A los romanos de Marialba les faltaba hierro
Los restos óseos hallados en la basílica paleocristiana de Marialba de la Ribera (León), una de las primeras construcciones de la Hispania Romana del siglo IV, revelan que sus habitantes presentaban patologías poco comunes en sus cráneos, como tumores óseos benignos, posiblemente por falta de hierro.
Se trata de un estudio, encargado por la Fundación de Patrimonio Histórico de Castilla y León, realizado los restos humanos de las tumbas halladas en la última excavación en la basílica paleocristiana de Marialba de la Ribera, cerca de León y una de las primeras arquitecturas de la Hispania Romana del Siglo IV.
En total se hallaron 237 tumbas, de las que por el momento se han estudiado 26 de ellas, un 11 por ciento, concretamente las de mayor antigüedad, ya que son las que suscitan más interés y las que mejor preservadas están, según fuentes de la fundación.
Los análisis revelan que más del 80 por ciento de los individuos presentaba algún signo de patología, las más llamativas, por ser poco comunes, los tumores óseos benignos en sus cráneos o perforaciones que algunos autores relacionan con la falta de hierro.
También por las deficientes costumbres alimentarias e higiénicas se hallaron problemas dentales, aunque estos sí son frecuentes en esta época.
El estudio se centró en los 16 individuos inhumados en tumbas tardoantiguas -14 visigodos y dos en tumbas tardorromanas, de estructura de ladrillo- y 10 tumbas altomedievales, con restos de 11 personas.
Este análisis antropológico contribuye a reconstruir las condiciones demográficas, biosanitarias y de esperanza de vida de los antiguos habitantes de Marialba de la Ribera.
La mitad de los individuos analizados refleja alguna patología en las vértebras de tipo degenerativo. También se han hallado enfermedades en los huesos de brazos y piernas, como la artrosis, más en la población tardoantigua examinada que en la altomedieval. La mayor parte de los restos hallados corresponden hombres adultos, aunque hay también cuatro mujeres y niños en la muestra. La estatura media de los hombres en este grupo era de 1,66 metros y la de las mujeres de 1,56 metros.
La excavación, que se hizo en un superficie de 2.000 metros cuadrados, sacó a la luz 237 enterramientos, con restos de 282 individuos; más de 3.400 fragmentos de cerámica y cerca de 2.500 fragmentos no cerámicos (metal, vidrio, azabache, monedas, decoración, ladrillos, tejas, piedras y fauna).
En torno al siglo XIII, el complejo religioso estaba desmantelado y en proceso de ruina.
