Rubinat denuncia el “caos” de señalizaciónes de tráfico en San Andrés
El concejal de Independientes por San Andrés (IxSA) Luis Herrero Rubinat, ha manifestado su «estupor» ante «la fiebre que aqueja a algún responsable municipal para sembrar en los últimos días, de manera indiscriminada, por todo el municipio, nuevas señales de dirección prohibida». Las poblaciones más afectadas por «ese afán de poner el tráfico urbano patas arriba» son San Andrés del Rabanedo y Villabalter.
A partir de ahora, viniendo de Ferral del Bernesga, la primera travesía por la que se puede acceder al pueblo de San Andrés sería por la Casa de Cultura. Nada menos que tres calles seguidas tienen la prohibición de realizar el giro, con lo que se obliga a los conductores a rodear, ida y vuelta, más de un kilómetro. Además Rubinat critica «la falta de señalización en la misma carretera en alguna de esas intersecciones, como la de la calle Olímpica, por lo que los conductores que realizan el giro, se dan cuenta de la prohibición, en el mejor de los casos, cuando ya están accediendo a ese vial. Otras calles afectadas de San Andrés son San José y La Virgen». Vehículos pesados, autobuses escolares y coches particulares que transitan entre San Andrés y Ferral, se verán obligados a dar rodeos “gratuitos”con la nueva regulación.
Otro aspecto que ha provocado la indignación de los vecinos es la falta de una comunicación pública de los cambios con las nuevas direcciones «lo que provoca que muchos conductores, algunos de buena fe, circulen en dirección prohibida provocando un auténtico caos en el tráfico».
Las prisas en establecer las nuevas direcciones circulatorias han conllevado a la coexistencia de señales contradictorias como las que presenta la calle Olímpica donde se ha instalado una flecha de dirección obligatoria en un sentido, y persiste la señal de stop en dirección contraria. En Villabalter una de las señales se ha instalado detrás de las ramas de un árbol y, entre otros giros afectados, se encuentra al final del pueblo, para dar la vuelta.
El resultado final de «tan sesudas novedades» es para Rubinat, «un malestar creciente entre los vecinos, cabreo generalizado entre los conductores y un número creciente de pequeñas colisiones por el caos laberíntico que han producido los cambios» por lo que Rubinat sugiere al nuevo alcalde que «antes de realizar cambios que se asegure que éstos van a ser para resolver problemas y no para crearlos, y que visite personalmente las zonas afectadas para comprobar el desbarajuste circulatorio provocado por la siembra arbitraria de señales».
