Proyectan en la antigua térmica de La Robla una planta de biomasa de 46 MW de potencia subastada por el Miteco

La central térmica de La Robla antes de iniciarse su desmantelamiento.

Agencia ICAL

La empresa Reolum, adjudicataria de 46,1 MW (megavatios) en la tercera subasta de energía convocada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) celebrada ayer, anunció que construirá en la localidad leonesa de La Robla un planta de biomasa de de 49,9 MW de potencia y 370 GWh (gigavatios hora) de producción anual eléctrica a través de la combustión de materia forestal.

La instalación se ubicará en los antiguos terrenos de la central térmica que se está desmantelando en una población con gran tradición en desarrollo industrial y en generación energética.

La compañía, especializada en la promoción y desarrollo de energías renovables, afirma que en paralelo y en base a su filosofía impulsar una transición justa se generará un tejido auxiliar sinérgico con la planta de Reolum, “tanto de carácter industrial como de servicios, que ayudará a mitigar el riesgo de pérdida demográfica a consecuencia de los sucesivos cierres de plantas térmicas de carbón en la zona”.

“Hoy es un día importante para Reolum después de casi dos años de trabajo en este proyecto y valoramos el resultado de esta subasta como un paso importante para consolidar nuestro proyecto”, afirma Yann Dumont, consejero delegado de la compañía, que ha logrado la adjudicación para la tecnología biomasa a un precio 106,25 euros MWh.

La planta de biomasa de La Robla, señalan fuentes de la entidad, aportará importantes innovaciones técnicas, algunas de ellas pioneras, que permiten mejorar tanto su eficiencia, reduciendo los costes de producción, como sus valores medioambientales.

La utilización de la biomasa, subrayan, permite minimizar el riesgo de incendios, mantener la calidad fitosanitaria de los bosques y sostenibilidad de los mismos. Las centrales de biomasa, llamadas ‘plantas de carga base’, subrayan, pueden suplir a las centrales de gas para dar estabilidad al sistema y respaldar otras energías renovables más intermitentes, como la eólica y la fotovoltaica.

Por ello, la instalación de este tipo de infraestructuras, concluyen, contribuye a alcanzar los objetivos europeos de descarbonización, aprovechando los recursos locales y favoreciendo la independencia y la seguridad energética.

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