Mateo Díez: “Al que no lee se le da un best seller con kilo y medio de papel”

luis mateo díez

Thais Lozano/EFE

En una entrevista con Efe, Mateo Díez (Villablino, León 1942) considera que de un best seller “nunca sale un lector”, sino alguien que “se complace con lo que le han vendido”, por eso hay que darle una gran cantidad de papel ya que, “cómo no va a leer más que un libro, con eso lo han saciado de por vida”.

El escritor y académico hace esta reflexión en el ámbito de la presentación de su último libro, “Fábulas del sentimiento” (Alfaguara), en el que une doce relatos cortos que define como “una especie de homenaje” a la serie de Novelas Ejemplares que Miguel de Cervantes escribió entre 1590 y 1612.

A Mateo Díez le ha llevado doce años escribir las doce novelas que integran este libro, cuya finalización coincide además con el cuarto centenario de la publicación de las del creador de Don Quijote en 1613.

De sus novelas dice que son “historias con un cierto tono de fábulas morales” que cuentan ejemplos de vida de muchos personajes, sus avatares y sus sentimientos, características que dejan ver cierto rastro de la ejemplaridad cervantina.

“Cervantes decía que de todas sus novelas se podía sacar algún provecho; de las ”Fábulas del sentimiento“ se podrían sacar muchas sugerencias de lo que la vida tiene de secreto, de misterioso y en situaciones y tramas muy variadas”, añade.

Define la obra como una “comedia humana compiladora de todo lo que es nuestra condición” y aconseja su lectura a quienes sufran de “enfermedades en el alma”, ya que en sus personajes pueden encontrar ejemplos de secretos que muchos ciudadanos tienen dentro, en su parte “más honda y más incomunicable” y que “ni siquiera saben explicar”.

“La literatura y el arte en general son curativos, crean esa posibilidad de ayuda. No hay nada mejor en la vida que todo lo que nos ayuda a conocernos a nosotros mismos y el reflejo de lo que somos en los demás”, agrega.

De sus fábulas dice que engloban relatos que auspician muchas sugerencias, pensamientos y cierta filosofía de la vida, por lo que “no se quedan en la estricta historia”, sino que están enriquecidas con “muchas reflexiones” que derivan de la propia trama.

Además de lograr sanar esas “enfermedades del alma”, Mateo Díez sugiere a los ciudadanos que “rearmen su conciencia” y pongan “voluntad” en “dejar de ser manipulables”, porque “se puede ser frágil” por tener “melancolía” o “el corazón perdido en cosas buenas”, pero “una cosa es ser frágil y otra manipulable”, asegura.

“Corren tiempos en los que hay que fortalecerse para que los engaños no nos perjudiquen” -advierte- puesto que “somos más frágiles de lo que pensamos y estamos gobernados por listillos que, con frecuencia, nos toman el pelo de una forma miserable”.

Mateo Díez lamenta por último que esta realidad “ayude tan poco” al ser humano, que califica como “el bicho más frágil de los que existen en el universo”, a salir del mundo en el que vive, “lleno de frustraciones, de anhelos incumplidos, de ambiciones que no puede lograr y, sobre todo, del desconocimiento de sí mismo”

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