Smokend, la clave para sustituir el tabaco por el ‘vapeo’

Smokend

Marta Cuervo

El cigarro electrónico tiene dos objetivos: convertirse en un sustituto del tabaco e intentar ayudar a quienes quieren dejar de fumar. Bajo estas dos premisas nace 'Smokend', una tienda de cigarrillos electrónicos, de recambios, accesorios y de líquidos, que ha abierto sus puertas el 2 de diciembre en el barrio de La Palomera, en la calle Jorge de Montemayor.

Judith, la emprendedora de este negocio que ya arrasa en otros países como Italia y Francia, se lanzó a la venta de cigarrillos electrónicos para contribuir con el “fin del tabaco”.

“Yo soy fumadora y lo he probado, para dejar de fumar. Como me gustó y me ha funcionado, me atrajo la idea de tratar con gente fumadora que tiene este problema, esa dependencia del cigarro”, comenta.

De esta forma, Smokend se dirige a las personas que fuman y quieren reducir su dosis diaria de nicotina, pero también a las que quieren fumar en establecimientos en los que solo está permitido 'vapear'. Ahora, con las nuevas restricciones -ya no se puede fumar en Hospitales, en transportes públicos y en colegios y zonas infantiles-, “la principal ventaja es que no huele, y se puede usar en infinidad de lugares, sin molestar a las personas no fumadoras”, explica la joven leonesa, de Cistierna.

Cigarrillo electrónico versus cigarro tradicional

A nivel saludable, Judith enumera una serie de ventajas en virtud del cigarrillo electrónico frente al tradicional, el de combustión.

“El cigarro tradicional contiene 4.000 sustancias químicas, de las cuales 600 son cancerígenas, mientras que el cigarro electrónico tienen solo tres. Una de ellas, la más perjudicial, es la nicotina, sustancia de la que somos conscientes, y la responsable de la adicción. De esta manera, con el cigarro electrónico, se puede calmar esa ansiedad que tenemos los fumadores, pero sin ingerir los otros componentes perjudiciales del tabaco tradicional”, argumenta la propietaria de Smokend.

Otras: “están libres de alquitrán y otras sustancias cancerígenas, son inofensivos a los demás y al medio ambiente y permiten dejar de fumar sin efectos secundarios, de una manera paulatina en un plazo de tiempo razonable”, añade Judith.

En Smokend trabajan con cuatro gamas de nicotina, de 6, 11, 18 y 24. “En base a lo que fuma una persona se le ofrece un nivel de nicotina u otro, que luego se va reduciendo hasta llegar al nivel cero, donde los componentes son los mismos pero sin nicotina”, apunta.

Otro de los puntos atractivos del cigarro electrónico es que existen diferentes sabores. “Hay una gama inmensa de sabores. Yo en la tienda tendré 30, no me he querido meter en todos porque me harían falta tres locales”, comenta Judith entre risas. “Al principio la gente coge el sabor 'tabaco', gusta más al inicio, pero luego los consumidores van probando sabores de fruta o café, por ejemplo”. Además, la diversidad de los gustos de la tienda está disponible para los interesados al producto, que pueden probar todos los líquidos, con boquillas desechables, para elegir sabor.

¿Cómo funciona un cigarrillo electrónico?

El cigarro electrónico está compuesto por una parte fija que se divide en dos: una batería y un claromizador,. “El claromizador es la parte donde va el tanque de líquido, y donde se echaría el sabor elegido y que se une a la otra parte, a la batería, por rosca. A partir de ahí se presiona un botón, una resistencia, que provoca que el claromizador, que en su interior tiene una mecha, la consuma y absorba el líquido, y salga el vapor”, explica la experta.

En Smokend existen diferentes tamaños y colores: “Nos adaptamos a los gustos del consumidor, con cigarrillos de todo tipo, de colores, con purpurina, con flores, más serios y más juveniles, tenemos de todo”.

En cuanto a los precios, el pack inicial, de EGO, cuesta 36 euros, y se compone del cigarro completo con su cargador y líquido. “Con eso ya se puede empezar a vapear”. En principio, lo que se va recargando es el líquido, que tiene una duración de entre 4 y 7 días; la recarga cuesta 5 euros. Según Judith, a pesar de que al principio la gente es un poco reacia al precio del cigarro, en un breve espacio de tiempo supone un gran ahorro respecto al cigarrillo tradicional, hasta un 60% más barato . “Una persona que fuma un paquete diario, en seis días lo tienen amortizado, y en un mes, el ahorro es increíble. Con el gasto de la recarga, se trata de unos 20 euros máximos al mes, mientras que con un paquete normal esos 20 euros se gastarían en 4 días”.

Smokend está situada en la calle Jorge de Montemayor, barrio de La Palomera, y permanece abierto de lunes a viernes de 10.30 a 14.00 horas, y de 17.00 a 20.00 horas. Los sábados por la tarde cierra a las 19.00 horas.

Las imágenes son de Desirée Cembranos González.

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