El proyecto viene con siete años de retraso, según el PSOE

ileon.com

El grupo socialista en la Diputación de León recuerda que la aprobación por parte del PP en el Gobierno provincial del proyecto de la línea eléctrica imprescindible para la estación de esquí de San Isidro ve la luz siete años después de dar sus primeros pasos, en 2004. Una demora injustificable, según los socialistas, que esperan “sea la última” y que evidencia la “gestión deplorable y el incumplimiento sistemático de los plazos” por parte de la actual presidenta Isabel Carrasco y de sus predecesores en el cargo.

En este sentido, los socialistas creen “urgentísimo” el desarrollo pleno de este proyecto, ya que siete años han sido más que suficientes para dar una solución al pésimo servicio eléctrico de San Isidro, que provoca apagones cotidianos y que redundan en una imagen lamentable de la mejor superficie esquiable de la Cordillera y un recurso turístico de primer orden.

“Eso por no contar con el elevado coste que le ha supuesto a las arcas provinciales el servicio precario con generadores prestado hasta ahora no sólo a la estación sino a las viviendas del entorno, cuyas airadas críticas están plenamente justificadas”, añaden.

Esta demora en un proyecto vital, que ha pasado por rechazos medioambientales y hasta sentencias judiciales en contra, como la de 2007, es para el PSOE solo la punta del iceberg de un caos en la gestión que el PP ha protagonizado en San Isidro, con un desarrollo urbanístico en los juzgados, ilegalidades manifiestas, como la de la piscina climatizada, proyectos de dinamización hundidos, recortes y retrasos en la financiación de la Junta e incluso amenaza de millonarias indemnizaciones que pesan sobre decisiones del PP de Isabel Carrasco.

Que Carrasco cumpla con Valporquero

Ante la aprobación del calendario de la Cueva de Valporquero, también aprobado hoy por la Junta de Gobierno de la Diputación, el PSOE confía en que Carrasco cumpla con sus compromisos de mejoras en esta Cueva de propiedad provincial que palíen la pérdida de los 10.000 visitantes de golpe que se sufrió en la pasada campaña, un descenso sin precedentes y de impacto económico muy duro en toda la Montaña Central.

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