Ximo Tébar pone el punto y final al festival de jazz 'León, cuna del parlamentarismo'

L. Castellanos

24 de septiembre de 2016 13:14h

A principios de los noventa un empresario leonés, con vocación emprendadora y un plus de osadía y atrevimiento, decidió abrir un club de jazz en plena calle La Paloma de León.

Desde luego, se trataba de una iniciativa realmente inusual que tomaba como referencia aquellas salas de jazz en directo con las que él tanto había disfrutado en Barcelona. La cosa duró apenas unos meses, tiempo más que suficiente para que los leoneses pudieran disfrutar de repertorios en vivo y la presencia de algunos músicos de indiscutible proyección en la España cultural de entonces.

Entremientras, que así se llamaba el local, constituye ahora mismo una anécdota en la historia cotidiana y doméstica del jazz de la ciudad leonesa y sólo unos pocos la recuerdan. De aquella ristra de músicos que se dejaron caer por su escenario hubo uno que dejó una huella especial.

Se llamaba Ximo Tébar, era guitarrista, instrumento que tocaba como los ángeles, y ya dejaba asomar un estilo que se empleaba con especial sensibilidad en la fusión del jazz con otras sonoridades. A León llegó con un disco recién cocinado, 'Te kiero con K', en el que se atisbaban ya los prodigios que, al cabo del tiempo, iba a obrar y con los que alimentaría su espíritu creativo. Han pasado ya muchos años.

A Ximo Tébar le han salido canas, su trayectoria le ha ubicado en la cumbre del jazz internacional y nadie le discute la reputación que ha amasado y que le convierte en una de esas personalidades musicales realmente impactantes. Ahora es un músico de prestigio, con autoridad y virtuosismo, que es portador de un lenguaje propio, el denominado son mediterráneo (basado en el abrazo del jazz con el flamenco y las músicas mediterráneas y latinas), y que mantiene una intensísima y polifacética actividad en el oficio musical.

Ximo Tébar regresa hoy a León. Ya es una figura consagrada. Y ahí está su historial para testimoniarlo. Retorna a León para clausurar el festival de jazz 'León, cuna del parlamentarismo' que se ha estado celebrando estos días en el claustro de San Isidoro y festejar los 25 años de su vasta producción discográfica (casi veinte álbumes jalonan una andadura repleta de toda clase de referencias, distinciones y proyectos).

Al igual que en aquella primera visita en los noventa, Tébar llega con nuevo disco en sus manos, 'Soleo', una vuelta de tuerca más al son mediterráneo y a las posibilidades expresivas que ofrece la fusión.

Tébar ha pisado escenarios de todo el mundo y actuado con algunos de los mejores músicos de jazz del mundo. La guitarra, que empezó a tocar porque sus padres querían que no se comiera las uñas, es hoy, tal y como él mismo reconoce, una extensión más de su cuerpo.

Su talento (aplicado a las numerosas capas que sostienen su biografía) es un bien que lleva compartiendo desde siempre y que hoy en San Isidoro, en su reencuentro con los leoneses, volverá a hacer. La música de Tébar es un don que se mantiene vivo desde siempre. No fatiga. Atrapa.

Vídeo del tema 'Soleo':