Trece ayuntamientos gestionarán la depuración integral del río Órbigo diez años después del inicio de las obras

Imagen de una de las grandes depuradoras, la situada en Santa Marina del Rey. / Foto: CHD

astorgaredaccion.com

El proyecto comenzó su andadura en 2007 con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero con un presupuesto inicial de 27 millones de euros (al final se sumaron ocho millones más) y después de varias paralizaciones de obra, dos revisiones del proyecto, una crisis económica como la de 2012 que cortó la inversión y alguna que otra vicisitud, la red de 20 depuradoras y 60 kilómetros de colectores que jalonan el cauce desde su nacimiento en el municipio de Cimanes del Tejar hasta el límite con La Bañeza, será gestionada por los ayuntamientos que la disfrutan.

La comisión promotora que ha gestado la mancomunidad ha estado pilotada por el alcalde de Santa Marina del Rey, Francisco Álvarez, desde finales de 2018, unos meses después de que toda la red de saneamiento de viviendas y empresas, por fin, vertiera aguas limpias al Órbigo. Tuvo que transcurrir una década desde el inicio de las obras para que estuviera en marcha todo el sistema de las tres grandes depuradoras troncales, situadas en Carrizo de la Ribera, Santa Marina del Rey y Villoria de Órbigo, a las que está conectada una malla de 17 pequeñas estaciones de limpieza de aguas residuales. Solo ha quedado fuera de la red el municipio de Villadangos del Páramo al poder sanear las aguas sucias en la depuradora del polígono industrial.

El acta de constitución de la Mancomunidad 'Depuración del Alto Órbigo' la firmarán los representantes municipales de Benavides, Bustillo del Páramo, Carrizo, Cimanes del Tejar, Hospital de Órbigo, Llamas de la Ribera, San Cristóbal de la Polantera, Santa Marina del Rey, Soto de la Vega, Turcia, Villarejo, Villares y Villazala. Ha sido un intenso trabajo de año y medio de duración que en noviembre de 2018 lograba asentar un primer mojón con la aprobación del proyecto de estatutos, hasta que el 15 de mayo de este año (tras el parón de la crisis sanitaria de la pandemia de Covid-19) se publicaban en el Boletín Oficial de Castilla y León. El esfuerzo, según Francisco Álvarez, ha merecido la pena porque de lo que trata es de “recuperar uno de los mejores ríos trucheros de la provincia”.

La mancomunidad comenzará a gestionar la depuración integral después de que haya sido la empresa semipública Tragsa, por encomienda de la Confederación Hidrográfica del Duero, quien se ha hecho cargo hasta ahora. A partir de su constitución, la agrupación de municipios se encargará de la explotación, mantenimiento y conservación de las estaciones depuradoras, así como la red de canalización de las mismas, deberá establecer un reglamento de vertidos y aprobar una ordenanza fiscal reguladora de las tasas por la prestación del servicio, así como de la organización de un sistema de financiación del servicio. Los consejeros de los 13 municipios deberán determinar si la gestión será pública o a través de una empresa privada.

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