La provincia sólo gana dos agricultores en el primer semestre de 2014

Ical

El sector agrario ha ganado 416 profesionales en lo que va de año en Castilla y León, hasta alcanzar una cifra de 42.325, cuando en diciembre de 2013 era de 41.909. Esto supone un crecimiento del uno por ciento, casi el doble que el vivido en el conjunto de España que se sitúa en el 0,53 por ciento, 1.413 profesionales más hasta los 267.090, según informaron desde la Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (Uatae) de Castilla y León.

En concreto, Castilla y León se sitúa como la segunda comunidad que más crece en este apartado, sólo superada por Andalucía que lo hace en 1,4 por ciento ganando 624 agricultores y ganaderos hasta junio de 2014. Mientras, por provincias, Segovia es el motor principal de este incremento pues en estos seis meses ha ganado 217 agricultores y ganaderos con un crecimiento espectacular del 6,61 por ciento. Mientras, la provincia de Ávila sumó 69 (un 2,02 por ciento más); la de Burgos, diez (0,18 por ciento); León, dos (0,02 por ciento); Palencia, 15 (0,38 por ciento); Salamanca, 14 (0,25); Soria, 61 (2,6), y Valladolid, 44 (0,89). La única provincia que perdió efectivos fue Zamora, 15, lo que supuso un descenso del 0,28 por ciento.

Para el secretario general de UATAE en Castilla y León, José Ignacio Falces Yoldi, “el sector primario ha vivido en las últimas décadas una importante crisis silenciosa, con la desaparición de un considerable número de explotaciones en algunos casos por jubilación, sin que se haya producido un adecuado relevo generacional. Sin embargo, en este año los datos no engañan y se está produciendo una interesante recuperación del número de profesionales que se dedican a esta actividad, que se ha convertido en un ”pequeño“ sector refugio ante la crisis económica general”.

Para Falces, “el sector agrícola y ganadero necesita medidas reales que aprovechen estas buenas cifras, siendo especialmente importante controlar las subidas desproporcionadas en determinados factores de producción básicos en el campo, como gasóleo, abonos, piensos y electricidad. Por otra parte están también los abusivos márgenes comerciales existentes entre los precios en origen y en destino, consecuencia en muchos casos de un mercado cautivo por las grandes cadenas de distribución, que se permiten lanzar ”campañas a perdidas“, utilizando determinados productos agrícolas como reclamo para el consumidor, práctica que las Administraciones Públicas tienen que tratar de frenar”.

En cualquier caso, desde Uatae aseguran “que en la aplicación de la reciente reforma de la PAC en España ha faltado dar un paso más en la definición de agricultor activo para que realmente sólo quién se dedica a esta actividad de forma profesional perciba esas ayudas”.

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