“Los partidos han visto que algo se ha roto”
Enrique Dans es profesor de Sistemas de Información en IE Business School y uno de los blogueros más seguidos a nivel nacional. Además de estar fascinado con el 15M por su objetivo y por hundir sus raíces en internet, fue uno de los impulsores del movimiento 'No les votes' que lleva recorriendo las redes sociales desde que se aprobó la Ley Sinde.
Dans explica que no fue la ley en concreto lo que les hizo reaccionar, sino ver cómo, mientras gran parte de la ciudadanía no la quería, los tres grandes partidos se alegraban de haberla pactado. “Eso no es democracia, es lobbicracia”, denuncia. Y fue entonces cuando comenzó junto a otras seis personas su campaña para castigar en las urnas a PP, PSOE y CIU, los partidos que consideraban que estaban actuando de espaldas a la ciudadanía y que, por tanto, no les representaban. Cuando comenzó a sonar Democracia Real Ya se sintió identificado y, además de dar su apoyo, también se echó a la calle.
El 15M comenzó como una revolución contra la corrupción y los excesos de los políticos, pero a veces da la sensación de que ahora se ha quedado en algo más interno...
El movimiento sigue siendo exactamente el mismo. Lo que se han transformado son las manifestaciones. La manifestación del 15 de mayo en muchos lugares solo fue posible porque se pedía una amalgama de cosas bastante fáciles de entender, muy coherentes y que prácticamente cualquier ciudadano que sea un político profesional va a apoyar: la exigencia de políticos más preparados, mayor transparencia, menos corrupción o un cambio en la ley electoral. Intentar devolver a la democracia lo que debería ser, eliminar la partitocracia y convertir el sistema en algo más legítimo donde los ciudadanos tengan más posibilidad de control.
Si no fuera por la gente de las plazas, se habría dejado de hablar de esta historia hace 10 días
¿Y ahora qué?
A partir de las manifestaciones, lo que se queda en las plazas ya no es exactamente representativo del movimiento en su conjunto. El movimiento asambleario lo que hace es retomar la participación y el diálogo político de la gente normal y corriente. Se han ido a los barrios para descentralizarlo y pretenden que la gente vuelva a hablar de política, que diga lo que les preocupa, es algo mucho más amplio que el movimiento original, pero si no fuera por esta gente se habría dejado de hablar de esta historia hace 10 días. Está caducando, ahora hay que hacer otra cosa, lo mejor sería irse dignamente, dejar las plazas muy limpitas y pasar a otro tema.
¿Y qué habría que hacer?
En mi opinión lo bueno serían movimientos quincenales o algo así, demostrar que tenemos la calle y que no la vamos a soltar.
Pero es verdad que si mucha gente los primeros días se emocionó bajo un objetivo común, se ha ido desinflando...
Pero porque se ha pretendido que las acampadas eran continuación de las manifestaciones y no es la misma expresión ni la misma gente. En la plaza solo se queda el que, logísticamente, se puede quedar, además de que dormir en una plaza es muy duro y exige un nivel de compromiso muy elevado, algo que históricamente ha sido más de la izquierda que de la derecha. Lo que se queda en las plazas no representa necesariamente al movimiento.
¿Lo están desvirtuando?
Cuando comenzó, yo fui mucho a Sol y luego dejé de encontrarme cómodo, pero es gente muy comprometida que cumple un papel que pocos de los que salieron el 15M van a hacer y que por lo menos consiguen que se mantenga.
Estamos pidiendo que cambien de manera tan brutal que tendrían que reinventarse a sí mismos, pero tenemos que pedírselo
¿Qué te parece la reacción de los políticos?
Los políticos han hecho lo único que saben hacer: cerrar los ojos y pensar que, mágicamente, cuando los abran habrá desaparecido. Lo único que hicieron es, durante las elecciones, algo tan patético como decir 'si están indignados lo que tienen que hacer es votarme a mí', intentar utilizar el movimiento. No hacen nada porque para cambiar algo tendrían que cambiarse a sí mismos y eso no son capaces de hacerlo. Un político de un partido mayoritario, ¿va a querer cambiar ahora la Ley Electoral? Es lo último que harían porque es lo que les permite estar ahí subidos. Estamos pidiendo que cambien de manera tan brutal que tendrían que reinventarse a sí mismos, pero tenemos que pedírselo.
¿Y entonces, cómo se va a conseguir?
El cambio de la Ley Electoral podría venir cuando haya suficientes partidos mayoritarios para que lo apoyen o que no tengan más remedio que apoyarlo porque la gente esté en la calle delante de sus sedes.
¿Consideras que el resultado de las elecciones supuso un golpe al movimiento ya que en algunos lugares se apoyó a candidatos imputados?
El caso de Valencia o Castellón lo que demuestra es que la corrupción está institucionalizada. ¿Cuántos españoles cuando le dicen 'mira lo que robó este' contestan 'yo haría lo mismo'? Hemos llegado a una italianización, a una generalización. De todas formas, el PSOE perdió un montón de votos, pero el PP solo ganó un 2%, casi nada, solo se mantiene. En cualquier caso, 'No les votes' no está pensado para unas municipales y autonómicas sino para unas generales. Si consigues que los minoritarios suban lo suficiente, o bien votan una modificación electoral, o se convierten en bisagra y lo pueden forzar.
En España nunca ha habido manifestaciones de ese calibre que no hayan sido organizadas por un partido o un sindicato
¿Hay que trabajar más en el consenso de mínimos?
Ese consenso se ha movido mucho. Yo creo que más que discutir el consenso, lo que habría que decidir es qué hacemos pero decidir qué hacemos en un movimiento tan descentralizado como este es muy complicado. Los de #Nolesvotes no sabemos montar una manifestación, sacar a la gente a la calle, no sé ni dónde pedir permisos. Los de Democracia Real Ya y Juventud Sin Futuro sí. Pero también es verdad que para una organización de ese tipo se tiraron dos meses. Pero lo mejor fue que al ser tan espontánea veías tal cantidad de carteles distintos que decías 'qué bueno', estoy aquí pidiendo lo mismo que un republicano, otro con una bandera de la CNT...
Algo que ha despistado a los políticos.
Claro, se preguntan de dónde salen, que esto tiene que ser manipulación o algo que les ha organizado su enemigo. Date cuenta de que en España nunca ha habido manifestaciones de ese calibre que no hayan sido organizadas por un partido o un sindicato. De repente se organiza alrededor de un movimiento que pensaban que solo estaba en la red y que eran cuatro. Yo creo que si se vuelve a convocarse, va a ir más gente.
El hecho de que el movimiento no tenga líderes. ¿Es positivo o puede jugar en contra?
Es positivo. En el momento en que alguien saca la cabeza, se la cortan. Yo no tenía mínima necesidad ni interés por protagonismo. Yo tengo un blog con bastante tráfico, mucho contacto con los medios y tengo una columna en uno. A mí me hacen un par de entrevistas en un par de sitios y ya me han dicho de todo, que soy el elefante blanco, q intento controlar el movimiento, illuminati, masón, soy asesor de no sé cuantos partidos... porque sacas un poco la cabeza para comunicar un tema, porque para mí hablar de esto tiene todo el sentido del mundo, llevo media vida hablando de los efectos de la tecnología en la sociedad, es la primera vez de ver algo así en un país democrático. Y de aquí lo hemos exportado.
Dicen muchos de los que han estado en Sol que aunque no pase nada más, algo ya ha cambiado, que algo grande ya ha ocurrido. ¿Estás de acuerdo?
Los partidos ahora ya saben que no pueden hacer las cosas como les dé la gana. Ahora se habla de la Ley Pajín, que se supone que para proteger la igualdad cualquier cosa puede cerrar el blog si tienes denuncias de que vetas comentarios por igualdad, sexo, ideas... una ley aparentemente hecha para poder cerrar páginas. Si sacan algo así ahora, la calle se llena de gente. La gente se ha dado cuenta de la capacidad de organizarse y de que el paso de la red a la calle es un paso más pequeñito de lo que parecía antes. Los partidos han visto que algo se ha roto, que ya no tienen el poder que tenían para pactar de espaldas a la ciudadanía.
Vamos que un poco sí que han temblado.
Sí, y sobre todo andan pendientes de cuál va a ser la próxima acción.