La ciudad de León no logró evolucionar en la Edad Moderna

Plano ciudad de León en el siglo XIX

Diego Fidalgo

EL ENTRAMADO URBANO

A comienzos del siglo XVI, el entramado urbano de la ciudad de León estaba constituido por dos zonas muy diferenciadas, ambas perfectamente separadas por la extensión de las viejas murallas y la nueva cerca.

La nueva cerca bajo medieval en este siglo estaba constituida por un conjunto de callejuelas

El interior de las viejas murallas ocupaba el lugar más elevado de la ciudad y estaba compuesto por un complejo laberinto de estrechas y sinuosas calles que de vez en cuando se abrían a un espacio más amplio, el que constituían alguna que otra plaza. Las construcciones de esta zona eran principalmente casas solariegas leonesas, salpicadas de algunos torreados palacios que persistían de la época gloriosa de la ciudad, además de caserones y otras construcciones menores. Son muy relevantes las iglesias que pueblan en viejo León: San Isidoro y su románico, el viejo monasterio de San Pelayo, la catedral gótica y el resto de pequeñas iglesias que inundaban el viejo recinto legionario. Del mismo modo, debemos destacar la presencia de conventos y monasterios. El rectángulo surgido en época romana mantenía aún en el siglo XVI sus cuatro entradas: la puerta del Obispo, cuyo mantenimiento y vigilancia correspondía al Cabildo desde el siglo XIII, la del Postigo (norte), Caurense (oeste) y Arco (sur).

La estructura urbana de esta zona de la ciudad estaba marcada por los nombres de sus calles: carnicerías, azabachería, ollería, varillas, zapaterías, plaza del pan, plaza de las tiendas,...

La nueva cerca bajo medieval en este siglo estaba constituida por un conjunto de callejuelas, pobladas de pequeñas viviendas de pobre aspecto y escasa altura, construidas sin ningún tipo de orden ni reglamento. Esta cerca ampliaba hacía el sur la ciudad, abarcando los barrios antes ocupados por artesanos, tenderos, comerciantes y judíos, que ya desde siglos pleno medievales bordeaba una vieja tapia que con Alfonso XI se convirtió en cerca. La zona que lindaba con la vieja ciudad estaba ocupada por los escuderos y pícaros.

La estructura urbana de esta zona de la ciudad estaba marcada por los nombres de sus calles: carnicerías, azabachería, ollería, varillas, zapaterías, plaza del pan, plaza de las tiendas,... de este modo podemos vislumbrar los diferentes profesionales que se encontraban en las citadas calles como consecuencia del viejo uso gremial que de una forma más liviana se seguía desarrollando en el siglo XVI. En esta zona de la ciudad poco a poco se fueron desarrollando construcciones eclesiásticas como la iglesia de San Martín o de Santa María (conocida como el mercado) junto a los monasterios y conventos.

Además de estas dos zonas intramuros, la ciudad tenía diferentes barrios extramuros donde vivían las gentes más humildes y desfavorecidas de la sociedad leonesa. Barrios como el de Santa Ana, el de Renueva, San Lorenzo o San Pedro, además del de Puente Castro al otro lado del río Torio completaban la compleja urbe leonesa.

LAS CONSTRUCCIONES

La ciudad en el siglo XVI va a sufrir bastantes modificaciones en lo que se refiere al uso, la construcción y la rehabilitación de edificios públicos y privados con un elevado interés para el desarrollo de la ciudad.

Estas obras van a ser el resultado de las luchas, envidias y demostraciones de ostentación que iban a mantener los miembros de las dos principales familias nobles de los inicios de la edad moderna leonesa como son los Quiñones y los Guzmanes, así como sus ramificaciones de segundones.

El Palacio Real de Enrique II construido en el solar situado entre la calle de la Rúa y la cerca medieval que limita a la actual calle independencia, en 1528 Carlos V por Real Cédula de 22 de abril de 1528 fue transformado en cárcel pública tras la petición realizada por los regidores de la ciudad de León. Las obras de adaptación del edificio Real en cárcel se prolongaron hasta el año 1568, como se puede ver en una inscripción que actualmente se encuentra en el Museo de León y que estuvo instalada en el zaguán del dintel de acceso a la puerta de la Audiencia. Este edificio sufrió más modificaciones, ya que el propio Rey Carlos V, Real Cedula de 14 de agosto de 1528 mandó utilizar estas instalaciones como “audiencia e regimiento” mientras se estaban construyendo la casa consistorial de San Marcelo, desde pocos meses después el Palacio Real albergó las Audiencias de la ciudad y el Adelantado. Del mismo modo, conocemos que este palacio fue utilizado como archivo municipal, esta datado que el 13 de octubre de 1588, el licenciado Francisco Verastegui, corregidor de la ciudad “visitó los papeles del archivo municipal” situados en la sala alta de los dichos palacios.

Continuando hacía el sureste por la calle de la Rúa, nos encontramos con otro edificio erigido a comienzos del siglo XVI. En 1512 doña Leonor de Quiñones fundó el convento de las franciscanas hoy conocido como Convento de la Concepción. En 1518 fue bendecido por el hermano de doña Leonor, el Cardenal Fray Francisco de Quiñones en honor de la madre de ambos doña Juana Enríquez. La reina doña Juana en 1516, mediante Cédula Real de 5 de enero concedió a este convento la administración de las limosnas que se dieran para la obra de dicho monasterio y la sustentación de las monjas. La portada de este convento es del siglo XIV reaprovechado para la fundación franciscana. Las construcciones del XVI fueron el ábside y el primer ramo de la iglesia realizadas por el arquitecto Juan del Rivero. En el transcurso del siglo la fundación del convento de la Concepción se hizo con los terrenos en los que se levantó la iglesia propiedad de don Francisco Osorio, por un lado, mientras que por el otro, en dirección a Puerta Gallega se adquirieron las casas de don Antonio Acuña, que alcanzaban hasta la muralla del siglo XIV.

El Palacio de los Condes de Luna, situado en la plaza del Conde, denominada así por la construcción del propio palacio, fue edificado a comienzos del siglo XIV. En el siglo XVI, etapa histórica que nos ocupa, los dueños del Palacio ya eran Condes tras el nombramiento realizado por Enrique IV en 1462 por las luchas que este linaje mantuvo contra los moros en la vega de Granada. A finales de este siglo ampliaron el palacio erigiendo a la izquierda del edificio principal una torre, en ángulo, renacentista, construida en piedra sillería almohadillada, cuyos tableros de pizarra verdosa singularizan este edificio. Torre de tres cuerpos construida mediante el empleo de los tres ordenes clásicos, entablamento dórico, ventanas con pilastras jónicas,... El Palacio posteriormente fue sede del tribunal de la inquisición.

El Palacio Episcopal tiene su origen en una torre de la muralla que en el siglo X ya era la residencia del obispo en las cercanías de la primigenia catedral. En el entorno se encontraba el Monasterio de Santiago (actual seminario mayor). Entre el monasterio y la torre se construyó la residencia episcopal. El actual palacio se elevó tras el incendio de las Casas Episcopales en 1478. La portada del nuevo edificio es hispano-flamenca del siglo XVI, el patio es del mismo estilo con los soportales muy parecidos a la ampliación de la propia Plaza de Regla. El obispo Juan de San Millán entre 1564 y 1578 reedificó las Casas Episcopales gastando una gran cantidad de dinero.

El entorno de San Marcos fue motivo de muchas modificaciones, en primer lugar, el puente de origen romano que cruza el Bernesga fue motivo de reparaciones a comienzos de siglo. En 1505 los monasterios de San Marcos y de San Isidoro recibieron una orden para pagar tributo con el fin de arregla el puente. Posteriormente, siendo regidores Fernando Vaca y Juan Quirós, en 1539, se realizó la reparación de los pilares. A lo largo del siglo XVI sufrió otro tipo de reparaciones de menor importancia.

El actual edificio del convento de San Marcos fue ordenado construir por los Reyes Católicos al maestro Pedro Larrea, pese a que las obras se inician con Carlos V en el trono.

En origen, el actual emplazamiento del convento e iglesia de San Marcos estuvo ocupado por una iglesia y un hospital de peregrinos de los que hoy no quedan casi vestigios. La actual iglesia parece que se pudo construir entre 1515 y 1538 con la dirección de obra a cargo de Juan de Horozco. El obispo y el prior bendijeron la iglesia según consta en una lápida empotrada en un muro de la torre sureste. El 3 de junio de 1541. En esta iglesia se pueden apreciar la aplicación de diferentes estilos constructivos, desde el gótico hispano-flamenco, pasando por el plateresco e incluso renacentista. El coro de la iglesia se inicia en 1537 para concluirse en 1543, en una época totalmente renacentista. Artistas como Juan de Juni, Juan de Angers y Guillermo Doncel llegaron de la borgoña francesa para trabajar en San Marcos.

Mientras se acababa de perfilar la iglesia, en 1533 se iniciaron las obras de construcción de la fachada del convento de la Orden de Santiago, una fachada amplia que va desde la iglesia hasta el río, pero la fachada no se llega a concluir en este siglo XVI. Sólo se construye la fachada derecha del convento hasta las dos columnas de entrada. Entre 1533 y 1537 se realiza el cuerpo inferior, mientras que el superior se construye entre 1539 y 1541. Este año queda concluida el ala derecha y se abandona la obra durante siglo y medio ya que los frailes se trasladan a la villa de Calella de León en Extremadura. En el cuerpo inferiores se han representado a personajes como el príncipe Juan, Felipe I, Fernando I (primer administrador de la orden de Santiago), Isabel La Católica, el Cid, Trajano, Augusto, Fernán González, Alfonso II el Casto, Carlomagno, personajes bíblicos y héroes clásicos.

Al igual que el convento, el claustro tiene dos épocas constructivas. Una primera en la que el encargado de la obra fue Juan de Badajoz el Mozo que concluyó dos de los cuatro lienzos entorno a 1549, mientras que en el siglo XVII se concluyen los tramos que faltaban. El propio Juan de Badajoz también construyó la Sacristía, la Sala de San Francisco y la Sala capitular.

Además de las obras comenzadas en San Marcos, tenemos conocimiento de la existencia en perfecto estado del hospital de Orden de Santiago. Una casa de gran factura, construida en ladrillo y tapial que servía de refugio a los peregrinos que realizaban el camino de Santiago y se ubicaba a la izquierda de la construcción de la iglesia de San Marcos.

Palacio de los Guzmanes, el actual palacio de esta gran familia noble de León se inicio en 1560 pero anteriormente la familia Guzmán tuvo otro palacio de estilo gótico-mudéjar muy similar al de los Condes de Luna que fue ordenado destruir por Carlos V tras las revueltas de Comunidades y la huída de los Guzmanes a Portugal para salvar su cabeza.

La familia de los Guzmanes no regreso a León hasta la muerte del Emperador Carlos V, por aquel entonces era obispo de Calahorra Juan Quiñones y Guzmán quien ordenó que se construyera en la capital leonesa un palacio de nueva planta, ya que los Guzmanes tras la revuelta de comunidades perdieron todas las posesiones que fueron destrozadas y vendidas.

Las obras se realizaron a nombre de su sobrino Gonzalo de Guzmán, señor de Toral. El palacio se construyó sobre parte del viejo solar propiedad de la familia y la que dejaba el derribo de la antigua muralla que defendía el anterior Alcázar. Las obras se extendieron hasta 1572 sin llegar a concluirse el palacio. La dirección de la obra se le atribuye a Rodrigo Gil de Hontañón, por circunscribirse perfectamente a su estilo y por estar por aquel entonces viviendo en León. El edificio actual es rectangular de gran magnificencia. La construcción del siglo XVI incluye los lienzos sur y oeste con sus tres preceptivas torres. El interior destaca por las dependencias señoriales del siglo XVI con chimenea de época, en la sala principal, así como una escalera de piedra de tres idas.

La Casa de la Poridad o Ayuntamiento tiene su origen en el privilegio concedido por Alfonso XI en 1345 para formar en la ciudad de León el primer Concejo o Ayuntamiento de todo el reino. Desde 1390 este concejo siempre tuvo casa propia. En el siglo XVI, durante el reinado de Felipe II, el Concejo se posicionó para realizar reformas importantes en las Casas de la Poridad, situadas en la plaza de San Marcelo, que se encontraban en estado de casi ruina. Felipe II autorizó la construcción de un nuevo edificio, en 1585 el rey y el Consejo de Castilla conceden la autorización para imponer un impuesto y recaudar dos mil ducados para la obra, dinero al que hay que unir los otros dos mil ducados puestos por el corregimiento de la ciudad de León dos años atrás. Juan del Rivero fue su arquitecto, la obra se construyó sobre los solares de las antiguas casas de la Paridad y los planos fueron realizados por Juan de Badajoz el Mozo y Juan del Rivero Rada. El resultado es un edificio de aspecto grandioso, más por la sobriedad de sus líneas constructivas que por su tamaño.

La iglesia de San Marcelo tiene sus orígenes en la alta edad media, la primera noticia la tenemos a mediados del siglo IX cuando Ramiro I la restaura. El 29 de marzo de 1493 se trajo desde Tánger el cuerpo de San Marcelo, para recibir el cuerpo en la ciudad Fernando el Católico estuvo presente y definitivamente se trasladó a la iglesia que había sido construida en el siglo XII. En aquel entonces no se encontraba en buenas condiciones y muchos de los leoneses pensaban que el patrono de la ciudad debía tener un mejor templo, por lo que se comenzó a plantear la idea de hacer un nuevo edificio sobre el anterior. En 1559 se cayó la torre sobre el hospital de San Antonio y se levantó una nueva de ladrillo, aprovechando la parte baja de la antigua. La obra de la torre la dirigió el arquitecto de la catedral Juan López. Para la nueva construcción el cabildo aportó dos mil ducados y se invitó a la corte y a América a suscribirse en la colecta. El 19 de julio de 1588 el obispo Trujillo puso la primera piedra de la obra que dirigió Juan del Rivero, la construcción no se finalizó hasta 1628, tras un alargamiento temporal inesperado.

Lonja Municipal, también conocida como Casa de las Carnicerías o de Contratación esta situada en la plaza de San Martín. En ella se estableció el mercado de la carne. Su construcción es del siglo XVI, una casa realizada por el arquitecto Juan del Rivero, durante el gobierno del corregidor Gómez Paredes Marinas en 1561. Edificio realizado en piedra de sillería y renacentista ya que su autor es un creyente del arte clásico de líneas sobrias. La Casa de las Carnicerías tiene dos plantas con un pórtico con arco gallardo semicircular en el que la clave alberga un León como escudo de la ciudad.

El Palacio del Marqués de Villasinda es de finales del siglo XVI, casi contemporáneo al de los Guzmanes, esta situado en la calle ancha esquina con la calle el Cid. Manado construir por los Vigil de Quiñones y Quiñones que posteriormente se convertirían en marqueses de Villasinda respondiendo a la rivalidad con los Guzmanes. Los blasones son de Quiñones y Quirós por lo que aquí se unen la familia leonesa y la asturiana, actualmente las tres torres del edificio son originales.

El Palacio de Don Gutierre fue construido por la familia de los Castro (también apellidados Fernández Castro). Don Gutierre, constructor del palacio, nació en la casa de don Pedro Núñez de Guzmán quien le armó caballero y peleo en la Vega de Granada donde logró honores para cortejar a la hija de Pedro Núñez de Castro, algo que este no permitió. El actual palacio conserva restos de lo que fue la primigenia construcción del siglo XVI, en el Museo Arqueológico de León se encuentran restos de la portada, balcones,... del Palacio original. Tenía un patio central con galería alta y baja, columnas, pozo en el centro y gran escalera.

El Convento de San Isidoro sufrió en el siglo XVI modificaciones con la construcción de un nuevo edificio, así como también se hicieron obras en la iglesia, el claustro y la librería. La portada pequeña que da hacia la plaza de Santo Martino es del siglo XVI estilo hispano-flamenco. Juan del Rivero realizó la portada del priorato en 1540 destacando las cuatro robustas columnas acanaladas sobre zócalos. El propio Juan del Rivero realizó la escalera del convento, amplia y artística decorada con casetones entorno a 1574 con un coste superior a los 1.500 ducados.

Otra obra del XVI es el convento de las Benedictinas Carbajalas que tiene portada de sillería blanca y dos fachadas en distinto plano de la época. Estas monjas benedictinas se apropiaron del nombre de la localidad en la que estuvieron ubicadas durante muchos años antes de su traslado a la plaza del mercado en 1583, que es cuando se construye el edificio conventual con el patrocinio de don Antonio de Quiñones.

La iglesia del Monasterio de San Claudio fue construía a finales del siglo XVI, hoy no quedan restos de esta fundación religiosa. También fueron modificadas muchas dependencias de este monasterio.

(Imágenes: http://www.skyscrapercity.com )

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