“No puedo más: ahora otros deben intentar reactivar el leonesismo”

javier chamorro

j manuel lópez

Javier Chamorro ha anunciado su salida del escenario político e institucional en unos meses, cuando se culmine el proceso de cambio en la cúpula de la UPL. A renglón seguido dejará su acta de concejal para volver a su oficio de procurador; con claroscuros como bagaje de 14 años desde su irrupción en el cosmos de la política local en 1999, con José María Rodríguez de Francisco como timonel. La decisión es irrevocable y no esconde ninguna estratagema; no le espera ningún retiro dorado, sólo el despacho de abogados que comparte con su mujer y un futuro mucho más convulso, que afronta con cierto miedo pero convencido de la decisión que ha tomado y que le rondaba en la cabeza desde la noche de las últimas elecciones locales.

Y ahora, de repente dice que se va. ¿A qué obedece?

Llevo demasiado tiempo y nunca me planteé la política como una profesión. Al partido le hace falta un vuelco y a mi me faltan las fuerzas, el último resultado no fue bueno, está claro que no logré entusiasmar a los votantes leonesistas y la UPL no ha crecido. Está claro también que conmigo hemos estado en un lento descenso; no soy un lider carismático y es el momento de dar el relevo. Ya he dicho que no será inmediato, al menos hasta que se concluya la transición, quiero irme sin ruido; ya es hora de que otros tomen el relevo.

Otros se han ido, incluso en la UPL, y después han sido recompensados con un buen retiro dorado en una institución.

No es mi caso; en mi decisión no hay doble fondo; me voy para volver al mundo laboral privado, a mi profesión de procurador.

¿Qué ha pasado para que el leonesismo no sea ni su sombra?

Ha habido varios factores y los propios problemas internos no han ayudado en absoluto, pero además en ocasiones hemos estado en medio del bipartidismo y hemos sufrido las consecuencias. El efecto Zapatero, un presidente de gobierno leonés, fue demoledor y el trasvase de votos una realidad. Luego tras la salida de Zapatero todas las elecciones fueron en claves nacional y se trataba de echar al PSOE, y de ahí la sobre dimensión de votos del PP. Pero este panorama cambiará y es entonces cuando la UPL deberá recuperar el espacio perdido y los nuevos dirigentes deberán saber canalizar este permanente agravio hacia León; pero para ello es imprescindible que yo me vaya.

¿Qué se lleva Javier Chamorro como poso de casi década y media en la primera línea?

Momentos buenos y momentos malos, luces y sombras. Estoy orgulloso de haber impulsado el reconocimiento de León como cuna del parlamentarismo, que el PP no sabe sacarle partido, y reconozco que me emocionó cuando la procesión del Perdón pasó por el antiguo paso a nivel del Crucero, ya convertido en historia y la proyección de la historia de este reino sobre San Isidoro, la ronda interior...son muchos momentos vibrantes que nunca olvidaré.

¿Y las sombras?

Reconozco que los conflictos primero con José María Rodríguez de Francisco y luego con Joaquín Otero, que era mi amigo, fueron muy duros y tengo la sensación de que he sido maltratado por lo que cobraba, el sueldo que estaba establecido, porque renuncie a ir a Caja España o a encabezar la lista a las Cortes o ser diputado provincial, renuncié a acumular cargos porque no he estado en la política para enriquecerme y nadie me lo ha reconocido. Por eso me duelen las críticas tan feroces en los foros y en los blogs. Nadie valora nada de lo que haces. Me preocupa mucho el descrédito de la clase política, porque entramos todos en el mismo saco y no todos hemos actuado de la misma forma. Pero no se reconocen las diferencias. Después de 14 años, agota.

¿Qué le ha quedado en el tintero?, aunque sea un sueño.

Si ha caído el muro de Berlín y el apartheid en Sudáfrica... es más fácil cambiar el mapa autonómico español y que León sea reconocida como comunidad autónoma, es sólo cuestión de una Ley Orgánica. Me hubiera gustado ser el primer presidente de la Comunidad Autónoma de León, del Reino de León.

Se va en un momento en el que ya no se esconde la quiebra técnica del Ayuntamiento y con una deuda muy pesada en las arcas municipales.

Es difícil juzgar los comportamientos pasados ahora, en estos momentos y con la crisis que hay. Entonces era normal y si hubiéramos restringido la inversión nos habrían criticado también. Parece que la deuda la he provocado yo pero cuando se fue Amilivia el Ayuntamiento estaba en la bancarrota y ahora cuando termine el mandato de Gutiérrez el agujero que queda es impresionante; y no es achacable a él, parece que la memoria colectiva es frágil y siempre se cargan las culpas al último que llega.

¿Cómo ve León ahora que ha decidido irse?

Es una situación horrible. Desde hace 30 años el Gobierno de Castilla y Léon a mimado una parte y ha abandonado otras, como es el caso. Y a esto se une la puntilla de la minería. Sin agricultores, sin mineros y lo que se inyecta queda en Boecillo. Y con estos mimbres la gente sigue votando a PP o a PSOE. Soy firme convencido de la democracia y es por esto, una causa más, por lo que he decidido que es hora de irme.

¿Y España?

Me preocupa mucho y no todo vale, no se puede presionar a los representantes políticos y ponerles en un abismo por que después de los políticos sólo hay un hombre con tanque. Sí me preocupa, y mucho, un futuro incierto. Me asusté cuando el día de la constitución se jaleó a la corporación local con frases como “no nos representáis”, cuando 12 de los 15 que iban nunca habían estado en una administración pública. Estamos en un momento delicado y los ciudadanos deben recuperar la confianza en la clase política.

Ya por último, un deseo de futuro.

Quizás lo que más deseo es que el paro descienda de manera brutal en León y que el Reino de Léon se convierta en comunidad autónoma; ahí empezarían a solucionarse los problemas, no tengo duda.

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