La jubilación alcanza hasta a los césares romanos
José Ramos vive rodeado de minuteros, segunderos y carillones. Durante la conversación mantenida en el almacén donde atesora más de 200 relojes de pie y de pared, el sonido del paso del tiempo contrapuntea sin cesar las palabras. Entiende muy bien el significado del paso del tiempo y su medida, por eso sabe que le ha llegado la hora de pasar el testigo.
Después de 25 años siendo uno de los mejores embajadores de Astorga, José Ramos recupera su nombre. Durante un cuarto de siglo allá donde ha ido le han llamado César Josefus Orologius, “son muchos años”, asegura este relojero de profesión a punto de cumplir los 70 años, su reloj interno le ha marcado “el momento de que venga gente joven con nuevas ideas” y nuevas fuerzas para representar a la ciudad en cada lugar de España donde haya que promocionarla.
Al ciudadano José Ramos le colocó el laurel el Ayuntamiento en 1990. Tomó el relevo de Emilio el Pertiguero, el inolvidable astorgano que entendía como nadie el sentido de la fiesta y primer césar en presidir el circo romano, el germen de la Fiesta de Astures y Romanos. Igual que su antecesor, Josefus Orologius lleva Astorga muy adentro: “eso de salir fuera y saber que vas representando a Astorga es un orgullo muy grande”. De entre todos los viajes que ha realizado con el traje y el laurel en la maleta, recuerda especialmente los realizados a la Feria Internacional de Turismo (Fitur) de Madrid, “allí somos una institución”.
Tantos años dando vida al líder de los romanos en la recreación histórica, le han convertido en la memoria de la fista. Buena parte de la historia de Astures y Romanos se encuentra archivada en los álbumes de fotografías y en los armarios donde el césar guarda con mimo los cascos, las corazas, los manguitos, todos los aderezos de la decena de trajes de romano. Se nota que ha vivido con intensidad y responsabilidad el papel que le ha tocado representar, “esto no es ninguna broma”, asegura con gran seriedad, el césar “se gasta dinero de su bolsillo” y tiene que estar disponible para viajar, incluso en días laborables. Como todos los astorganos que han contribuido en hacer grande la fiesta/símbolo de Astorga, José Ramos ha dedicado mucho esfuerzo y muchas horas de su vida a hacerla crecer, por ello el homenaje que este sábado la ciudad le tributa, es la mejor expresión de agradecimiento a un astorgano que ha exportado fuera de las murallas, la imagen de una ciudad que sabe divertirse tomando como referencia su enorme riqueza patrimonial e histórica.
Antes de pasar la corona de laurel a quien designen las elecciones que convoque la asociación, Josefus Orologius señala que la fiesta seguirá evolucionando -“mira este año, se recuperaron las catapultas”- y luciendo trajes “que no ves en ninguna otra”, sin embargo, cree que “hay poner un límite a la rivalidad llevada hasta el extremo” entre astures y romanos, porque “en Cartagena que son cartagineses y romanos, ahí no se insulta a nadie. Estuvimos en el desfile de Braga y vimos la educación que tenía la gente. Esto que estamos viendo aquí durante el circo romano en la Plaza de Toros de los que se pasan con insultos... ¿qué imagen estamos dando de Astorga? A esto, bien el Ayuntamiento, bien la asociación, tienen que poner remedio”.
Con esta despedida de la primera línea, José Ramos deja de ser la cara visible de la Fiesta de Astures y Romanos, aunque no significa que deje de vivirla, porque al relojero más famoso de la historia reciente de Astorga le 'va la marcha', no en vano fue uno de los pioneros desde el grupo de carnaval 'Los Maragatos' en iniciar las grandes fiestas que hoy identifican a la ciudad: el Sábado de Piñata y el circo romano.
