La madre que parió a la Prima, de riesgo

deuda pública española antigua

Antonio Vega

Aunque era prima no eran muchos los que la conocían, quizás porque durante los últimos años se comportó muy bien y no nos causaba problemas al Reino de España. Pero su actuación este año, disparando su valor en múltiples ocasiones, ha puesto en jaque al gobierno español y mandó a la calle a los de Irlanda, Grecia y Portugal.

La “prima de riesgo” es en realidad el diferencial comparativo que paga un Estado para financiarse en los mercados de deuda pública. En el caso europeo se compara con los bonos alemanes, la referencia son los bonos a 10 años, mientras que en el contienente americano se compara con los bonos de EE.UU. Dicho de otra forma, es la rentabilidad que exigen los inversores (interés) a un país para comprar su deuda soberana en comparación con la que exigen a otros países. En teoría la prima es un indicador de riesgo que mide la confianza de los inversores en la solidez de una economía. Y a la Europea este año no la han mirado muy bien en general.

Gracias a la crisis hemos aprendido qué es la prima de riesgo o a temer a las agencias de riesgos

Los vaivenes de este índice, que se ha hecho muy popular en la calle y no precisamente para bien, han logrado introducir en el lenguaje cotidiano de los ciudadanos conceptos macroeconómicos que parecían relegados en la época de las vacas gordas. Ahora todos conocemos a Lehman Brothers, sobre todo el nuevo ministro de Economía Luis de Guindos, o a Goldman Sachs y podemos saber si tenemos una tripe A o las temidas agencias de riesgo, esas que tuvieron mucho ojo con la crisis y los bancos quebrados, deciden que un país tenga que hacer recortes económicos para satisfacer al nuevo poder fáctico mundial: los Mercados.

La crisis que empezó afectando a un banco americano, allá por el lejano 2008, y que se llevó por delante un buen trozo del sistema financiero mundial y parte del mercado inmobiliario de los países desarrollados ha acabado en este 2011 poniendo contra las cuerdas a los Estados, sobre todo a los de la Unión Europea. La desconfianza en las cuentas públicas, con casos falseados como el de Grecia, y la poca capacidad de los países para superar la crisis han provocado que los especuladores se hayan cebado, y hecho ricos, jugando con el dinero de todos.

Si un país no puede financiarse en el mercado está abocado a no poder pagar los servicios que presta con lo que el actual sistema financiero ha convertido en esclavos del dinero a los Estados. Para librarse de ello, y que los inversores confíen en nosotros y nos presten dinero, se ha optado por la vía de reducir la deuda pública y el déficit público, que aunque se parecen no son lo mismo.

Deuda pública y déficit público

El déficit público es la diferencia entre lo que se gasta e ingresa en un período concreto, normalmente un año. Por deuda pública o deuda soberana se entiende al conjunto de deudas que mantiene un Estado frente a los particulares u otro país. Estos dos conceptos, junto a la prima de riesgo, son los que han definido el reciente panorama económico y llevado a la Unión Europea a una “casi” refundación.

La Unión Europea ha sufrido como nadie la crisis económica en 2011. A los malos datos de crecimiento y de algunos países en particular, como los del paro de España, se unió la desconfianza sobre sus cuentas. Así fueron cayendo varios países, incapaces de soportar la presión de los mercados y de pagar su deuda pública. Primero cayó Grecia, luego Irlanda y Portugal, en Italia se impuso un gobierno tecnócrata para no suspender pagos y España se libró por los pelos, y seguramente por las convocadas elecciones. Nadie se fía de los europeos, y si son del sur menos.

El dúo económico estelar del año lo han protagonizado Merkel y Sarkozy

La solución impuesta por el duo franco-alemán Merkozy, Angela Merkel y Nicolás Sarkozy, y el FMI para salvar a los países con problemas y prestarles dinero ha consistido en un ajuste presupuestario durísimo que ha implicado recortes económicos sin precedentes, y la consiguiente ola de protestas en los países afectados. La duda era si se podía dejar caer del todo a algún país y obligarlo a abandonar el euro, muy débil por los ataques a las economías que lo tienen como moneda. Se decidió que no, pero obligando a quien necesitaba ayuda a asumir un alto coste por requerirla.

El acto final del año en materia macroeconómica fue el intento de refundación de la Unión Europea, para dotarla de un mecanismo estable de ayudas económicas a países con problemas. Al final no pudo ser la refundación y modificación de los Tratados, por el veto del Reino Unido, y todo ha quedado en un acuerdo multilateral de ayuda entre 26 países que conforman la Unión Europea.

De momento, y para finalizar el año, la prima de reisgo española está estabilizada; quizás debido a las promesas del nuevo gobierno de que será inflexible con el déficit público y aprobará próximamente ajustes para cumplir con la Unión Europea. ¿Será suficiente? El 2012 pronto nos lo dirá.

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