Un paso más allá del grabado tradicional

Marta Cuervo

Lleva más de 20 años realizando grabados, pero cuando Manuel habla de su oficio lo hace con tanto sentimiento que parece que las obras que cuelgan de las paredes de su estudio recuperan el fulgor, como recién salidas del tórculo renacen, con la emoción que supone para un artista una obra nueva.

Manuel comparte amor, profesión y trabajo con su mujer, Rosa, otra gran artista dentro de este mundo, que empeña su destreza en experimentar hacia una parte más creativa y artística, algo difícil de encontrar en los grabadores tradicionales.

Los inicios de una gran pasión

“Todo parte de que de pequeño te gusta dibujar. Por un extraño motivo muchos de los que en el colegio éramos 'raritos' o no éramos buenos estudiantes, encontrábamos refugio delante de un folio, de una cuartilla”. Y en Manuel el amparo proporcionado por el dibujo fue a más, hasta que se dio cuenta de que lo que tenía que hacer en la vida era encauzar esa pasión. “Entré en la Escuela de Arte de León y fueron los años más felices de mi vida de estudiante, porque hacía lo que me gustaba. Pasé de ser una persona mediocre en los otros estudios, a destacar haciendo lo que me gustaba”.

Rosa, su mujer, fue la primera y la última alumna de Manuel. “Juntos hemos realizado cursos de grabado y, a día de hoy, ella estampa bastante mejor que yo”, confiesa el profesor de dibujo, que no puede evitar un lamento al recordar que hubo una época en la que en León existía espacio para obras más creativas, donde se entendían los grabados que daban un paso más allá, pero despareció: “En una ciudad pequeña, quienes nos dedicamos a ésto, tenemos que redondear nuestro mundo con la enseñanza”.

Manuel habla con mucho cariño de su trayectoria, de sus años de estudiante, de cómo se ha ido formando, pero también dedica parte de su conocimiento a enseñar a otras personas que quieren aprender a dibujar o perfeccionar su técnica. Actualmente y desde hace muchos años, el artista da clases en colaboración con el Centro Público de Educación de Personas Adultas Faustina Álvarez García.

Los grabados que realiza el matrimonio tienen que ver principalmente con León, aunque también trabajan para tiendas de otras provincias, dónde les gusta tener los monumentos de sus pueblos. Pero el problema al que se enfrentan los artesanos como Manuel y Rosa, es que la crisis ha acabado con muchos pequeños comerciantes que vendían su trabajo en tiendas especializadas de otras ciudades, como Valladolid, Salamanca –dónde todavía tienen clientes- y Santiago de Compostela, por ejemplo, haciéndoles perder parte de sus ventas.

Aunque sus obras también se dirigen a particulares y empresas, con encargos tan personales como los detalles para los invitados de una boda, hasta otros tan solemnes como imágenes tradicionales de Semana Santa. “Hemos realizado grabados para la asociación La Horqueta de León, y para unos novios que nos pidieron la Virgen de Celada, de La Robla”.

'Cuando empiezas es como cuando ves por primera vez el mar'

En cuanto al grabado que más cariño tiene Manuel, el artesano asegura que siempre es el último que hace. “Cuando empiezas es como si vieras por primera vez el mar, como dice un amigo mío”, explica, reconociendo que el factor de la novedad al principio marca al artista, pero cuando se convierte en oficio cada trabajo se vuelve una superación personal y artística.

A pesar de que el grabado es un arte muy laborioso y de exquisita dedicación, la técnica muchas veces no obtiene el reconocimiento que merece. “Las obras realizadas en papel, y el grabado forma parte de ese mundo junto a la acuarela, el pastel, y el carboncillo entre otras, están menos valoradas. Además, también sufre el arma de doble filo que tiene hoy en día la imagen, con las nuevas tecnologías, donde parece que no vale nada. Entras en una página y ves la fotografía de un trabajo, y la gente se piensa que es gratis, pero al contrario, es pura y dura artesanía. El grabado lleva mucho compromiso, es muy complejo; primero tienes que dibujar muy bien, dominar una técnica, un oficio, y luego viene la parte de la estampación, muy importante también para que te salgan todos los trabajos más o menos iguales”.

Mucho más que dibujo

El dibujo es como el solfeo de la pintura, si alguien no lo controla luego tendrá muchos problemas a la hora de pintar

¿Qué le aporta a una persona dibujar? Manuel, que participa en la recién creada Asociación León Artesano, trata de hacer entender a las personas que el dibujo es la base de todo, aunque lo que se quiera es dominar la técnica del óleo, por ejemplo. “El dibujo es como el solfeo de la pintura, si alguien no lo controla luego tendrá muchos problemas a la hora de pintar”.

“En mi trabajo me encuentro con determinadas personas, con cierta edad, que no han dibujado desde que acabaron sus estudios y se dan cuenta de que son capaces, de que no es tan difícil, y empiezan con un retrato, una forma de dibujo más. Les enseño perspectiva, cuando nadie se lo ha explicado, y ellos solos ven que avanzan. No sólo es una clase donde la gente pinta al óleo, también hacen acuarela, plumilla, pastel, carboncillo... Hay que abrir el abanico de posibilidades, eso es lo que intento enseñarles”.

Un paso más allá del grabado tradicional

Manuel y Rosa, aunque también desarrollan acuarela, óleo y otras técnicas, se dedican de lleno al grabado, pero experimentan con otras formas más imaginativas dentro de esta disciplina, mucho más artísticas que el grabado tradicional. “El grabado tradicional ha evolucionado a otras formas, y realizamos trabajos con color, por ejemplo, tratando de contar más allá de los monumentos que aparecen en una imagen”, apunta.

“Además en un aplancha de grabado tienes que trabajar al revés. Tienes que virar la cabeza y pensar en negativo”, añade Manuel.

Para contactar con Manuel y Rosa: manuelyrosa.grabados@gmail.com, 650

219187 / 987 213553