El Reino de León se convierte en un estadio de ensueño en el festival de goles de España

Peio García/Ical

Saúl González

XI España: De Gea; Sergi Roberto, Ramos, Piqué, Jordi Alba; Busquets, Koke, Thiago; Vitolo, Silva, y Diego Costa.

XI de Lichtenstein: Jehle, Daniel Kaufmann, Burgmeier, Rechsteiner, Polverino, Göppel, Wieser, Marcel Büchel, Hasler, Büchel, Salanovic.

España retornaba a León después de poco más de un año de su última visita y las cosas han cambiado mucho desde entonces ya que, cuando la comúnmente conocida como La Roja visitó la capital leonesa el pasado 2015 aún seguía Vicente del Bosque como seleccionador, el combinado nacional aún no había fracasado de forma estrepitosa en la Eurocopa y el gran protagonista del partido fue Piqué, por motivos ajenos a lo que ocurría en el terreno de juego que provocaron que recibiese una sonora pitada tanto a su llegada a León como en el momento de entrar al terreno de juego desde el banquillo.

Pero, como les decimos, mucho ha cambiado la Selección desde entonces, donde estaba Vicente del Bosque ahora encontramos a Lopetegui, que se enfrentaba a su primer partido oficial como entrenador de España tras vencer en el amistoso que nos enfrentó a Bélgica hace tan sólo unos días; amén de que ahora ya hemos “olvidado” el desastre europeo y, también, los pitos a Pique se han convertido en aplausos, con un ambiente en el Reino de León espectacular, con el estadio a rebosar y miles de personas gritando y animando al combinado nacional pese al terrible calor que debían sufrir con los 30 grados de temperatura que había en el estadio minutos antes de comenzar el partido, algo poco habitual en nuestra ciudad en el mes de septiembre.

España comenzaba el partido con un 1-4-5-1 que presentaba dos cambios con respecto al 11 inicial ante Bélgica: Sergi Roberto por Carvajal y Diego Costa por Morata, que comenzó en el banquillo a causa de las molestias que sufría por un golpe fortuito hace unos días. Por su parte, Liechtenstein apostaba también por poblar el centro del campo con 5 jugadores, optando por ese denominado ya “trivote defensivo” dejando las bandas para Burgmeier y Salanovic.

Después de presentarse las alineaciones de ambos equipos, en las que el Reino de León rugió como nunca al escuchar los nombres de los jugadores nacionales, tras los solemnes himnos y, por supuesto, tras el correspondiente sorteo de campos y saque, el balón comenzó a rodar con el saque inicial que correspondía a España, con Diego Costa poniendo en juego el esférico.

Y poco tardó, precisamente, el propio Diego, en abrir en el marcador. Corría el minuto 9 de la primera mitad cuando Koke sacaba una falta a la derecha del área de Liechtenstein, decidiendo colgarla al segundo palo para que el jugador hispano-brasileño rematase de cabeza la pelota para introducirla en la portería de Peter Jehle, anotando el 1-0 y consiguiendo su segundo gol con La Roja en una competición oficial.

España dominaba el partido, moviendo bien la pelota de lado a lado, con Silva y Koke distribuyendo el balón con soltura, permitiendo que el combinado nacional disfrutase de ocasiones de continuo peligro. Además, los de Lopetegui, a pesar de estar por encima en el marcador no dejaban de presionar al rival con un Costa desatado, hambriento como un perro de presa en busca de robar un balón para poder tener la ocasión de marcar un segundo gol.

Sin embargo, a medida que pasaban los minutos el impulso inicial de los defensores de la camiseta roja se iba diluyendo, llegando el partido a un estado de calma chicha en el que ni Liechtenstein era capaz de llegar a la portería defendida por De Gea y en el que España, pese a su dominio, bajaba la velocidad del juego y volvía a caer en viejos errores del pasado, no intentando ni un solo tiro desde fuera del área rival e intentando llegar casi hasta la línea de gol por medio de pases cortos que no conseguían acabar de derribar el muro que los visitantes habían puesto frente a su portería.

Pero, tras estos malos minutos, la insistencia de un Vitolo que iba de menos a más provocaba un saque de esquina que España sacó en corto, en una jugada ensayada con la que el balón llegó a Koke que falló a la hora de rematar de primeras pero que pudo rectificar un remate que se estrelló en un defensor y que luego remató Busquets con la mala fortuna de rebotar con uno de sus compañeros de La Roja, dando al traste con la ocasión más clara tras el gol de la primera mitad que poco dio más de sí (amén de un nuevo remate de Costa que se fue a la derecha de la portería de Jehle por unos pocos centímetros) hasta que, en el minuto 45, el colegiado decidía pitar el fin de la misma con los jugadores abandonando el campo hacia el vestuario en busca de las indicaciones de sus entrenadores.

De hecho, tras el letargo temporal del combinado nacional en la primera mitad, Lopetegui apostó por darle un poco más de chispa al juego del equipo dando entrada tras el descanso a Nolito que salía al campo por Thiago Alcántara que cuajó una buena mitad en el medio del campo.

España comenzaba esta segunda mitad apretando de nuevo, con una clara ocasión de gol que logró blocar Jehle después de una muy buena internada por banda de Vitolo, que segundos después protagonizaba otro jugadón digno de dibujos animados de Vitolo, que cogió la pelota en el centro del campo y fue sorteando jugadores hasta darle un pase a Silva que, en lugar de disparar intento sortear al meta rival con tan mala fortuna que este logró arrebatarle la pelota de los pies.

La Selección parecía haber salido diferente en esta segunda mitad, con una marcha más, llegando a la portería de Liechtenstein con peligro hasta que, finalmente, tras un primer aviso con un saque de falta de Koke que se estrelló en el palo, Sergi Roberto conseguía marcar el segundo gol de La Roja recibiendo una asistencia fenomenal de Nolito agradeciendo con esta asistencia la confianza depositada en él de Lopetegui tras sacarlo al terreno de juego.

Con el segundo gol, comenzó por fin lo que deseaba la afición del Reino de León, un festival de España que conseguía marcar pocos minutos después dos goles en menos de un minuto, el primero obra de Silva tras una nueva incursión de Vitolo que segundos después lograba su merecido gol en el partido a pase de Silva para poner el 4-0 favorable al equipo español casi en el minuto 60.

Y La Roja no paraba, quería más, había olido la sangre y ya estaba dispuesta a destrozar a su presa. El cambio de actitud y de ritmo era palpable tras reanudarse el encuentro y no decaía consiguiendo otro gol en forma de recompensa, con autoría, esta vez, de Diego Costa, que anotaba el 5-0 tras una buena jugada en la que remató, falló, y aprovechó el rechace de su remate para golpear el balón de cabeza y poder saborear su segundo gol en el partido antes de ser sustituido, segundos después, para que entrara Álvaro Morata.

Tras lograr la ansiada “manita” el ritmo de España no decayó convirtiendo el partido en un auténtico festival de goles protagonizado, sobre todo, por Morata que logró llevarse un doblete marcando en los minutos 82 y 83 para que, finalmente, cerrase la goleada Silva anotando el 8-0 ya en el tiempo de descuento, entre los cánticos de la afición del Reino de León que demandaban, dejándose la voz, “otro, otro”.

En general vimos un buen encuentro de España, que apuesta algo más por una circulación rápida de balón, por un juego con más oportunidades para las bandas y con una presión más agresiva ante la defensa rival, aunque sigue cayendo en algunos errores de la etapa de Del Bosque de los que ya os hemos hablado previamente en esta misma crónica. El Reino de León ha vivido, esta noche, una auténtica fiesta, un espectáculo de fútbol, de goles y de una afición totalmente entregada a España que ha convertido el estadio en un lugar maravilloso para disfrutar, durante unos minutos, de un gran partido de fútbol lleno hasta la bandera.

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