Quinoa, el grano de oro andino que se consolida como cultivo en León, el 'reino' del maíz

El grano de quinoa leonesa.

Sara Lombas

Los andinos la llamaban ‘el grano de oro’, una planta sagrada que formaba parte de diferentes rituales tradicionales peruanos. La quinoa no ha dejado de ser sagrada, pero hoy en día son los deportistas quienes alaban las propiedades de este grano, calificado como superalimento. Hace años la quinoa cruzó el charco, hasta llegar a España y, ahora, también a León. 

De la mano de la empresa Quinoa del Páramo el cultivo de quinoa se ha asentado en el campo leonés con 123 hectáreas diseminadas en la zona del Páramo y Sahagún, según el último informe del sector agrícola de Asaja en 2022. Aunque técnicamente es una semilla, se trata de un pseudocereal que se consume igual que otros cereales como el maíz, el arroz y el trigo.

Aunque llevan seis años experimentando con este cultivo, la empresa tomó forma en el año 2020, justo antes de la pandemia “Nos costó mucho empezar porque, aunque el campo seguía en funcionamiento, administrativamente fue muy difícil arreglarlo todo”, cuentan desde la empresa. Aquel año comenzaron con un campo de cultivo de 5 hectáreas: “Queríamos comprobar la utilidad del grano y probar con algunas semillas. Así supimos que el cultivo era viable pero con la semilla tuvimos que hacer más intentos. La que teníamos no era muy comercial, a la gente le interesa verla más grande y gordita”. 

León era el campo de ensayo perfecto: “El cultivo de quinoa es principalmente en Andalucía pero, aunque es un producto fuerte, tiene dos problemas; las heladas de menos 5 grados y el calor que supera los 35 grados. El Páramo tiene un clima que favorece el cultivo, porque es más templado que el de Andalucía o de otras zonas de la provincia donde hace más frío”.

Junto con un laboratorio que les da apoyo y asesoramiento seleccionaron unas semillas distintas y más atractivas para el consumo. En 2021 pudieron aumentar las hectáreas de cultivo y ya en 2022 comenzaron a acoger bajo su paraguas a agricultores que querían comenzar a plantar este nuevo cultivo. Al cerrar 2022 ya eran 10 los agricultores leoneses que plantan quinoa en esas 123 hectáreas. 

En el año 2022 la cosecha de quinoa (que se realizará esta temporada entre los meses de julio y agosto) se saldó con 5 toneladas por hectárea de regadío y 2 en cada hectárea de secano.

Una alternativa de rotación y reducción de consumo de agua

Sin embargo, existe una clara reticencia por parte del sector agrícola leonés sobre los nuevos cultivos: “El campo es muy conservador y necesita ir viendo poco a poco cómo van las campañas”, aseguran desde la dirección de la empresa, “Cuando entras en el sector con un cultivo nuevo los otros agricultores piensan que quieres sustituir los otros más tradicionales. No es así, nosotros también cultivamos maíz o remolacha. No venimos a sustituir a nadie sino a garantizar un cultivo alternativo para cumplir con la rotación”, dicen refiriéndose a la nueva Política Agraria Común que exige un cambio de cultivo en el 50% de la superficie, “León es la provincia que más maíz produce. Cuando llegue el momento de rotar entre 15.000 y 20.000 hectáreas de maíz los agricultores tienen que tener alternativa”.

No venimos a sustituir a nadie sino a garantizar un cultivo alternativo para cumplir con la rotación

Además de las ventajas relativas a la rotación de la PAC, la quinoa tiene ventajas sobre los costes de producción, ya que no se necesita ninguna maquinaria especial para cosechar, y el gasto de agua y es que necesita tres riegos importantes a lo largo de toda la cosecha: “Es un cultivo muy duro y muy bueno porque consume mucha menos agua y fertilizantes nitrogenados que el maíz. La idea es que con la quinoa se llene ese hueco y tengamos un cultivo que exija menos costes y suministros”, apostillan desde Quinoa del Páramo, “No hay que mirar tanto por el estrés hídrico que podría aguantar. En León no vamos a tener problemas de agua a corto plazo pero tampoco se puede desaprovechar”.

Un consumidor poco convencido

La dirección de Quinoa del Páramo es consciente de que este alimento todavía no se ha normalizado entre el público leonés, aunque afirman que solo es cuestión de tiempo: “El consumidor general desconoce la quinoa, no sé si es porque quizá se ha vendido mal. Si buscas recetas con quinoa en Google solo aparecen ensaladas y así es normal que no resulte atractivo. El producto hay que tratarlo como si fuese arroz, se cocina igual y está más rico. En próximas campañas queremos involucrar también al sector gastronómico”.

La quinoa que se cultiva en León se exporta principalmente a Francia, Italia y Estados Unidos: “Ellos están más familiarizados con este tipo de producto”, afirman desde la empresa que no hace venta minorista. Los leoneses, de momento, no se suman al consumo de este cultivo: “No me cabe duda de que se acabará incorporando en el futuro, porque es la tendencia que hay en otros países”.

El futuro de la quinoa

Para ellos la rotación forma parte indispensable de ese futuro: “Se ha demostrado que la rotación es buena para la tierra. Nosotros hemos sembrado remolacha después de quinoa y ha dejado el terreno mucho mejor, la cosecha ha sido muy buena. No podemos basar nuestra economía en el monocultivo”.

Además de tratar de doblar la superficie cultivada de quinoa hasta las 200 hectáreas, otra de las líneas de experimentación de la empresa es la quinoa forrajera que está funcionando positivamente: “Es un alimento muy saciante, también para los animales y así les dura más el forraje y nosotros lo aprovechamos como producto secundario”.

La dirección de Quinoa del Páramo tiene claro que el futuro de la agricultura a nivel mundial pasa por los nuevos cultivos que faciliten producir mucho sin mucho coste y que no necesiten una gran cantidad de agua: “Va a ser un tema de necesidad. Uno de los objetivos de la Agenda 2030 es garantizar la alimentación mundial. Tenemos que mirar por el planeta y en España tenemos que volver a actuar con sentido común y según nuestra latitud y climatología”.

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