Catedral de León y Catedral de Burgos

Nuria V. Martín

Entre las columnas de la historia y las bóvedas de la cultura, las catedrales de León y Burgos se yerguen como íconos del arte gótico, a menudo veladas por el velo de la confusión en el ojo público. Recientemente, Alcampo ha avivado la llama de este error al mezclar las identidades de estas dos joyas arquitectónicas. Con el propósito de disipar las sombras del equívoco y celebrar la singularidad de cada una, nos adentraremos en un análisis que destaca sus características únicas, ofreciendo una clave para descifrar y apreciar la verdadera esencia de su Pulchra Leonina (que estudiosos del arte vinculan con la piedra filosofal de la alquimia) frente a la majestuosidad castellana de Burgos.

Un mosaico de equívocos

No es la primera vez que la Pulchra Leonina es erróneamente etiquetada como la catedral de Burgos. Desde reportajes periodísticos hasta sellos conmemorativos, el canje de identidades ha sido un recurrente lapsus cultural. Este traspié arquitectónico se viralizó gracias a Rafa Maza, quien, con un pie en el humor y otro en la incredulidad, compartió el descuido de Alcampo en su red social.

La confusión no es sólo un fallo de quienes plasman las imágenes, sino también de quienes las observan. Es aquí donde, desde la responsabilidad periodística, nos vemos obligados a ofrecer una lección de arquitectura.

Un duelo de gigantes góticos

La Catedral de León y la Catedral de Burgos se confunden bastante a menudo, pero poseen características distintivas propias.

Vamos a examinar las diferencias esenciales entre estas dos importantes catedrales góticas.

Catedral de León

También conocida como la Pulchra Leonina, es uno de los ejemplos más exquisitos de la arquitectura gótica en España. Su construcción se inició en el siglo XIII, específicamente con un primer intento en el año 1205 que continuó a mitad de siglo hasta su finalización en el XIV, y se sitúa en el lugar que albergaba antiguamente termas romanas y, posteriormente, una edificación de estilo románico. Este templo es un testamento vivo de la transición arquitectónica del románico al gótico, movimiento que se estaba extendiendo por toda Europa en esa época.

Las vidrieras son un elemento definitorio de este templo, ocupando un total de 1.800 metros cuadrados (la mayoría medievales), lo que convierte a la catedral en uno de los edificios con mayor superficie de vidrieras coloreadas del arte gótico, sólo superado por la Catedral de Chartres en Francia. Estas vidrieras son un auténtico espectáculo visual, con representaciones que van desde escenas bíblicas hasta motivos ornamentales que juegan con la luz solar para llenar el interior de coloridos reflejos, creando una atmósfera casi etérea.

La fachada occidental de la catedral es reconocible por sus dos torres asimétricas, una característica inusual que añade un singular encanto al conjunto. La torre sur es conocida como la 'Torre de las Campanas' y se eleva a unos 65 metros de altura, mientras que la torre norte es ligeramente más baja. Entre estas torres se incrusta el rosetón, una impresionante obra de arte en sí misma, que es como un gran ojo de vidrio que filtra y difunde la luz hacia el nártex y la nave central.

El rosetón, que tiene un diámetro de casi 9 metros, no es sólo un elemento estético, sino que también cumple con una función simbólica y litúrgica, representando a Cristo como la luz del mundo y siendo el punto focal de la fachada que invita a la contemplación y al recogimiento.

En su interior, la Catedral de León se organiza con tres naves y una elevada girola, con capillas absidales que guardan obras de arte y sepulcros de relevante interés histórico y artístico. La elegancia de sus formas y la pureza de su estilo hacen de la catedral un punto de referencia ineludible para entender el gótico español y europeo. De hecho fue el primer monumento nacional de España en 1844.

La Pulchra Leonina no es solo un monumento histórico y cultural, sino también un símbolo de la ciudad de León, un elemento de identidad para sus habitantes y una atracción que sigue maravillando a quienes la visitan, siglos después de que se colocara la primera piedra.

Catedral de Burgos

La catedral de Burgos, también conocida como la Santa Iglesia Catedral Basílica Metropolitana de Santa María de Burgos, es otro formidable ejemplo del gótico europeo y, en particular, una joya del gótico español. Su construcción se inició en 1221, por iniciativa del rey Fernando III de Castilla y el obispo don Mauricio, sobre los restos de una antigua catedral románica.

Esta majestuosa catedral es producto de un largo periodo de construcción que se extendió durante varios siglos, terminándose en 1567, aunque posteriores intervenciones han seguido hasta el siglo XVIII. Este extenso periodo de tiempo ha dejado su huella en la seo, mostrando una interesante amalgama de estilos que reflejan las distintas etapas y gustos artísticos que se sucedieron durante su construcción y reformas posteriores. El resultado es un edificio primordialmente gótico con importantes añadidos renacentistas y barrocos, particularmente visibles en algunas de sus capillas y en la ornamentación de su impresionante cúpula.

La cúpula sobre el crucero es uno de los elementos más distintivos de la catedral de la capital del Reino de Castilla. Realizada por Juan de Colonia en el siglo XV, esta cúpula gótica está decorada con estrellas doradas sobre un fondo azul, semejando el cielo, y está soportada por un tambor octogonal adornado con tracerías góticas que le otorgan una apariencia ligera y elevada, como si estuviera suspendida milagrosamente sobre el transepto de la iglesia.

La fachada principal del templo es un impresionante ejemplo del estilo gótico flamígero. Las dos torres gemelas, acabadas en el siglo XV por Juan de Colonia y su hijo Simón, flanquean el hermoso portal principal. Estas torres, que se elevan hasta los 84 metros de altura, presentan una rica ornamentación de pináculos, arcos conopiales y una plétora de estatuillas que representan figuras religiosas, todos elementos característicos del gótico flamígero que buscaban exaltar la verticalidad y la luz. Estas torres se han convertido en un símbolo emblemático de la ciudad y en uno de sus atractivos turísticos más fotografiados.

En su interior, la catedral de Burgos es igualmente impresionante, con tres naves y capillas laterales que contienen auténticas obras de arte, incluyendo la Capilla del Condestable y la Escalera Dorada, esta última una obra maestra del Renacimiento diseñada por Diego de Siloé. Además, alberga la tumba del Cid Campeador y su esposa doña Jimena (prima del rey Alfonso VI), héroes de la Reconquista y figuras legendarias de la historia de España.

La Catedral de Burgos fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1984, reconocimiento que pone de manifiesto su valor universal como obra maestra del arte gótico y su importancia histórica y cultural.

Las diferencias observadas con lupa

  • Planta y estructura: la de León sigue un diseño más puro y fiel al estilo gótico, mientras que la de Burgos muestra una planta más compleja y un estilo más variado debido a las ampliaciones y añadidos posteriores.
  • Esculturas: la Catedral de León, las figuras esculpidas poseen una cualidad etérea, hay un aire de misticismo en sus rostros y posturas, como si estuvieran inmersos en un diálogo silencioso con la divinidad. En contraste, la catedral de Burgos utiliza sus esculturas para contar historias visuales explícitas, con personajes que parecen cobrar vida. La Escalera Dorada, en particular, es un espectáculo de relieves y figuras que no sólo sirve como un elemento funcional sino que también cuenta su propia historia de ascenso espiritual y belleza celestial.
  • Impacto visual: la Catedral de León juega con la luz interior como si de un caleidoscopio se tratara, y la de Burgos impresiona por su monumentalidad y su silueta en el horizonte urbano.

Errores como los de Alcampo no deben ser más que piedras en el camino que nos recuerdan la importancia de conocer y valorar nuestro patrimonio. Que las diferencias entre las catedrales de León y Burgos sean ahora claras y que cada una brille con su propia luz, sin sombras de duda que las oscurezcan.

Etiquetas
stats