El peligroso abandono de la carretera -y Camino de Santiago- de Gradefes a Cistierna

El constante y desastroso parcheado de la calzada aumenta la peligrosidad. / M.V.

ileon.com

La carretera LE-5638 que une por la margen derecha del río Esla el municipio de Cistierna desde la localidad de Sorriba con Gradefes es un auténtico despropósito. Y eso que no es sólo una vía comunicación relativamente transitada, sobre todo por camiones de no poco tonelaje, sino que además forma parte de la llamada Ruta Vadiniense, es decir, el Camino de Santiago que conecta la vía de peregrinación del norte con la meseta a través de Picos de Europa.

Los arcenes de la carretera son canales de riego, una estampa muy peligrosa. / M.V.

Construida en 1954, podría parecer por su estado en algunos tramos de sus 21,5 kilómetros de longitud que prácticamente no se ha tocado desde entonces. Apenas libran las travesías al paso por los numeros pueblos que conecta. La vía parte de Sorriba del Esla, con un tramo arreglado hace más de diez años, hasta Modino, Pesquera, Santibáñez de Rueda, Carbajal de Rueda, Villacidayo, Villanofar y finalmente Gradefes.

En la práctica totalidad de su trayecto, esta vía de comunicación (que se denominó CV-1312 hasta hace 5 años), es un bache contínuo, especialmente grave en las muchas zonas sombrías, donde el asfalto ya casi ni existe. Periódicamente la brigada de mantenimiento utiliza el denominado 'parche boñiga', que como confirman los vecinos y usuarios de la carretera “se pega en el acto pero a los tres días se despega”, superponiéndose unas reparaciones a otras formando incluso montículos.

Además de que los árboles 'invaden' muchos tramos, sin respetar la distancia legal de cuatro metros de los límites de las fincas, otro riesgo real es que las cunetas y arcenes son utilizadas habitualmente como canales de riego, de manera que cualquier cruce con otro vehículo en la estrecha calzada es habitual que termine con uno de ellos hundido en el terreno húmedo. Para más inri, los pasos de agua están sin señalizar y en verano cubiertos de hierba, una auténtica trampa para las ruedas.

Por otro lado, los conductores lamentan que las señales son muy escasas y la mayoría de las que sobreviven tienen entre 20 y 30 años, de manera que por la noche entrañan un peligro mayor, dado que ya no reflejan.

Pero quizá el mayor riesgo es el abundante tráfico pesado que soporta una vía en tales condiciones: camiones de pienso, de leche, de hierba, de la industria maderera de pinos y chopos, camiones de materiales de construcción, de gasoil, además de dos líneas de transporte escolar de Infantil y Primaria (Fernando Pascual) y secundaria (ALSA), la línea regular de viajeros de ALSA y el transporte a la demanda del Ayuntamiento de Cistierna, hacen que el volumen de tráfico pesado sea especialmente alto.

Un conductor habitual reconoce que “curiosamente hace años, a la salida de Gradefes había una señal de restricción de peso (10 o 12 toneladas) pero un buen día desapareció, es un milagro que no se hundan los puentes o los pasos de agua”, lamenta. En los últimos años, han sido abundantes los accidentes, salidas de vía y colisiones, de la que ésta noticia es sólo un ejemplo, al unirse tan lamentables condiciones en una única carretera.

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