'Operación Marea Negra': realidades que superan cualquier ficción

El 'Che', nombre con el que fue bautizado el submarino que protagoniza esta rocambolesca historia, fue construido en un astillero clandestino de Colombia con el objetivo de cumplir una única y épica misión: cruzar el océano Atlántico para llegar a las costas gallegas cargado con 3.000 kilos de cocaína. No era el primero en hacerlo y la policía ya sospechaba desde hacía tiempo que los traficantes estaban utilizando estos submarinos para transportar la droga hasta Europa, pero sí fue el primero en caer apresado.

El 29 de octubre de 2019 este semisumergible de construcción artesanal comenzaba su periplo para, primero surcando el Amazonas y luego a través del océano, tratar de llevar su preciada carga a buen puerto. En su interior únicamente tres tripulantes que sobrevivirían a todo tipo de adversidades: los primos ecuatorianos Luis Tomás Benítez Manzaba y Pedro Roberto Delgado Manzaba, y el excampeón de boxeo español y experto marinero Agustín Álvarez.

Todo lo que podía salir mal salió peor y el 'Che' terminaría su tumultuosa aventura abandonado en la Ría de Aldán tras 28 días de travesía en los que su extraña tripulación tuvo que lidiar con desbocadas tormentas, corrientes marinas, averías, hambre, peleas y un constante acoso policial.

Hasta aquí los hechos, esa realidad que nuevamente es capaz de superar a cualquier ficción extraída de la imaginación del guionista más avezado. Porque los retales de realidad con los que contaban los autores de esta ficción televisiva son sin duda impagables, un jugoso material para crear un estupendo thriller de acción. En esta loca historia encontramos, por ejemplo, el siempre atractivo mundo del narcotráfico como reclamo argumental, con ese eterno juego del gato y el ratón entre policía y narcos. Pero sobre todo tenemos ese escenario tan intrínsecamente cinematográfico del submarino, ese espacio reducido y claustrofóbico en el que el aislamiento del mundo exterior se erige como un fantástico vehículo narrativo para plasmar las dificultades y tensiones extremas de un grupo humano, para desarrollar las complejidades psicológicas de unos personajes llevados al límite.

Desafortunadamente los creadores de esta miniserie no consiguen llevar todos estos estupendos mimbres a buen puerto y Operación Marea Negra también acaba sepultada bajo las oscuras e intrascendentes aguas de ciertos productos televisivos.