Copa del Rey como medicina para los males
El Reale Ademar llega a la XXXVII Copa del Rey envuelto en una profunda crisis económica que empieza a afectar a la institución y a su imagen. Los continuos retrasos en los cobros han motivado que el club no tenga liquidez para pagar a sus jugadores a tiempo, lo que ha provocado una profunda indignación y serios problemas económicos en algunos de los miembros de la plantilla leonesa.
La medida de iniciar el procedimiento de denuncia ante la Comisión Paritaria podría saldarse dentro de unas seis semanas con la retirada del aval -unos 55.000 euros- que el Ademar tiene depositados en Asobal; y la obligación para el club de reponerlo en 20 días si quiere seguir compitiendo.
Con todo este embrollo el Reale Ademar tiene que disputar el jueves a las 19.00 horas en Torrevieja los cuartos de final de la Copa del Rey. En frente, nada más y nada menos que el Atlético de Madrid de los Abalo, David David, Jonas Kallman, Kiril Lazarov o Didier Dinart. Sin embargo, el conjunto colchonero contará con la baja de Arpad Sterbik, lo que hace recaer el peso de la portería en manos de José Javier Hombrados, si el arquero no tiene un buen día el Reale Ademar podría tener alguna pequeña opción de volver a sorprender a un equipo llamado a estar en la Final Four de Colonia y al que ya ganó en la Copa Asobal de diciembre en León. El meta colchonero no es el único exademarista del cuadro madrileño, pues Alberto Entrerríos, Roberto García Parrondo y Julen Aguinagalde tambien tienen pasado leonés.
Por el equipo leonés Isidoro Martínez se ha visto obligado a convocar a Diego Piñeiro para completar el cupo de 15 jugadores, ante las ausencias de Ángel Montoro, Jaime González, Adiren Dipanda y José Mario Carrillo. El que si ha viajado hasta Torrevieja es el 'abuelo' Krivoshlykov que será el jugador de mayor edad del torneo con 41 años.
Los integrantes de la plantilla leonesa tienen ante sí la oportunidad de brillar en una competición corta, de las que le gusta por tradición al Reale Ademar. Hasta la fecha los problemas económicos no han tenido su eco en la pista, y la profesionalidad de los jugadores y cuerpo técnico está a prueba de dudas. ¿Se les quedará pequeño el apelativo de matagigantes?
