuestro ecosistema.

Para poder prevenir en lo posible los efectos de las catástrofes naturales, es necesario y fundamental saber en qué lugar estamos viviendo y el suelo que estamos pisando. Si el terreno está repleto de fallas activas o no, si es un terreno volcánico o no lo es, si el suelo es seco o, por lo contrario, es propenso a inundaciones, si es un lugar con deslizamientos de ladera frecuentes, etc. Por ello hablamos con Policarpo Fernández López, miembro de la asociación Amigos de Sierra Pambley y junto a José Francisco Fernández Gatón, responsable del Aula Geológica de Robles de Laciana. Gracias a los avances tecnológicos los arquitectos e ingenieros diseñan obras  y construyen edificaciones que pueden rebajar los efectos de los desastres naturales. “Saber el tipo de suelo que pisamos, nos puede salvar la vida” asegura el entrevistado.

El Aula Geológica de Robles de Laciana

En el año 2012 un pequeño grupo de amigos de la Asociación Cultural ‘Amigos de Sierra Pambley’, amantes de la Geología, decidieron crear un aula de Geología en el Valle de Laciana. “Nuestra intención siempre fue diseñar un espacio destinado a promover y divulgar los recursos geológicos tanto de nuestra comarca como del resto de las comarcar más o menos cercanas”, explica Policarpo.

Con ayuda del alcalde pedáneo de Robles, José Méndez, se instalaron en las escuelas públicas del pueblo. Con pocas ayudas económicas y mucho ingenio inauguraron el 21 de mayo de 2016 con varias salas: Geología con más de 400 minerales; Paleontología, con una amplia exposición más de 300 fósiles donde se incluye una abundante colección del periodo Carbonífero; de usos múltiples donde se realizan exposiciones temporales sobre diferentes temáticas; de audiovisuales y una amplia zona ajardinada.

Desde el día la inauguración hasta la fecha les ha visitado alumnos de colegios e institutos, alumnos universitarios de diferentes lugares de España y de otros países como Inglaterra y Francia, además de profesionales de la Geología, grupos de empresa, público en general con ganas de aprender…. Etc. “A lo largo de estos años hemos diseñado un número importante de actividades con el objetivo de divulgar la geología y la biología. Para tal fin, hemos contado con la valiosa ayuda de un grupo de profesionales que, desinteresadamente, nos han proporcionado un apoyo fundamental. Dentro de estas actividades está el Aula en Ruta, talleres al aire libre y nuestras jornadas de geología ”Geolaciana’, que organizamos anualmente en la primera semana del mes de julio“, enumera Poli.

El suelo que pisamos

Los seres vivos somos parte de este planeta llamado Tierra. La Tierra es nuestro hogar. Nuestra especie, a lo largo de su corta existencia, se ha adaptado a vivir en lugares totalmente diferentes. “El lugar donde nacemos, vivimos o morimos, nos dice cómo somos o hemos sido. Se puede decir que nos marca el carácter. Esto tiene que ver, sin duda, con la ubicación geográfica”, concreta el experto. Nada tienen que ver las costumbres, cultura, paisajes, vegetación, historia, geografía del español que vive en la montaña leonesa con el andaluz de Jaén. No es lo mismo vivir en un clima continental como el de Quebec que un clima tropical como en Ecuador.

La Tierra está compuesta por varias capas; geosfera, hidrosfera, atmósfera y biosfera. Las capas de la geosfera son el núcleo, el manto y la corteza. El suelo es la capa superior de la corteza terrestre. Se forma gracias a la alteración de las rocas y la erosión que en ellas produce el agua el viento, el hielo, los seres vivos. “Del suelo provienen el 95% de nuestros alimentos y gran parte de nuestra materia prima. El suelo está compuesto en un 45% de minerales, un 25% de agua, un 25% de aire y un 5% de materia orgánica. En definitiva, nuestro suelo está plagado de vida incluso en aquellos lugares desérticos donde el agua escasea”, destaca Policarpo. Los suelos actúan como grandes filtros evitando la contaminación de las aguas subterráneas y las superficiales. Regulan el clima, retienen sustancias y transforman compuestos orgánicos. “Se podría decir que el suelo es un gran laboratorio lleno de vida, al servicio de la propia vida”, compara.

La provincia está situada en la parte noroccidental de la península ibérica. Con una  superficie de 15.581 Km2, es la más extensa de las nueve que integran la Comunidad Autónoma de Castilla y León y la séptima en el territorio nacional. Solamente superada  en extensión por  las provincias de Badajoz, Cáceres, Ciudad Real, Zaragoza, Cuenca y Huesca. Es muy difícil simplificar las características geológicas de nuestra provincia. Cordilleras, montes, llanuras, mesetas, cuencas, fosas, relieves, gargantas, ríos, lagos, volcanes, cañones, glaciarismo, rocas, estratos, fallas, capturas fluviales, clima, temperaturas, eras, periodos geológicos, etc., son algunos de los términos que interactúan en el territorio que compone la provincia de León. “Las características de la tierra de León tienen que ver con un conjunto de sucesos geológicos que han dibujado y modelado  una serie de paisajes, diferentes e increíbles que todos nosotros deberíamos conocer, respetar y disfrutar”, remarca el experto.

Policarpo Fernández hace un recorrido por los cuatro puntos cardinales de la provincia y descata que León está formada por tres unidades geológicas diferentes con rasgos propios producto de su formación inicial:

  • Al norte nos encontramos un zócalo paleozoico que coincide con la unidad morfológica de la cordillera Cantábrica con elevaciones que se concentran en dos sectores. En la esquina más al noroeste de la cordillera está la sierra de Gistredo. Su pico más elevado es el Valdeiglesias con 2136m. Situado en su franja suroccidental y separa las cuencas del Duero y del Sil. Abarca diversos municipios leoneses pertenecientes a las comarcas de Laciana, Alto Sil y Omaña y sus estribaciones conforman el límite nororiental de la fosa del Bierzo.
  • Por la Cordillera Cantabrica hacia el este llegaremos a Peña Ubiña perteneciente a la comarca de Babia. En esta comarca tenemos 50 cumbres por encima de los 2000 m. Al este de Peña Ubiña se ubican los Picos de Europa. Nueve de las cumbres más altas de este sistema se encuentran en nuestra provincia. Montañas que oscilan desde los 400 a los más de 2000 metros se hacen dueñas del paisaje.
  • Al oeste se encuentra el macizo Galaico-Leonés y la depresión del Bierzo. Su formación es reciente, del Cenozoico, aunque también hay afloramientos del Paleozoico.
  • Por último, situados en el suroeste tenemos nuestros montes de León que  conexionan la Submeseta Norte, el Macizo Galaico y la Cordillera Cantábrica. Tienen su inicio en nuestra vecina provincia de Zamora y llegan hasta la comarca de El Bierzo. De todos los picos, destaca el emblemático Teleno, 2188m., nombre que proviene del culto de  pueblos ancestrales al dios Teutates.
  • El resto del territorio lo constituye la cuenca sedimentaria que ocupa la mayor parte de la provincia y en la que se distinguen dos tipos de rocas, los materiales del Paleozoico y los materiales depositados en sedimentos durante el Cenozoico.

“Nuestra provincia es un gran ‘pulmón natural’ por lo que es una gran privilegiada, dado la inmensa riqueza biológica que atesoran sus entornos naturales”, dice con orgullo Poli.  Y no le falta razón de sacar pecho, ya que podemos presumir de tener siete de las casi cincuenta Reservas de la Biosfera con las que cuenta España. “Un dato importante es que más del 50% de la superficie de León, se eleva por encima de los 1000 metros. en su borde occidental y en la vertiente sur de la Cordillera cantábrica se alzan unas formaciones montañosas desiguales”, puntualiza. Debido al abrigo de las montañas de la provincia, se produce un clima lleno de contrastes donde las temperaturas pueden variar constantemente. “Sin embargo, no ocurre lo mismo en la meseta leonesa donde predominan las elevaciones más uniformes que van desde  los 700 y 1200 metros y temperaturas que se suavizan considerablemente”, diferencia Policarpo.

A lo largo y ancho de nuestro territorio se abren camino numerosos ríos y sus afluentes. Algunos de ellos bastantes caudalosos. Como ejemplo, podemos mencionar El Sil, Esla, Bernesga, Porma, Curueño, Órbigo…. Con un paisaje diseccionado por la red fluvial, encontramos tres grandes cuencas; Norte, Miño - Sil y Duero, siendo está ultima la más importante. “El terreno se caracteriza por la sucesión de terrazas fluviales de las riberas en alternancia con los interfluvios o terrenos elevados entre ríos, de los páramos de rañas y detríticos y unas condiciones climáticas de tipo mediterráneo continental. En relación con los recursos hídricos disponibles, son de origen desigual en cuanto al aporte de precipitaciones, pero la regulación por embalses y los canales derivados para riegos, que benefician a unas 70 000 hectáreas —la mayor extensión de regadíos de la cuenca del Duero-, han modificado notablemente el paisaje de la provincia”, desarrolla el profesional.

El mineral que extraemos

León es una provincia rica en minerales gracias a la diversidad geológica de sus paisajes. Hay más de 105 municipios con yacimientos catalogados. Llegó a tener 132 explotaciones activas con lo que nos podemos hacer a la idea del potencial y riqueza de nuestro territorio. “Históricamente hemos sido provincia minera. Como ejemplo  de minería primaria tenemos las explotaciones romanas de oro de las Medulas, siglo I d.c. durante la época del Emperador Octavio Augusto. Gran parte de las toneladas de oro que Roma sacó de Hispania las extrajo de este yacimiento que duró casi dos siglos. En el proceso minero se transformó una superficie de 542 ha, se removieron 93.550.000 de m3 y la producción habría sido de 4.677,500 kg de oro”, recuerda Policarpo.

El experto saca a relucir un mineral muy relevante, el wolframio, muy escaso en la corteza terrestre. Debido a su dureza y capacidad para soportar altas temperaturas fue utilizado primero por los alemanes en la segunda guerra mundial y más tarde por los aliados para hacer los blindajes de los carros de combate además del blindaje de los proyectiles. Después lo utilizaron los estadounidenses en la guerra de Corea con el mismo fin. “Si bien gran parte de las explotaciones se llevaron a cabo en Galicia, otra parte importante se sacó de León, concretamente del Bierzo y sus alrededores. Los mayores yacimientos se localizan en la Peña del Seo (Corullón), Montearenas, Barrio de Salas. También podemos  encontrar minas en las inmediaciones de la fuente del azufre en Ponferrada”, pone en valor.

Pero por supuesto, otro mineral fundamental en la historia minera de León ha sido el carbón. Más de 150 años extrayendo hulla y antracita de las entrañas de nuestras cuencas mineras (Sabero, Valderrueda, Ciñera-Matallana, Villablino, La Magdalena, Fabero-Sil y Bembibre) formadas durante el periodo carbonifero hace 360- 300 millones de años. “Según estudios recientes del Instituto Geológico y Minero de España, nuestra provincia cuenta con las mayores reservas de hulla y antracita de todo el territorio español”, destaca Policarpo.

Aparte del oro, el wolframio y el carbón, encontramos en nuestro territorio otros minerales, como, por ejemplo; cobre, pirita, calcopirita, galena, cuarzo, calcita, hierro, limonita, hematita, mármol, cinabrio, azurita, malaquita, barita. etc.  Según el mapa del Patrimonio Industrial Minero de CyL presentado en el año 2018 por la UGT 83 eran explotaciones de carbón, 6 de mercurio, 5 hierro, 4 de cobre. El resto de plomo, zinc, cobalto, cinabrio, arsénico, plomo etc. “Este informe también nos dice que León produjo más de 40.000 toneladas de talco, lo que representó el 77% de la producción nacional, antes de que las empresas abandonaran la explotación del mineral allá por el 2010”, enumera.

El pasado de la tierra

Policarpo hace una puntualización: “fósil son los eventos geológicos”. Nuestro planeta se formó hace unos 4600 millones de años, este amplio tiempo geológico se subdivide en Eones, Eras y Periodos. A lo largo del tiempo, la Tierra ha experimentado una serie cambios considerables tanto estructurales como biológicos. Para saber más de esos cambios las diferentes ciencias que estudian la Tierra han analizado las capas en las que se divide el planeta. En una de ellas, concretamente en la corteza, encontramos  las rocas sedimentarias y los fósiles. Fósil, son los restos de organismos antiguos, tanto flora como fauna, que han quedado depositados en el terreno formando parte de los estratos de las rocas sedimentarias. Para que unos restos se consideren fósiles tienen que tener al menos 10.000 años de antigüedad.

“Viendo los registros fósiles encontrados, podemos decir sin equivocarnos que León es una provincia privilegiada porque encontramos hallazgos en todo el territorio. Podemos encontrar fósiles en 10 periodos geológicos diferentes; Neoprotezoroico, Cámbrico, Ordovícico, Silúrico, Devónico, Carbonífero, Cretácico, Paleógeno, Neógeno y Cuaternario. Hay muy pocas provincias que puedan presumir de tener tal variedad de fósiles como la nuestra”, asegura el experto.

A lo largo de las montañas  que abrigan el norte, noreste y la parte noroeste de la provincia, es decir desde los Ancares hasta Picos de Europa, encontramos rocas con una antigüedad que van desde los 300 a los 540 m.a. En muchos casos se encuentran en buen estado porque están poco erosionadas y son fáciles de ver. Esas rocas sedimentarias se originaron en fondos marinos, durante el Paleozoico. Producto de los pliegues que se produjeron durante las orogenias se elevaron hasta formar las montañas que hoy se ven. En ella abundan los corales, crinoideos, bivalvos, trilobites, braquiópodos, moluscos, peces, etc. “En lugares continentales cercanos al mar también podemos encontrar insectos como las cucarachas, libélulas Meganeura, arañas Mesocele, escorpiones Pulmonoescorpius, vegetales, anfibios, etc”, enumera. Si nos adentramos en la meseta leonesa resulta que los fósiles que encontramos tienen menos antigüedad, hace unos 14 m.a. Estas zonas fueron en su momento ecosistemas secos cubiertos de pastizales parecidos a los de la sabana, con una sorprendente biodiversidad. “En estos sedimentos se han encontrado tigres diente de sable, panteras, elefantes etc. ¿Impresionante verdad?”, dice fascinado Policarpo, quien nos ha ayudado a hacernos una composición de lugar muy amplia de la tierra que pisamos. 

Etiquetas
stats