Silvia Clemente: “La definición de agricultor activo es un logro de Castilla y León para el futuro del sector en toda España”

Rubén Cacho / ICAL Silvia Clemente, consejera de Agricultura y Ganadería

D.R.F./ ICAL

La consejera de Agricultura de la Junta, Silvia Clemente, remarca los frutos del trabajo de Castilla y León durante los tres años de negociación de la nueva PAC; y ensalza una labor que ha permitido a la Comunidad “superar todos sus temores”. “Podemos estar satisfechos del resultado tras una serie de batallas que hemos tenido que librar y nos ha permitido ganar la guerra”, incide en esta entrevista a Ical. Clemente se felicita porque Castilla y León mantendrá su nivel de fondos directos y eleva en 120 millones las partidas para desarrollo rural, que servirán, señala, para impulsar la estructura de sectores como el vacuno de leche, el ovino, la patata, la remolacha y el vino, para su expansión, tras la labor desarrollada en el programa de calidad alimentaria Tierra de Sabor. Clemente garantiza que la Comunidad asumirá el incremento en la cofinanciación de los fondos de desarrollo rural y espera que el ministerio cumpla con su parte, que se ha reducido al 30 por ciento.

Tras salir de la conferencia Sectorial del pasado martes, expresó estar satisfecha con el reparto de fondos, 7.430 millones para la Comunidad hasta 2020. ¿Nos puede precisar su grado de satisfacción?

Salí muy satisfecha. La valoración general que tienen las ayudas para el sector agrario, es que en una situación de crisis económica, hemos mantenido para 2014-2020, el mismo nivel de ayudas que ha tenido el sector primario hasta ahora. Es una buenísima noticia. No la podemos matizar en ningún caso. Ha sido muy difícil en el contexto europeo de negociación de las perspectivas financieras, mantener el presupuesto en el epígrafe PAC. En un entorno de incertidumbre, ya que las negociaciones comenzaron en 2010, en pleno desarrollo de la situación de crisis, mi valoración para una Comunidad en la que el sector primario es tan destacado, es muy positiva y de extraordinaria satisfacción, por no haber perdido ni un euro de lo que en este momento percibía el sector.

¿Ha existido una confrontación territorial durante las negociaciones?

Desde la concepción general en la que el epígrafe PAC en Europa ha salido bien parado, los 28 estados miembros han salido ganando para su sector primario. España ha salido ganando y quiero valorar el trabajo que ha hecho el ministro para mejorar algunos aspectos de aplicación de la PAC. No ha habido confrontación entre territorios, ha sido una pelea de España para defender el sector primario en Europa, y eso hay que reconocérselo al ministro de Agricultura.

Hasta el año que viene no se conocerá a ciencia cierta si los agricultores ganan o pierden. ¿Qué mensaje puede trasladar a los profesionales del sector?

Castilla y León va a seguir recibiendo las mismas ayudas, pero otro plano es la definición personal. Entiendo que a cada agricultor y ganadero, lo que le importa es saber cuánto va a percibir individualmente. Hay algo importante, y es que si a nivel regional nuestras ayudas son las mismas, eso quiere decir que los movimientos que se van a producir van a venir dados por criterios técnicos; no por una pérdida de fondos, que hubiera afectado a todos por igual.

¿Cuáles son esos criterios que marcarán los ingresos individuales?

La diferenciación en la percepción individual vendrá determinada porque ahora hay unos criterios técnicos en los que hay una parte de ayudas directas ligadas a una tasa de pago básico, que se establece por el tipo de agricultura que tiene cada uno y por las ayudas que percibía, y luego hay una parte muy importante, que es el 30 por ciento, que es el pago verde (greening), que estará sometido al cumplimiento de esas condiciones por cada uno. Hay una parte de responsabilidad de cumplimiento de esas exigencias, que no es de la Administración, es individual. Como cada uno pueda cumplir esos requisitos, así será el nivel de ayudas. Eso no lo sabremos hasta que esté completamente cerrado el modelo de comarcas agrarias, que se debe definir ahora, y en el que estaremos trabajando hasta el 1 de agosto. Desde el mes de junio, empezaremos a informar a los agricultores de manera individual, pero será el 1 de enero de 2015 cuando cada uno reciba la transferencia en su cuenta, y sabrá de forma efectiva, cuánto le llega de la PAC.

¿Si se cumplen los requisitos verdes, está garantizado que el perceptor de PAC no sufrirá pérdidas?

Eso está claro, porque sólo se puede producir una variación muy pequeña de las ayudas del 0,67 por ciento entre comarcas, está calculado. Esto va a depender también del diseño final. Ahora es solo una previsión teórica. Quien cumpla con todos los requerimientos del tipo de cultivo, del greening y tenga acceso a las ayudas asociadas, percibirá lo mismo. Si a alguien se le producen modificaciones por su propia explotación o actividad, podrá percibir algo menos y otro percibirá algo más.

¿Puede aclararnos cómo se desarrollará el reparto a través de comarcas agrarias?

Hasta hora lo que tenían los agricultores y ganaderos eran derechos históricos. Ahora se trata de definir en el territorio, por comarcas agrarias, cuatro tipos de cultivo en cada uno, de secano, regadío, permanentes y pastos. Esto también se combina con las ayudas que percibía hasta ahora cada agricultor. Hay que combinar en una fórmula matemática los tipos de cultivo, con las ayudas que ha tenido hasta ahora cada agricultor y trasladar eso a la comarca agraria. Es transportar el modelo que hasta ahora le ha dado derecho a las ayudas a este nuevo que marca la reforma de la PAC. El modelo tiene que servir para que cada agricultor siga percibiendo lo mismo. Es adaptar este modelo a lo que cada agricultor percibía con unas reglas nuevas.

¿Este nuevo modelo es una logro frente a las voces que defendieron desde Bruselas la tarifa plana?

Siempre defendimos un modelo de comarcalización agraria, cuando todavía no se sabía qué era esto. Castilla y León apostó siempre por un modelo de regiones agronómicas, para ir contra la convergencia de las ayudas. Se ha conseguido, es un éxito de tres años de negociación, en la que hemos estado permanentemente. He acudido a Bruselas con los europarlamentarios, me he reunido con los ponentes de los reglamentos y hemos sido la única autonomía que hizo enmiendas a estos textos. Podemos estar satisfechos del resultado tras una serie de batallas que hemos tenido que librar y nos ha permitido ganar la guerra. La Comisión pretendía que todos los agricultores recibieran lo mismo, homogeneizar. Hemos conseguido escapar, sustraernos a ese modelo, porque hubiera sido muy negativo para España.

La definición de agricultor activo quizá fuese uno de los grandes caballos de batalla para el sector junto a la cuantía de los fondos. Acudió a Madrid con una propuesta de Comunidad que ha quedado lejos del resultado final. ¿Está satisfecha con la definición lograda cuando los ingresos ligados a la actividad se sitúan en el 20 por ciento y se reclamaba el 50?

Nos hubiera gustado que se hubiera cogido nuestra propuesta. Creíamos que exigir que el 50 por ciento de las rentas procediera de la actividad agraria era muy razonable. Lo propusimos con un acuerdo de todas las opas y Urcacyl. El ministerio no quería hacer ninguna definición de agricultor activo y prácticamente ninguna comunidad de España estaba interesada en esta definición. Solo alguna autonomía más pequeña, como La Rioja, Asturias y País Vasco, tenía interés. Menos de un tercio de las autonomías quería una definición.

Con una mayoría contraria, ¿supongo que considerará un triunfo lo logrado?

Tengo que hacer una valoración muy positiva a partir de donde arrancábamos, que era un no rotundo y un rechazo, hasta el punto de que el propio ministerio trasladó el mensaje de que se perdían las ayudas de todos los que desaparecieran de esa definición. Castilla y León tuvo que dar la certeza a través de un documento, de que no se perdían. Eso nos permitió que por primera vez se definiera agricultor activo. Mi pretensión era mayor, pero en este campo de negociación la mayoría de las autonomías se oponía. Este es un logro que se debe atribuir a Castilla y León, mirando por el futuro del sector, no solo en la Comunidad, sino en toda España. Esta definición desmonta además una de las oposiciones más importantes que había desde un punto de vista social a las ayudas PAC, creo que era necesario.

Otra novedad importante es la reserva del dos por ciento de los fondos directos para los jóvenes. ¿Cree que esta medida favorecerá su incorporación?

Creo que sí, porque se duplican los fondos para los jóvenes. Hasta hora sólo tenían una línea para acceder a beneficios, que eran las ayudas a la incorporación que venían desde el segundo pilar. Ahora, por primera vez, hay una línea de apoyo directo del primer pilar, que es hasta el dos por ciento de la ficha financiera en España. Pasamos de tener 100 millones a 200. Esto va a animar la incorporación de jóvenes. Otro factor que debe animar a la incorporación es la definición de agricultor activo, que le va a permitir acceder a derechos, a cobrar de manera permanente, no solo por la incorporación, sino al poder acreditar rentas de la actividad agraria. Los jóvenes que de verdad se incorporen de manera profesional, podrán acreditar estas rentas y acceder a las ayudas de manera permanente en el tiempo de la PAC.

Bajando al detalle del reparto, el 12,8 por ciento del total de las ayudas directas, correspondientes al primer pilar de la PAC, estarán acopladas, aunque la Comunidad apostaba por el 15 por ciento. ¿Considera ese porcentaje suficiente?

Yo pretendía llegar al máximo del porcentaje que autorizaba la UE. Hemos defendido esta cuestión en los grupos de alto nivel, el ministerio llegó al 12 por ciento; seguí defendiendo en la sectorial el 15 por ciento, y finalmente se fijó una salida intermedia. Quedarnos en el 12,8 por cien, y en 2016, establecer una revisión de estas ayudas acopladas. Me hubiera gustado llegar al 15 por ciento. Hay sectores más vulnerables, como el vacuno de leche, la remolacha y las vacas nodrizas, donde haber destinado de primeras estas ayudas hubiera constituido un impulso al desarrollo de los mismo. Pero acepto que haya una revisión en 2016. No se ha quedado cerrado el porcentaje. Podremos decidir sobre esos tres puntos en la revisión de 2016 a partir de cómo han funcionado esas ayudas acopladas.

¿Por qué es tan importante la atención de las ayudas acopladas a la ganadería?

Hemos salvado la situación de los ganaderos a través de las ayudas acopladas. Hemos peleado para que la ganadería estuviera en la reforma con uñas y dientes. Sino existieran estas ayudas, los ganaderos hubieran perdido con respecto a lo que percibían hasta ahora. De los 590 millones en ayudas asociadas, el 84 por ciento va para los ganaderos. No tienen base territorial, y esta PAC se funda en la base territorial. Para compensar esto se acuerdan las ayudas acopladas, que vienen a suplir los derechos especiales, que son en base a lo que en estos momentos perciben sus ayudas. Por eso nuestra pelea ha estado ligada a que las ayudas acopladas fueran a la ganadería, porque sino no hubiésemos podido solucionar la pérdida de fondos. Castilla y León es la Comunidad autónoma para la que más importantes son estas ayudas, porque ocupamos el primer puesto en vacuno y ovino de carne; el segundo de vacuno de leche, y el 25 por ciento de vacas nodrizas. Tenemos la ganadería de España. Si para alguien era importante, era para Castilla y León. La gran solución de las ayudas acopladas es la ganadería

¿Y los apoyos a la remolacha?

Está bien que revisemos estas ayudas a la remolacha en 2016; 2015 va a ser el año completo en que la remolacha va a recibir estos casi 17 millones de euros. Con estas ayudas, la industria va a tener que demostrar que es capaz de mantener el cultivo. Tiene una ayuda y debe pagar un precio para que se cultive la remolacha.

¿En cuanto a los fondos de desarrollo rural, está satisfecha con los 969 millones logrados que suponen recuperar 120 millones del anterior marco, que no cubren el descenso que registró la región entonces en favor de Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha?

En el anterior marco nos quitaron 666 millones de euros, en favor de autonomías como Andalucía, que recibió 535 más. En este reparto demandamos en junio al ministerio que se aplicaran criterios objetivos. Así, se eligió la fórmula de integración que emplea Europa para el reparto de fondos. Con ella, a Castilla y León le resultaba el 15 por ciento de la tarta total, Andalucía perdía 400 millones, y la Comunidad alcanzaba los 1.200. Sin embargo, se decide corregir esta fórmula para que ninguna autonomía perdiera más del 90 por ciento de lo que tenía, ni ganase más del 110 por ciento. Con esa corrección, nos salen 969 millones, y a Andalucía, perder 200 millones, la mitad de lo que le hubiera salido con la fórmula de integración pura, que yo defendí hasta el final. Todavía no nos devuelven lo que nos quitaron, pero el ministro prefería un modelo más progresivo de recuperación. Aún así, debo reconocer que hemos recibido la mitad de lo que se repartía a mayores. Cómo no vamos a estar contentos, aunque nos hubiera gustado restituir la situación anterior.

¿Los criterios de cofinanciación se han modificado a favor del ministerio, supongo que espera que no se repitan más problemas?

Los problemas que hemos tenido han sido de aportación por parte del ministerio de la cofinanciación que le correspondía, ha sido de transferencia. Ahora rebajan la cofinanciación y espero que puedan. En el nuevo marco, el ministerio financiará de forma homogénea para toda España un 30 por ciento. Tenemos que compensar la falta de financiación del Estado con fondos de la autonomía. Lo que hacen es rebajar la cofinanciación y espero que puedan asumirla, porque es el resultado de la reunión que el ministerio mantuvo con Hacienda, que es quien debe asegurarla en los presupuestos. Esto supone más esfuerzo para la Comunidad, pero también hay una mejora de la temporalidad, cambia la regla N+2 por la N+3, tenemos tres años más para terminar el programa, hasta diez años. Desde luego asumimos el compromiso y estableceremos todos los años el nivel de cofianciación que le corresponde a la Comunidad. De media, los fondos europeos son un 53 por ciento, el 47 por ciento restante es el que tiene que aportarse de cofianciación, el 30 del Estado y el 70 de la autonomía.

¿Hacia dónde se priorizarán estas ayudas?

Las líneas de carácter estructural, como modernización de explotaciones, incorporación de jóvenes, ayudas agroambientales e infraestructuras de regadío van a estar. Vamos a trabajar en estos meses en sectores con grandes oportunidades. El vacuno de leche, con la desaparición de cuotas, contará con un programa específico de acuerdo con los productores; en ovino diseñaremos también un programa especial; y también la patata, la remolacha y por supuesto el vino. Hemos trabajado en un programa de calidad alimentaria, como es Tierra de Sabor, y estamos preparados para trabajar con el programa de desarrollo rural, en la estructura de todos estos sectores para que sean de crecimiento y expansión desde el punto de vista económico.

¿Imagino que la Junta tiene en mente desarrollar reuniones ahora con el sector para explicar todos estos aspectos?

Diseñaremos un calendario para poder definir el programa de desarrollo rural, que se debe trabajar hasta junio, y nuestro objetivo es implicar a todos los sectores para lograr un crecimiento aprovechando la estabilidad de las ayudas europeas hasta 2020. Hay que proyectar el crecimiento de todos los sectores potentes de Castilla y León con todas las herramientas de trabajo que tenemos

A nivel administrativo, la nueva PAC traerá profundos cambios al crecer los requisitos. ¿Qué actuaciones tiene previstas la Junta en este tema de gestión?

Intentaremos simplificar al máximo, porque es uno de los principios de la PAC. Haremos todo lo posible porque sea fácil. Hemos conservado nuestra aplicación informática. Castilla y León ha hecho una gran inversión desde el año 96, es una de las mejores aplicaciones informáticas, según la UE, y es la de mayor nivel de teletramitación. El 98 por ciento de las ayudas se reciben por teletramitación. No hemos querido entrar en una aplicación nueva, porque esta nueva PAC provocará muchas dificultades, caídas del sistema y queremos resolverlas nosotros. Es una aplicación enorme, con una amplitud de códigos extraordinaria, y no hemos querido someter a esa incertidumbre a los agricultores de Castilla y León. Nos hemos reservado seguir trabajando con nuestra aplicación informática por este motivo.

¿Esta nueva PAC tiene algún aspecto negativo?

No tiene ningún aspecto negativo. Hemos superado todas las dificultades y todos los fantasmas que aparecieron en un primer momento. Todos los miedos se han superado y los hemos manejado para adaptarlos a la estructura del sector en Castilla y León.

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