Esta tarde, Caja España-Duero se convierte en banco

Caja España-Duero se transforma en banco.

ileon.com

No por previsible y anunciado, el paso que dará esta tarde Caja España-Duero pierde un ápice de importancia. Una asamblea general extraordinaria deberá ratificar la decisión tomada el pasado 28 de julio por el Consejo de Administración, en el que se resolvió segregar el negocio financiero en un banco.

Se trata de un paso previo e imprescindible para cerrar la fusión con Unicaja, un proceso que debe completarse antes del próximo 30 de septiembre, de acuerdo a las exigencias del Banco de España. Por lo tanto, es probable que la de esta tarde no sea la única asamblea general extraordinaria de las próximas semanas, porque la fusión también debe ser confirmada por este procedimiento.

Al banco resultande se subrogarían la totalidad de derechos, acciones, obligaciones, responsabilidades y cargas del patrimonio segregado. Además, el banco asumiría y mantendría íntegros la organización y los medios humanos y materiales procedentes de la caja asociados al negocio financiero que segrega. El patrimonio segregado, que se transmitiría al banco a cambio de la totalidad de las acciones de la nueva entidad, incluye todos los elementos del activo y del pasivo que integran el patrimonio de la caja, con la excepción de los no vinculados directamente a la actividad financiera. Así, la caja continuaría destinando a la obra social y fines propios la totalidad de excedentes, que conforme a las normas vigentes, no se apliquen a reservas.

El Consejo de Administración del nuevo Banco constará, inicialmente, de cinco miembros, que también deberá ser ratificados hoy: presidente, Evaristo del Canto, y como consejeros: Alejandro Menéndez y Miguel Ángel Álvarez, que ya forman parte del Consejo de la Caja; y Pablo Pérez Robla, ingeniero superior de Informática y responsable de Innovación de ADE Inversión y Servicios; y José Ignacio Sánchez Macías, profesor titular de Economía Aplicada de la Universidad de Salamanca.

Acuerdo sindical

La asamblea general llega luego de que la semana pasada los sindicatos con representación en Caja España-Duero dieran el aval necesario para la fusión al aceptar el mantenimiento de las condiciones laborales y beneficios sociales actuales, renunciando al salario mínimo garantizado, cuando pasen a depender del nuevo banco. Los trabajadores que permanezcan en la caja, fundamentalmente la obra social, gozarán de las mismas condiciones.

Un mes clave

En las próximas semanas Caja España-Duero, ya convertida en banco, deberá abordar un proceso clave para su supervivencia: la fusión con Unicaja.

El proceso comenzó luego de que en febrero el Banco de España publicara las nuevas exigencias de core capital para las entidades del sistema financiero español. Caja España-Duero se encontró con que debía reforzar su capital en al menos 436 millones de euros. Luego de algunos acercamientos con distintas entidades, e intentando por ahora evitar recurrir al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), finalmente se optó por una fusión con Unicaja.

En la pasada primavera, ambas cajas firmaron un primer acuerdo en el que se establecía que la representación en la nueva entidad resultante se distribuiría de la siguiente manera: 63% para Unicaja y 37% para Caja España-Duero. Sin embargo, los análisis posteriores pusieron esa meta en la categoría de incalcanzable. Hoy, las posibilidades del la entidad castellano leonesa se ubican en torno al 25%.

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