Revilla entusiasma en León a un abarrotado auditorio

Miguel Ángel Revilla. Presentación libro Nadie es más que nadie

Isabel Rodríguez

Es un político poco corriente, aunque él prefiere definirse como una persona normal. El expresidente cántabro Miguel Ángel Revilla ha dejado este sábado pequeña la carpa de la Feria del Libro de León en la que ha presentado su libro 'Nadie es más que nadie' (Espasa). Unos 300 leoneses agolpados en el recinto han estallado en aplausos y vítores a su llegada. Emocionado y con lágrimas en los ojos, ha dejado los zapatos a un lado y se ha subido de pie sobre la silla para que todo el público pudiese verle durante su intervención.

Asegura que en su libro hace un 'striptease' de sí mismo porque “de quienes reciben un sueldo público hay que saberlo todo”. “Sí, también de la rubia lo queremos saber”. Revilla ha confesado que le propusieron escribir este libro mientras fue presidente de Cantabria, pero no lo hizo porque no se sentía libre. Entonces –cuenta- “vino ese tsunami del PP que comenzó en Algeciras y terminó en el Cabo de Ajo y se llevó por delante a todos los que estábamos, incluido a mí que saqué más votos que nunca”, así que cuando escuchó una nueva propuesta, aceptó.

Lo escribió en 22 días con un 'pilot' y asegura que “todo el que lo lea lo va a entender perfectamente, no como a estos que salen en televisión y hablan de simulado y de diferido y no se les entiende nada”.

Además, espera que su obra sirva para abrir los ojos a los españoles sobre “por qué estamos como estamos”. En la última parte, incluso, aporta soluciones a la actual crisis económica, que pasan básicamente por oponerse a la tijera de Merkel, aunque no confía mucho en que el “flojeras de Rajoy” lo consiga. Eso sí, ha advertido de que si en septiembre esto no ha cambiado “va a pasar algo gordo”.

Como un experto monologuista, ha repasado algunas anécdotas que relata en su libro, como su experiencia en la boda del Príncipe con Letizia Ortiz, sus declaraciones posteriores sobre que no había comido bien en el banquete y la comida que más tarde mantuvo con el Rey en la que le preguntó si el menú en esta ocasión estaba a su gusto. No tiene pelos en la lengua porque está convencido de que no merece la pena. “Urdangarin, ser feliz no es caro”, ha espetado durante su discurso y se ha mostrado satisfecho de haber recibido “el cariño de la gente y los besos de las mujeres” durante su paseo por las calles de León. “Eso no tiene precio”.

Una de esas mujeres ha interrumpido el acto porque tenía que irse. “No tengo más tiempo, Revilla, pero ¡presidente, presidente, presidente!” A eso el político ha respondido que no le verán como presidente de España porque “hay una Ley Electoral para que no se pueda presentar un tío normal como yo, y no la van a cambiar”. Ha criticado también la ausencia de listas abiertas y ha desvelado que habrá un segundo libro, en el que piensa contar “cómo maman de la teta” otros dos partidos como son CIU y PNV.

No llegará a presidir el Gobierno, pero su libro lleva meses en el top de los más vendidos y la cola que se ha formado tras la presentación para conseguir su firma augura que va a seguir siéndolo. Para concluir ha leído el último párrafo, que dice así: “Este libro recoge las reflexiones de una persona normal, convencida sinceramente de que nadie es más que nadie, la humanidad genera constantemente genios en múltiples materias. Es la hora de que afloren en la política personas con pasión por el servicio público, dotadas de sentido común y sin ataduras que entiendan que la paz interior del deber cumplido y el reconocimiento ciudadano son más gratificantes que la acumulación de riqueza personal”.

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