Salvar la Quesería Los Payuelos, un SOS desde las redes sociales para mantener con vida una actividad tradicional

Quesería Los Payuelos.

César Fernández

La Quesería Los Payuelos se enfrentó el año pasado a una de esas contradicciones a las que un pequeño virus ha sometido al mundo: su actividad era esencial, pero su negocio resultaba inviable. Sin derecho a recibir ayudas en caso de cierre por estar en el ámbito de la alimentación, sus cuentas arrojaron pérdidas de hasta el 90% en un mercado dependiente en alto grado de una restauración por entonces cerrada a cal y canto. La desescalada tuvo más sombras que luces en un escenario de restricciones para esta firma asentada en Sahelices del Payuelo (Valdepolo). Y ahora una iniciativa a través de las redes sociales busca salvar un medio de vida tradicional en el rural de la provincia con un torrente de solidaridad y un objetivo en números redondos: vender 2.000 unidades del queso 'pata de mulo' a un precio de 45 euros y entrega en septiembre para mantener con vida la quesería.

Fran Vázquez Martínez se recuerda en marzo, abril y mayo de 2020, en pleno confinamiento y entre controles de la Guardia Civil, desplazándose a la quesería para hacer labores de mantenimiento de la producción. Vender era casi misión imposible en un negocio basado al 80% en las compras del sector de la restauración. La pandemia había llegado en marzo tras dos meses tradicionalmente malos, pero resueltos con las mejores estadísticas comparativas de la corta historia de un negocio abierto en 2012 y asentado en plena explotación ganadera, cuyo propietario, Fidel Baños, dejó la quesería en manos de este descendiente del Órbigo que vio la oportunidad de aplicar al sur de la provincia de León sus estudios de la rama láctea cursados en Madrid.

Los Payuelos fue creciendo en cantidad y calidad con varios premios internacionales a sus quesos de oveja hasta asomar la posibilidad de realizar una ampliación. La reforma se acometió en 2018 sin dar los frutos esperados. El negocio se fue recuperando en 2019 y había empezado 2020 con unos registros sin precedentes en la estadística hasta que la crisis del coronavirus volvió a sembrar el terreno de interrogantes. “El 80% de nuestra producción va a la hostelería. Eso hizo que nuestras ventas bajaran un 90%. Y no teníamos derecho a ayudas porque, en teoría, teníamos que estar abiertos por estar dentro del sector de la alimentación”, explica Fran, al frente de la quesería junto a su hermana Teresita y su mujer, Marta García.

Las restricciones y la incertidumbre como hándicaps

Salvada la primera ola, la desescalada no fue la esperada. Las restricciones a la hostelería y la restauración le siguieron afectando de lleno. Y la incertidumbre en un escenario tan imprevisible mermó sustancialmente las compras de oriundos que emigraron en su día y este verano no fueron al pueblo por temor a no poder regresar a sus ciudades de residencia. La crisis económica derivada de la sanitaria también ha hecho mella a un producto de calidad que no puede competir en precio con quesos industriales, más socorridos cuando hay menos alegría en las carteras de los clientes.

El objetivo es vender 2.000 unidades del 'pata de mulo', uno de los productos estrella de Los Payuelos, un queso muy agradable al paladar, perfecto para el postre y también válido como entrante o incluso para fundir

Un hipotético cierre todavía no estaba sobre la mesa (“pero, de seguir así, no tardaría mucho en llegar”, precisa Fran) cuando el responsable de la firma madrileña Quesería Cultivo, Rubén Valbuena, se pasó a saludar y se quedó preocupado por la incertidumbre. Con las redes sociales como efecto multiplicador, planteó un SOS en forma de llamamiento para lograr vender 2.000 unidades del 'pata de mulo', un producto estrella de Los Payuelos, que realizará una modalidad a mitad de camino entre el curado y el semicurado de este queso de oveja basado en la utilización de leche cruda y su conservación en cámaras bajo tierra a entre 10 y 12 grados y un 80% de humedad. El resultado es un alimento “muy agradable” al paladar, perfecto para el postre y también válido como entrante o incluso para fundir.

A los clientes se les pide un ejercicio de solidaridad por anticipado habida cuenta de que el queso se elabora en estas fechas y no podrá llegar a sus casas hasta septiembre. La respuesta a una campaña lanzada este lunes está siendo espectacular. “Me quemaba ayer (por este martes) la oreja al teléfono. Y a veces se te quiebra la voz”, reconoce el responsable de Los Payuelos sin obviar que esta iniciativa podría incluso a la larga ensanchar un mercado hasta la fecha muy dependiente de la restauración y que ahora llegará en masa a casas particulares. Y el 'pata de mulo', que también era un enganche en ferias promocionales del sector a las que acudían y que ahora también están vedadas por la pandemia, podrá ser al mismo tiempo paliativo y reconstituyente de una actividad tradicional que ha encontrado un salvavidas en las redes sociales.

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