Guía para interpretar los datos del recuento de la noche electoral

César Sánchez / ICAL Votaciones de la elecciones generales en Ponferrada

Jesús María López de Uribe

Es probable que al salir los primeros datos de resultados de las elecciones de este 28 de abril en la página de resultados del Ministerio de Interior (se puede consultar aquí a partir de las 21:00 horas cuando cierren los colegios electorales en Canarias) haya muchas personas que alcen los brazos al cielo; pero puede ser posible que al final de la noche se les caigan al suelo.

Y esto se debe a que hay que ser cautos a la hora de interpretar los primeros datos hasta el 25% de los votos escrutados ya que hasta entonces lo que se ve son los recuentos de las mesas más pequeñas y de la España Rural, sin contar los de las grandes ciudades, con lo que suelen mostrar una idea errónea de lo que pueda ocurrir.

Es pasado el 50% cuando la cosa se suele ir poniendo más ajustada a la realidad, aunque hasta que no pasa del 75-80% no se suele decir que está “todo el pescado vendido”, a falta del reparto de los últimos escaños, que en esta ocasión —con una participación mucho más alta de la esperada— promete mucho jaleo a última hora de la noche.

Lo más probable es que sobre las once y pico de la noche ya se tenga bastante claro cómo va a ir el resultado final, y entonces será el momento de echar un vistazo a las elecciones al Senado cuyas papeletas se recuentan después que las del Congreso y son bastante más liosas para los componentes de la mesa electoral al tener que sumar los votos de diversos candidatos.

Para el reparto de los diputados en la provincia de León (se eligen cuatro) hay que tener en cuenta dos factores, lo que saquen el ganador y el segundo. Hay que tener en cuenta que el Sistema de Reparto D'Hondt lo que hace es dividir los resultados de los partidos entre uno, dos, tres y cuatro.

Como no se prevé una victoria aplastante de ninguno de los dos partidos grandes (aunque las encuestas daban ganador al PSOE), lo normal es que con la división por dos se sepa en qué número se conseguirían el tercer y cuarto escaño. Un ejemplo hipotético sería que el PSOE sacara 80.000 votos y el PP 75.000, al dividir por dos, el tercer diputado estaría en 40.000 votos y el cuarto en 37.500.

Si cualquiera de los otros partidos en disputa (Vox, Cs y Unidas Podemos) superara los 37.500 se llevaría al menos uno. Si hubiera dos por encima de ese número, pero por debajo de 40.000, sólo uno conseguiría el cuarto, ya que el PSOE se llevaría el segundo. Si los dos subieran por encima de los 40.000, los dos lo conseguirían, dándose un reparto múltiple de 1-1-1-1.

En todo caso, la noche electoral promete mucha emoción, y no sólo en León.

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