Cascada de mociones en la Diputación en defensa de todo y que no sirven para casi nada

El presidente de la Diputación de León, Juan Martínez Majo, preside el Pleno Ordinario de la institución provincial. / Carlos S. Campillo / ICAL

ileon.com

Casi en cada Pleno de la Diputación de León, el veterano diputado provincial Matías Llorente, hoy en las filas de UPL, acuña la misma frase: “Las mociones que aprobamos aquí no pasan del Alto del Portillo”. Se refiere a la tradicional estrategia de los partidos representados en el Palacio de los Guzmanes de impulsar mociones para posicionar a la institución frente a determinados asuntos de interés público, así como de actualidad y urgencia, obligando a cada formación a retratarse políticamente.

Pues bien, mañana miércoles el Pleno ordinario convocado seguro que bate algún record. Porque el orden del día lleva la friolera de seis mociones, seis, eso si el número no se incrementa con la presentación de alguna otra de urgencia, como a veces ocurre. El problema estriba en el real efecto que tales debates y tales aprobaciones, cuando se consiguen, tiene en el plano de la realidad.

Para muestra, un botón. El punto número 13 prevé el debate y aprobación, si hay mayoría suficiente de votos, de una moción que todos los grupos han pactado para exigir “la conservación del empleo, el patrimonio, los servicios y actividades en la entidad España-Duero”, antigua Caja España. El problema es que el motivo último de este debate es la máxima defensa de los puestos de trabajo de la entidad y en este caso llega tarde, dado que ya mañana harán cinco días que el banco y los sindicatos representativos fijaron que tales despidos serán 850, con recolocación de 250 de ellos, una cantidad elevada pero menos que la propuesta inicial de segar 1.120 empleos. O sea, que en este caso ni del Alto del Portillo pasará el debate a toro pasado.

También en clave laboral, otra moción pretende una declaración consensuada entre PP, PSOE, UPL, Ciudadanos, En Común y Coalición por el Bierzo respecto a un apoyo a los trabajadores afectados por el proceso de despido colectivo en la empresa Tragsa.

Y otra moción más, y ya se pierde la cuenta de las veces que se ha planteado en la Diputación, es para pedir “la agilización de la licitación de la redacción de los proyectos de la autovía A-60 León-Valladolid, cuyo tramo más rande (Santas Martas-Villanubla) sigue durmiendo el sueño de los justos a pesar de que representantes del Gobierno afirman que continúa en marcha e incluso en obras, admitiendo un problema no resuelto con la protección de los restos arquelógicos de la ciudad romana de Lancia, la cual por cierto, excava la propia institución provincial.

Rspecto a la comarca del Bierzo de manera específica, proveniente del Consejo Comarcal, se debatirá otra moción “para la defensa del tejido industrial del Bierzo”, con tan literal vaguedad y, como se aprecia, como una mera declaración de intenciones. Coalición por el Bierzo, por su parte, propone otra sobre el desarrollo de un producto de alto uso tecnológico, el grafeno, en esta comarca.

La “churrera” de Correos

Para cerrar el círculo y batir el récord, una sexta moción busca una presión institucional contra Correos y su decisión de cerrar -restructurar, según la empresa- el servicio de Correos en la Montaña Oriental de León, el área de influencia de Riaño, en una réplica a la moción aprobada la semana pasada en idénticos términos en las Cortes de Castilla y León por unanimidad de todos los grupos allí representados. Esa réplica es lo que, en numerosas ocasiones, el propio presidente de la Diputación, Juan Martínez Majo, denomina “la churrera”, es decir, textos y argumentos calcados en distintos ámbitos que los partidos elevan a todas las instituciones.

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