La metamorfosis inversa

Puede que la fascinación sea la cara amable de la ignorancia, pero ni quiero ni puedo sustraerme a ella, a riesgo de perder el entusiasmo por las cosas, que es como decir, por el mundo y por la vida. Y entre los procesos naturales, pocos me parecen tan fascinantes como la metamorfosis.

Supongo que entre los lectores de este medio habrá algún científico capaz de explicar las implicaciones genéticas de este fenómeno, cómo los genes no se expresan completamente en el desarrollo inicial de la criatura y cómo, tras una especie de parón, dan lugar a una nueva morfología. Sé que es pura ciencia, pero yo, desde mi ignorancia, lo considero casi milagroso.

En sentido contrario, me pregunto también cómo puede suceder la metamorfosis inversa. Un ser humano generoso, solidario, entregado a los demás, comienza a preocuparse por sus semejantes y decide poner de su parte cuanto esté a su alcance. En ese momento es una mariposa.

Luego se da cuenta de que sus fuerzas tendrían mejor empleo al lado de las de otros, y que para aprovechar la sinergia de las fuerzas unidas, se integra en algún tipo de ONG o sociedad filantrópica. Allí sigue desarrollando con entusiasmo su actividad, pero se encuentra con el papeleo, con los compañeros que tiene intereses particulares, con los gobiernos corruptos y la necesidad de que el mal se combata, pero no se elimine. Porque cuando el mal se elimina, se acabó el invento. Así de claro.

De mariposa a gusano

Más tarde, y sin perder de vista la bondad de sus fines, comprende que para obtener fondos hay que pertenecer a una camarilla, o apoyar a un determinado movimiento político. El movimiento político tiene sus exigencias, y la antigua mariposa, ya con las alas ajadas, comprende que hay que asumir esos objetivos y, más aún denostar a los adversarios. Y así se une a la censura. Y así empieza a censurar a los demás. Impone un medio de hablar en el que las palabras cobran nuevos significados y empieza a pensar que la justicia imparcial es un prejuicio burgués.

Por último, el movimiento político y sus objetivos lo son todo. Lo importante es la hegemonía, ese arte consistente en convertir en vergonzosa cualquier opinión distinta a la propia. Lo importante es el dominio del presente para modificar el pasado. Lo importante son las encuestas, los likes, los pulgares alzados de 'me gusta' y la capacidad de oprimir cualquier discrepancia haciéndose el ofendido, o promoviendo leyes que obliguen a callar a los demás; no sea que propaguen bulos, intoxiquen o desinformen.

Y entonces no hay remedio: la vieja mariposa se ha convertido ya en un gusano.

La metamorfosis inversa es completa.

¿Qué clase de gen o de corrupción mental produce eso?