Julio Llamazares, sobre la 'España Despreciada': “Si seguimos hablando en lugar de actuar, el enfermo se muere”
El escritor leonés Julio Llamazares ha asegurado este martes sobre la España Vaciada y el proceso de despoblación del mundo rural que “hablando no se cambian las cosas porque está todo dicho ya”, y se ha mostrado convencido de que son los políticos a quienes corresponde, dentro de sus posibilidades, hacer frente a esta problemática.
Llamazares, que prefiere llamar a la España Vaciada la 'España Despreciada', ha hecho esta afirmación durante la presentación de una exposición en la Diputación de Huesca, ilustrada por Antonio Santos, que profundiza en el mundo de soledad y silencio de La lluvia amarilla, en la que su protagonista, el último habitante de la aldea de Ainielle, asume la desaparición de su pueblo frente al empuje de las ciudades.
Ha explicado que cuando el escritor y periodista Sergio del Molino publicó La España vacía, el título de su obra centró un debate que posteriormente saltó a los medios de comunicación, algo positivo ya que, a su juicio, “si un tema no lo cuenta la prensa, no existe”.
“El problema lo empezamos a plantear los escritores o los músicos pero no somos nosotros los que podemos cambiar las cosas, y si seguimos hablando en lugar de actuar, el enfermo se muere”, ha añadido Llamazares, que se ha mostrado pesimista ante el cambio de modelo de vida que supuso la emigración desde los pueblos a las grandes ciudades.
Una situación, ha añadido, favorecida por la incorporación del coche, que ha provocado que la gente prefiera vivir en las ciudades, incluso entre una parte de los profesionales del campo que optan por asentarse en las urbes y desplazarse puntualmente a su trabajo en el medio rural.
“Arrastramos un prejuicio de desprecio hacia el campo porque no solo nos hicieron sentir que éramos de segunda categoría sino que nuestros propios padres nos decían que estudiáramos y nos fuéramos del pueblo”, ha apuntado el escritor.
Un prejuicio, ha añadido, que se ha trasladado al lenguaje de los políticos al optar por referirse a la población como ciudadanos en lugar de españoles, quizá para “no molestar” a los independentistas vascos y catalanes.
Un concepto que etimológicamente, ha dicho, se refiere a la 'persona que vive en una ciudad' y cuyo uso se generalizó a partir del expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero.
Llamazares ha asegurado que para abordar un problema enquistado en el tiempo como el de la España Vaciada hace falta, en primer lugar, un “cambio de mentalidad”, pero también de modelos político y económico e, incluso, también antropológico.