Nicolas Cage, cuando la suerte te esquiva

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Julio Hurtado

Hubo un tiempo en el que el sobrino de Francis Ford Coppola convertía en oro todo lo que tocaba. Grandes éxitos como 'Con Air', 'La Roca', 'Cara a Cara' y un Oscar al Mejor Actor por 'Leaving Las Vegas' le auparon en lo más alto de la industria Hollywoodiense. Sin embargo, con el paso de los años, la buena estrella de este magnético actor nacido en California se ha ido apagando, algo en gran parte debido a una mala elección a la hora de escoger proyectos en los que participar y a un extravagante tren de vida que le llevó a la bancarrota en 2009.

Nicolas Kim Coppola o lo que es lo mismo, Nicolas Cage, nació un siete de enero de 1964 en Long Beach, California. Proveniente de una familia muy influyente en el negocio cinematográfico, no tardo demasiado en comenzar una fulgurante carrera como actor.

Los primeros pasos los dio, de la mano de su tío, el famoso director norteamericano Francis Ford Coppola, en pequeños papeles en películas del calibre de 'Rebeldes', 'Birdy', 'La Ley de la Calle' o 'Cotton Club'. Su gran oportunidad le llegaría en 1986 cuando logró el papel protagonista en 'Peggy Sue se casó' (dirigida por su tío Francis Ford Coppola, la cual sería la última vez que trabajaría con su sobrino). A éste trabajo le siguieron importantes papeles como el de McDunnough en la hilarante comedia de los Coen, 'Arizona Baby', o el de Sailor en la fascinante obra maestra de David Lynch, 'Corazón Salvaje'.

A través de estos trabajos se fue ganando una excelente reputación como un más que solvente actor de enorme genio y voluntad. Entonces sería, en 1995, cuando al protagonizar el duro y excelente drama dirigido por Mike Figgis 'Leaving Las Vegas', su carrera diera un vuelvo de 180 grados al ganar el Oscar al Mejor Actor por el papel de este desgraciado y encantador alcohólico que, en su viaje de autodestrucción, encuentra el amor en las dulces facciones de una apasionada prostituta de gran corazón (Elizabeth Sue en el papel de su vida).

Fue a raiz de protagonizar 'Leaving Las Vegas' que empezaría una ascendente carrera como protagonista de grandes taquillazos en buenas cintas de acción como 'Cara a Cara' (Dirigida con enorme maestría por el infravalorado director chino John Woo), 'Con Air' (un gamberro y divertidisimo vehículo de acción que se convirtió en uno de los mayores Hits de finales de los noventa), 'La Roca' (una de las mejores películas de acción de los últimos veinte años dirigida con pulso firme por Michael Bay y que supuso el gran salto hacia la producción por parte del inteligente director estadounidense) o '60 Segundos' (prácticamente su último gran éxito y una fallida pero entretenida superproducción centrada en el mundo del tráfico de coches robados). En esta época aún alternaría grandes producciones Made in Hollywood con otras cintas de mayor reputación como 'Al límite', dirigida por Martin Scorsese, o 'Snake Eyes' de Brian De Palma (un interesante film policiaco que no fue entendida por gran parte del público y que se saldó como un considerable batacazo).

Sería a partir del tremendo fracaso, y el consiguiente varapalo por parte de la crítica, de 'Windtalkers' (la cual también supuso el entierro artístico en tierras americanas del genial John Woo) que comenzará un declive artístico y personal prácticamente sin precedentes (a la altura de la carrera de Burt Reynolds) con títulos a cada cual peor como 'La Búsqueda' (ésta aún así logra un buen pellizco en las taquillas de medio mundo), 'Wicker Man', 'Next', 'El motorista Fantasma', 'Bangkok Dangerous', 'El aprendiz de Brujo' o la actualmente en cartelera 'En tiempo de brujas'. Aún así hay que decir que durante estos últimos años ha protagonizada alguna que otra película bastante interesante como 'Señales del Futuro' de Alex Proyas (director de culto gracias a títulos como 'El Cuervo' o 'Dark City'), 'El señor de la guerra' o 'Los impostores' de Ridley Scott (una de sus mejores actuaciones que pasó totalmente despapercibida).

Ahora se ha convertido tan sólo en una sombra de lo que fue (totalmente ridículo, con peluquín incluido) que ha llegado hasta el punto de encontrarse al borde de la ruina. Aún así seguramente no habrá dicho su última palabra, por lo menos la esperanza es lo último que se pierde.

Mejor recordémoslo en su mejor papel, toda una lección de interpretación:

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