Actividad económica: ingresos y riqueza

José Antonio Jambrina Valdeón

Los países con gobiernos calificados como democráticos, liberales, solidarios, incorruptibles y con economía de mercado, son los óptimos para crear las condiciones idóneas que impulsen la actividad económica. Aquellos gobiernos que carecen de uno o más de los adjetivos calificativos que aparecen en el anterior punto, dificultan o, incluso, impiden la actividad económica.

Actividad económica entendida como cantidad de transacciones de todo tipo, realizadas entre agentes económicos en los distintos mercados del mundo. Mayor número de transacciones significa más actividad económica. Más actividad económica no es baladí, afecta principalmente a dos magnitudes muy importantes y que se alimentan mutuamente: a) aumentar la producciónnacional, es decir, hacer una tarta más grande para repartir entre más personas ­el PIB­. ¿Qué significado tiene? Tan importante como aumentar la renta o ingreso anual de las personas y que accedan a un puesto de trabajo personas que antes estaban sin ocupación; b) incrementar la riqueza nacional,tanto privada cómo pública. ¿Qué significado tiene? Aumentar el valor total, calculado a los precios de mercado, de todo lo que poseen los residentes y el gobierno, de un país, en un momento concreto.

Para ahondar en el concepto de riqueza o patrimonio o capital, lo dividimos en sus dos componentes: riqueza o capital inmobiliario es el valor de viviendas, locales, garajes, etc. y riqueza o capital productivo utilizados por las empresas y el Gobierno.

En concreto en estos últimos años (2010), en los países más ricos, cada habitante gana o ingresa un promedio de 30.000 euros/año. Las fuentes de ese ingreso son de dos procedencias: el trabajo con 21.000 euros y el capital (beneficios, intereses, dividendos, rentas, etc.), fruto del ahorro, aporta 9.000 euros. Los países con menor actividad económica, elaborarán una tarta más pequeña y cada habitante ingresará una cantidad menor.

La acumulación de ahorro, año tras año, permite a cada habitante de los países ricos, contar con una cantidad aproximada de 180.000 euros de patrimonio o riqueza de los cuales 90.000 euros son de capital inmobiliario y 90.000 euros de capital financiero (acciones, obligaciones, planes de ahorro, etc,) (Fuentes: Thomas Piketty; El Capital en el siglo XXI. Editado por el Fondo de Cultura Económica,2013).

Las condiciones a crear, son aquellas que, por una parte faciliten e incentiven la aparición y difusión de empresas rentables y, por otra parte, frenen y racionalicen el tamaño de las Administraciones públicas; hay que evitar que los gobiernos de las distintas administraciones, con su afán de intervención absoluta ­no liberales y corruptos ­, se conviertan en competidores, financieros principalmente, de las empresas que son las encargadas de crear riqueza. Administraciones públicas con estructuras complejas y sobrecargadas,­ hay que colocar a familia y allegados de los políticos­ incrementan los costes de las transacciones y frenan la actividad económica.

El Estado debe ser un cooperador e impulsor del crecimiento de la actividad económica, facilitando el camino a las empresas que se constituyan sobre sólidos pilares, asegurando así la competitividad. Empresas que salgan al mercado sin tener en cuenta principios ligados con la competitividad y el éxito, están abocadas al raquitismo en todas sus magnitudes fundamentales: ventas, márgenes, beneficios, autofinanciación; el final es, más bien pronto que tarde, el fracaso de la empresa. Por contra, aquellas empresas modernas y dinámicas, creadas teniendo presente las premisas que dinamizan la actividad económica, se harán cada vez más grandes, más rentables y más competitivas: aportarán más riqueza a la sociedad.

¿Qué tipo de empresas llevan, en sí mismas, la vitola del éxito? Aquellas que se crean cumpliendo las siguientes premisas:

1) un modelo de negocio claro, imaginativo, centrado en satisfacer una o más necesidades humanas y/o en resolver problemas de las personas de manera más eficiente o más exclusiva y diferente que el resto de empresas del sector.

2) disponen de los recursos ideales, tanto en cantidad como en calidad, para desarrollar su modelo de negocio. Recursos tanto físicos, como humanos y financieros.

3) atesoran un conocimiento perfecto y único de las técnicas de producción a emplearpara transformar los recursos en bienes y servicios demandados por clientes que operan en mercados globales.

Este tipo de empresas, de alto valor añadido, están sustentadas en el conocimiento. Sus directivos y empleados saben lo que quieren y cómo conseguirlo. Están en manos de individuos capaces, flexibles e imaginativos en todos sus niveles jerárquicos y puestos de trabajo.

Nuestro actual tejido empresarial está formado por pequeñas empresas. Más de un 95% de nuestras empresas son pequeñas con una capacidad muy reducida de crear empleo, con una competitividad insignificante y mínima creación de valor.

Esta situación, el raquitismo que hablaba anteriomente, limita la actividad económica y obliga al país, por decirlo sin tapujos, a andar con el agua al cuello. Gobierno, agentes sociales ­ empresarios y trabajadores ­, legisladores, comunidad docente ­ en todos sus niveles, especialmente, universitario ­ e investigadores, son los responsables de crear la Administración y las empresas que dinamicen la actividad económica. Conseguirlo significa para los ciudadanos mejor preparados y esforzados así como para el Estado y sus habitantes, incrementar sus ingresos y riquezas.

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