La banda sonora de la Pasión

Las integrantes de una de las agrupaciones ultiman los ensayos en el jardín de San Francisco.

P.M.B.

Instrumentos de cuerda, de viento, como tambores, cornetas, trompas, tubas... vuelven a rendir su homenaje a la Pasión. El atronador sonido que despiden marca el inicio de la explosión musical que se escuchará durante toda la festividad religiosa. Una repetitiva sinfonía, un monótono eco, que un año más esculpe el aire de solemnidad en cada rincón de la ciudad.

Primero se escucha un sonido, y luego otro, y después otro, y luego otro, hasta completar de forma ceremoniosa cada una de las cadencias que presiden las procesiones, mientras los 'papones' cargan los pasos sobre sus espaldas y el público se agolpa en las aceras. Es la banda sonora de la Pasión.

De la Pasión y de su recuerdo fúnebre. Pero para que este ritual se haga realidad, cada una de las cofradías de la ciudad lleva meses de ensayos. “Llevamos preparándonos desde septiembre para tenerlo todo listo”, asegura un hermano del Dulce Nombre. Un día antes del comienzo de la Semana Santa, los integrantes de las agrupaciones y bandas de música ultiman todavía los ensayos.

Las dieciséis cofradías agrupan a 680 'papones' que tocan en alguna de las catorce agrupaciones y bandas

Los de esta Cofradía lo hacen en el jardín de San Francisco, pero de momento vestidos de calle a la espera de ataviarse sus túnicas blancas, granates, moradas o negras. Aquí, dentro del paseo de cemento que rodea el parque, comparten 'local de ensayo' con otra de las agrupaciones de chicas que también van en procesión durante estos días. “En invierno, claro, los ensayos los hacemos dentro de la iglesia de Santa Nonia”.

León cuenta en la actualidad con dieciséis hermandades que aglutinan en torno a 20.000 'papones'. Todas, absolutamente todas, cuentan con grupos de música. Todas ellas, según sus datos, reúnen a 680 hermanos y hermanas, aproximadamente, que tocan en alguna de las catorce agrupaciones y bandas. Todas, sin embargo, comparten un sentimiento en común: traducir con el estruendo repetitivo de sus instrumentos el recuerdo fúnebre del calvario, muerte y resurrección de Cristo.

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