Leonés de Abelgas, otrora pueblo de paso de la trashumancia de los pastores que iban a Extremadura, Alfredo E. Fuertes rememora con afecto sus raíces, sus vivencias y recuerdos de niñez y juventud.

Recientemente ha publicado su ópera prima 'La piel del molino' (Finis Terrae Ediciones, 2015), una novela ambientada en la comarca de la Omaña, que aborda el tema de la inmigración, con una joven exótica, sensual y simpática, procedente de la República Dominicana, que acaba removiendo, con su modo de ser, sentir y vivir, esta tierra leonesa, la patria del gran poeta Luis Miguel Rabanal, un bello espacio natural poblado por personajes de carne y hueso -en palabras del propio autor-, como los casos del Dr. Don Genaro Flórez, la panadera Maricarmen, su amigo Manolo, de El Rincón de Manolo, o bien sus amigos Toche y Mar del Villamor de Riello, que forman parte viva de la historia de la novela, a quienes Alfredo agradece públicamente su generosidad.

En el fondo, nos está contando una historia con tintes autobiográficos, porque, como diría el escritor Julio Llamazares, toda novela es autobiográfica y toda autobiografía es ficción. Todo es autobiográfico porque refleja el alma del autor, aun cuando no tenga que ver con la vida de éste. En cualquier caso, la “caliza” de Abelgas, según Alfredo, marca y mucho su estilo literario. Algo que sus coterráneos han podido comprobar en su obra.

Un título sugerente y lírico, 'La piel del molino', que nos invita a adentrarnos en sus páginas para descubrir todo un universo de sensualidad, también de enfermedad, un conflicto entre culturas, el contraste entre lo rural y lo urbano, entre otros muchos temas universales, que atañen a la condición humana, aquí y allá. Cuenta el propio autor que, con esta obra, quiso “bucear” en el cruce de culturas y, sobre todo, entretener a su público lector además de entretenerse él. “Si lo he conseguido me doy por satisfecho”, precisa Alfredo, quien no sólo entretiene sino que invita a la reflexión.

Cansado ya de protestar, saqué mi portátil, que siempre me acompañaba, como a todo ejecutivo, a la vez que el móvil y la corbata, y me puse a escribir

Los viajes y la escritura

Dedicado profesionalmente al mundo empresarial, en el que ha ocupado diversos cargos ejecutivos, Alfredo, que cursara estudios de Derecho, decidió ponerse a escribir de un modo creativo a resultas de “los retrasos de una compañía de bandera española”, con la que todas las semanas viajaba entre Santiago de Compostela y Madrid. Retrasos habituales por los motivos más insospechados como: tripulación, saturación del espacio aéreo, meteorológicos, huelgas de pilotos, de controladores, de personal de tierra, entre otros. Lo que, en un principio, le procuraba desasosiego y mal humor acabaría transformándose en buen estado anímico propicio para escribir. “Cansado ya de protestar, saqué mi portátil, que siempre me acompañaba, como a todo ejecutivo, a la vez que el móvil y la corbata, y me puse a escribir”, señala Alfredo, que antes de publicar su primer libro sólo había hecho sus pinitos con la poesía, “una poesía intimista que me daría vergüenza su publicación, demasiado personal, demasiado privada”, apostilla este autor leonés, al que le entusiasma escribir sobre su tierra, “un mechendero militante hasta la médula”, que siempre está al día de todo cuanto acontece en León, aunque sea en la distancia, a través de la lectura por Internet de cuatro periódicos de la provincia, porque vive en Santiago de Compostela desde hace veinticinco años.

He escrito una poesía intimista que me daría vergüenza su publicación, demasiado personal, demasiado privada

Una ciudad universitaria, Santiago, que se le antoja hermosa, con una actividad literaria muy particular, y con mucho empuje en el universo editorial, que además le resulta inspiradora porque está escribiendo una voluminosa novela, que superará las mil doscientas páginas. Por tanto, tiene previsto dividirla en dos partes. Su intención es publicar la primera parte en marzo de 2016 y la segunda parte de cara a la primavera de 2017. Una obra, en su opinión, muy leonesa, harto berciana y ancaresa, ambientada en los años setenta, cuyo título será 'El sobrino del cura', que cuenta la historia de un maestro de escuela, peculiar en su comportamiento y modo de enseñanza, que choca con las viejas, caducas y trasnochadas estructuras del régimen, al tiempo que se ve envuelto en una trama de intriga.

Entrevista breve a Alfredo E. Fuertes

“Vive y deja vivir”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

Muchos, muchos... pero por citar uno solo: 'En el día de hoy' del escritor leonés Jesús Torbado.

Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida).

Gabriel García Márquez.

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).

Paso palabra.

Un rasgo que defina tu personalidad.

No lo sé, puede que... el afán de superación. Mejor lo dejo para que otros lo hagan por mí, seguramente que con más objetividad.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

Muchas, pero sobre todo que sea honesta con ella misma, no con los demás que sería algo más discutible y siempre subjetivo.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

Paso palabra.

¿Qué es lo que más te divierte en la vida?

Dependiendo de las etapas y la edad, que marca mucho, ahora con 62 años sin duda alguna lo que más me divierte y me apasiona es mi familia y mis amigos.

¿Por qué escribes?

Porque me distrae, me lo paso genial, soy capaz de meterme dentro de los personajes, incluso de los malvados, y eso me permite vivir varias vidas a la vez que me enriquece como persona.

¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

No, pienso que no, con los años tu formación no depende de unos pocos caracteres pero, qué duda cabe, que todo forma parte de la escuela de la vida.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

Mi propia experiencia personal, mis vivencias, mis recuerdos y mis lecturas. Todo eso y mucho más...

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

No, de momento no, aunque nunca se sabe.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

Con mucho gusto: “Vive y deja vivir”.