En vivo: Taller “Capital”, de Daniel G. Andújar
La primera impresión que uno tiene cuando se acerca a uno de los talleres que el MUSAC organiza es la de estar fuera de lugar, en una guerra que no es la suya. El curioso usuario del museo se siente pequeño y tímido ante la organización que se muestra ante sus pies, y, por defecto, siempre vacila antes de dar el paso definitivo que le lleva al interior, como Alicia a través del Espejo.
Mediante esta serie de artículos lo que se pretende es contar el día a día de uno de esos talleres, en este caso Capital, de Daniel G. Andújar, cuyas conclusiones se transformarán en una exposición en el Proyecto vitrinas a finales de este año.
En esta primera jornada el turno de palabra ha estado casi exclusivamente en propiedad de Daniel, artífice del proyecto, que ha estado esbozando las directrices que quiere marcar, definiendo claramente el objetivo y el camino. Para un no conocedor del arte contemporáneo siempre supone un placer escuchar temas interesantes de mano de autores que están en primera línea de fuego, más aun cuando éstos permiten el debate sin forzar la conversación ni coartar al replicante.
Muy lejos de lo que uno podría pensar de un artista contemporáneo y de un museo contemporáneo el ambiente se convierte en agradable al instante, entrar, recoger la acreditación y sentirse como en casa escuchando a Daniel esbozar su visión del mundo:
Polarización hacia sectores más poblados del globo y deslocalización de las ciudades pequeñas en favor de las primeras zonas de influencia.
Necesidad de digitalización(y archivo) de la documentación escrita, lo que unido a su correcta difusión supone la clave de una correcta información.
Bajo estas dos premisas se levanta el proyecto que el artista quiere montar. Se trata de un archivo del Capital simbólico de la ciudad de León en el que se desarrollen lugares comunes de los habitantes de la ciudad.
De esta manera, dejando pendiente en la mente de cada asistente la tarea de encontrar capital simbólico de la ciudad se despide la primera sesión del taller que, a la postre, no ha sido tan intimidador como el que escribe estas letras esperaba.
