“Todo el mundo tiene que querer quedarse en Astorga”
Con solo seis votos de diferencia, Victorina Alonso se ha convertido en la nueva alcaldesa de Astorga tras formado parte del Ayuntamiento bajo las órdenes de Perandones. Se deshace en halagos hacia su predecesor y se marca una prioridad desde las primeras semanas de mandato: el ciudadano y su participación en el buen funcionamiento de la ciudad. Mientras charla de política con ileon.com, no puede evitar las comparaciones con la medicina, su profesión.
Es la primera mujer que ocupa la Alcaldía de Astorga. ¿Significa esto algo para usted?
Más responsabilidad. En mi caso ser mujer siempre ha implicado más esfuerzo en demostrar que soy tan buena como mis compañeros ya que a ellos se les da ya el margen de confianza. Me ha ocurrido siempre. En la sanidad, en las Cortes...
Además cuenta con una buena herencia del anterior alcalde que tendrá que mantener.
Por lo menos espero estar a su nivel, que ya es complicado. Juanjo lo hacía estupendamente, es un hombre responsable, honesto y que siempre piensa muy bien las cosas. A los concejales siempre nos decía que lo primero era la ciudad, que cuando uno es alcalde se tiene que olvidar de las demás cosas.
¿Cuáles son sus prioridades en la gestión de Astorga?
Hemos apostado por el entorno de la ciudad. Juanjo -lo decía él- se dedicó a las grandes obras y tenemos cinco proyectos en marcha de gran envergadura.Yo en estos primeros días he apostado por las pequeñas, por arreglar un banco, solucionar los desperfectos de un jardín... Estamos en la calle haciendo fotos de lo que es mejorable para arreglarlo y embellecer la ciudad. Tenemos que conseguir que en julio, cuando empiezan a venir turistas y peregrinos, nuestra ciudad sea aquella en la que todo el mundo se quiera quedar. Uno de los motores fundamentales es el turismo, por lo que tenemos que cuidarlo todos los ciudadanos.
Por cierto, ¿qué tal funciona el servicio de atención al ciudadano en el que se responde a sus quejas en 48 horas?
Nos ha sorprendido. Todos los días tenemos correos. Julio, el concejal que lo lleva, distribuye los temas al resto de concejales y a la Alcaldía. Estamos muy contentos con el funcionamiento.
Va a ser una gestión marcada por la austeridad motivada por la crisis económica. ¿Qué medidas van a tomar?
Una de las cosas que me parece importantísima -que propuse en las Cortes y se aprobó- es una Central de Compras a la que los proveedores hagan ofertas y elija la que ofrece mejores condiciones. Es verdad que en Astorga intentamos comprar a todos los proveedores y, aunque es una buena medida y favorece al comercio local, desde luego no es la gestión más adecuada para los fondos, que son de todos. Es una obligación de la Alcaldía y del responsable de Hacienda, así que la pondremos en marcha cuando nos hayamos asentado bien.
¿Qué le parece la posición del PAL tras las elecciones?
Pablo había firmado ante notario que si no era alcalde no iba a querer estar en el Ayuntamiento y lo ha respetado. En ese sentido hay que felicitarlo por cumplir su palabra. Todos estábamos inseguros e intranquilos porque no sabíamos qué iba a pasar hasta el último día. Yo preparé el discurso dos días antes porque es una situación muy justa y si Pablo hubiese querido lo habría cambiado.
¿El hecho de que los resultados hayan estado tan ajustados influirá en la estabilidad del Ayuntamiento?
Claro que puede influir. Hemos ganado por seis votos, pero son seis votos que nos dan la mayoría. De todas formas, si miras el contexto de 23 años de gobierno y la situación nacional en la que el PSOE ha bajado, esos seis votos se pueden considerar de calidad, hemos mantenido el tipo. Y si subieran sido 600 en vez de seis, la situación sería similar, aunque sí es verdad que me podría sentir más respaldada. Pero también me siento respaldada así.
¿La gestión va a ser de equipo entre los grupos políticos?
Lo voy a intentar y así se lo he transmitido desde el primer día. Ya les hemos invitado a participar en varias iniciativas y estamos satisfechos porque además hay buen ambiente. Esto es un barco, si todos remamos en la misma dirección, aunque el viento venga en contra, el banco sigue hacia delante. Aquí lo que cuenta es Astorga.
¿Cómo se siente como parte de un partido que, en general, ha perdido tantos votos?
Por buscar una analogía con mi trabajo, estamos de guardia. Cuando uno está en una guardia y viene un accidente que no evoluciona bien aunque se pongan todos los medios, el que está de guardia es el que lo sufre y se lleva toda la carga de la situación. Le ha tocado al gobierno socialista, pero en otros países donde está la derecha le ha pasado lo mismo.
¿Cuál es su opinión sobre las voces críticas del Bierzo?
Cuando un enfermo tiene una enfermedad crónica, es más fácil que además coja micosis, anginas, otitis... Entiendo que en este momento hay compañeros que quizá ven que se pueden hacer las cosas de otra manera. En medio de una debacle nacional, algunos municipios no solo se han mantenido sino que han ganado holgadamente, lo que les da también a ellos una capacidad de tomar actitudes que en el contexto de todo el partido quizás no sean beneficiosas. De toda formas es complicado gobernar una ciudad, pero un partido político mucho más.
Ya que estamos con las analogías médicas. ¿Cuáles son las enfermedades de Astorga que primero habría que curar?
Desde luego el músculo económico. Tiene una cabeza privilegiada, la sociedad astorgana es muy culta y participa en múltiples actividades culturales. Tenemos una riqueza con el turismo, un valor seguro que mantiene a las empresas de la ciudad de restauración o dulces. Todo eso se potencia con el turismo. Nuestra apuesta tiene que ser por ahí.