Manolo Sierra recupera su 'mítico' mural en la avenida Sierra Pambley de Villablino

Sierra retocando su propia obra.

Luis Álvarez / Villablino

Durante toda la semana, el pintor Manolo Sierra ha trabajado en la restauración del gran mural pintado en el año 2003 en la avenida de Sierra Pambley de Villablino, coincidiendo con la celebración de varios cursos de verano de la Universidad Carlos III.

Le ha ocupado más tiempo este trabajo de actualización que la ejecución del mural inicial, que se pintó en “solo dos días, porque éramos un grupo, de un taller de pintura de murales”, que se había organizado y convocado por la Universidad de León, enmarcado en el programa conjunto de cursos de verano con la Universidad Carlos III de Madrid.

El taller convocado para tres días, del 11 al 13 de julio, tenía la denominación de “Muralismo de combate” y con una temática centrada en la evolución histórica del mural artístico y político. Lo interesante es que el taller de pintura “se suspendió, me dijeron que no se hacía, sin explicarme las razones de la suspensión”, comenta Sierra, que añade a continuación que “yo eso de las prohibiciones lo llevo mal, me cuesta asumirlas”. Por eso, recuerda, preguntó a los inscritos en el mismo si querían hacerlo y así se gestó la obra, contra los organizadores y convocantes, por voluntad de los participantes. Quizá la causa fuese la temática del mural o razones de oportunidad, o económicas, pero el motivo solo lo saben los organizadores de los cursos.

La temática del mural tuvo un marcado carácter político, muy en la línea de sus propias ideas. Empieza con un asunto agrícola con la presencia de un carro rojo, que según declaró a José Luis Vega “se trata de un guiño a sus paisanos, para que en lugar de lamentarse por los numerosos obstáculos y la difícil situación que atraviesa el valle desde hace años, se suban a ese carro mitológico con la intención de hacer frente a las adversidades a base de lucha, esfuerzo y sacrificio”.

Un carro rojo muy presente en toda la obra pictórica y muralista de Sierra, el mural continúa con un guiño a la naturaleza de su tierra de nacimiento, Laciana, con la imagen de una 'grichandana' ('capilote' en otras zonas de la Montaña de León, como Riaño, o narcisos silvestres), el verde del paisaje y el azul del cielo, en el año precisamente en que se había dado a Laciana la declaración del territorio como Reserva de la Biosfera.

La tercera parte tiene referencias a la mina, una bocamina y una vagoneta que enlazan con los símbolosde las fosas comunes y entierros en las cunetas de las carreteras durante los años negros de la Guerra Civil y posteriores. Se prolonga para finalizar con el florecimiento de la cultura y la flor que surge de las páginas de un libro, “precisamente frente a la sede de Sierra Pambley”. En total, una obra mural de más de 20 metros.

Unos metros más hacia el este, unos años mas tarde con motivo de las guerras de Oriente Medio pintó una referencia a los bombardeos sobre poblaciones civiles. En todas sus referencias, su simbología política está presente en los colores de la enseña republicana, el rojo del carro, la estrella roja en la mina, su pájaro republicano o la flor coronada por una estrella roja, dejando así su impronta personal en la obra.

La recuperación de este mural ha sido posible después de que el Ayuntamiento realizase una obra de mejora en el muro, dotándolo de una cubierta a modo de cornisa, que sirva para proteger de las aguas un poco la pared de que los sustenta, en la que además se ha instalado un sistema de iluminación nocturna. Además, está el compromiso de eliminar el aparcamiento estable frente al mural, dejando el espacio reservado para aparcamientos temporales, estilo carga y descarga. También se han retirado los contenedores de basura que durante años estuvieron colocados frente al mural.

Y es que en alguna ocasión Sierra aseguró que iba a eliminarlo y pintar la pared de blanco, ante la actitud de abandono y pasotismo por parte municipal. Ahora, el concejal de cultura, José Luis Real, ha revertido con su empeño y conseguido que esta restauración haya sido posible, como regalo de Manolo Sierra a sus paisanos de Laciana, como ya lo fue hace 18 años. Para el lunes 4 de octubre está previsto celebrar un acto de reinauguración de esta colorida y aplaudida obra.

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