Juan Carlos Vázquez: “Periodismo y literatura son dos hermanos tan parecidos que a veces pueden ser uno mismo”

Juan Carlos Vázquez

Manuel Cuenya

Ganador del prestigioso premio de novela Felipe Trigo por su obra 'Los nombres de los barcos', el periodista y narrador Juan Carlos Vázquez se siente entusiasmado porque, además, el libro lo ha editado el Grupo Planeta a través de la Fundación José Manuel Lara, lo cual le supondrá un gran lanzamiento. Un galardón que también consiguiera la periodista y narradora leonesa Noemí Sabugal con su novela 'Al acecho'. Y a quien le hemos dedicado fragua literaria.

“Ya es mucho más de lo que me podía esperar. A partir de aquí, todo lo que llegue, bienvenido sea. A veces me pregunto si este premio puede hacer más fácil que se edite una próxima novela mía, pero la verdad es que no lo sé. Este mundo es aún nuevo para mí”, afirma con humildad Vázquez, conocido en el ámbito periodístico como redactor de 'Diario de León', donde trabajó durante varios años.

En los últimos tiempos viene desarrollando su labor en la dirección de comunicaciones de 'El Corte Inglés'. Con lo cual estamos ante un veterano periodista y comunicador, que le ha permitido, de forma natural, trasladar su aprendizaje, su entrenamiento en las letras, al mundo de la novela. Algo por lo demás que resulta habitual en tantos y tantas periodistas.

No olvidemos que gran parte de la literatura, de la buena literatura que se ha hecho en este, y aun en otros países, ha sido (sigue siendo, incluso en la actualidad) a través de los periódicos. Tanto es así que el propio Vázquez reconoce que “periodismo y literatura son dos hermanos tan parecidos que a veces pueden ser uno mismo, y muchos autores que para mí son referentes así lo demuestran, como los escritores-periodistas Hemingway, Gabriel García Márquez, Umberto Eco, Tom Wolfe o la reciente premio Nobel Svetlana Alexievich, a la que he descubierto hace solo unos años; en muchas obras de todos ellos, y de otros muchos, literatura y periodismo no se pueden decantar”.

Y en este mismo sentido, cree que el periodismo le ha dado como narrador un entrenamiento para mirar el mundo que le rodea y el hábito y el gusto por escribir, “aunque es cierto que escribir una novela es muy distinto a redactar reportajes o entrevistas. He necesitado un aprendizaje”, nos aclara este autor nacido en la vecina y hermana tierra astur, que llegó, siendo aún muy niño, a León. “Aunque la cercanía siempre me ha permitido mantener el contacto con mis raíces asturianas, mi sitio siempre ha sido León. Aquí he crecido, aquí me he formado, aquí he creado mi familia y aquí he desarrollado toda mi vida profesional”. En todo caso, se siente tanto asturiano como leonés. Y el mar, en concreto el mar de su Asturias natal, ha ejercido, ejerce una gran influencia, desde que lo viera por primera vez siendo un niño, en su forma de ser y estar, que es lo que nos muestra en su ópera prima, escrita con una prosa sencilla y cercana, con un lenguaje que se aproxima al cinematográfico, una novela a través de cuyas páginas podemos embarcarnos en una intrépida aventura sintiendo los olores del mar, sintiendo todo ese mundo sensorial propio de los navegantes.

Aunque la cercanía siempre me ha permitido mantener el contacto con mis raíces asturianas, mi sitio siempre ha sido León

Calificada por su creador como “una road movie por mar”, esta obra comienza en la plaza de Neptuno de la capital de España para luego adentrarse en el mar, en concreto en el Mediterráneo: Barcelona, Malta, Sicilia, Mallorca, Cerdeña, además del mar de su tierra natal, aunque no aparezca de un modo explícito.

“Los viajes, el mar y la navegación son la aventura, y la aventura es la vuelta a la juventud, un territorio de la vida al que todos querríamos volver, y con más frecuencia a medida que cumplimos años. Recuperar la juventud es la gran utopía, y como toda utopía, sólo es posible a través de la literatura o de los sueños”.

Por eso Juan Carlos, que es navegante y por ende un apasionado del mar, de los viajes -por supuesto de los viajes en barco-, ha querido llevar sus propias experiencias a su novela de aventuras, aunque se trate de una ficción, incluso de una obra que parte de una trama policiaca, con el robo de dos cuadros del Museo Thyssen, dos célebres marinas 'La señal de peligro', de Winslow Homer, y 'Martha McKeen', de Edward Hopper, “pero eso es sólo una disculpa para que la narración se haga a la mar. No es una novela negra; si acaso azul marino. Mi primer objetivo al escribirla era que los grandes protagonistas fueran la mar y los barcos. Los tres barcos sobre cuyos rumbos se teje la trama, el 'Argon', el 'Bernard' y el 'Sniper' son los grandes protagonistas de esta novela”, explica este apasionado de las grandes novelas de aventuras, como las de Conrad, Jack London o Stevenson, aunque también le gustan las historias crudas, casi bestias, en su opinión, de los americanos de la generación Beat como Burroughs o el realismo sucio de Bukowski. O las de algún español “como Galdós o Ignacio Aldecoa y su magnífica 'Gran sol'”.

Cuenta el periodista y narrador bembibrense Carlos Fidalgo (autor entre otros libros de 'Tierra adentro y otros cuentos de naufragios', a quien también le hemos dedicado fragua literaria, a propósito de 'Los nombre de los barcos', de Vázquez), que es “una historia de misterio y marineros, con el aroma de los relatos de Robert Louis Stevenson, escritor de piratas y bucaneros, de naufragios y barcos saqueados; en la estela de Joseph Conrad, que escuchó los latidos de la oscuridad, y a la sombra de Jack London, narrador de todo lo que tiene de salvaje la naturaleza”.

En cuanto al periodismo, Juan Carlos reivindica a los periodistas locales como sus mayores, porque han hecho su trabajo, según él, lejos del estrellato y a veces heroicamente. “Recuerdo por ejemplo a los corresponsales en las cuencas mineras cuando tenían que mojarse en situaciones duras que los enfrentaban con muchos de sus vecinos, y aun así lo hacían. No se me ocurre una forma mejor de hacer periodismo. Citaré a José Luis Vega, corresponsal de 'Diario de León' en Villablino en los años 90 en representación de otros muchos”, apunta Vázquez, cuyo próximo proyecto será precisamente una novela ambientada en las cuencas mineras, “en lo que fue el trabajo en las minas de carbón”, pues sus años como periodista le permitieron –asegura–, descubrir lo que ocurría a cuatrocientos metros de profundidad. Y le sorprendió muchísimo, pese a que él había nacido y vivido justo encima, junto al castillete del pozo.

Más allá de la creación me asombran aventuras tan valientes como las de las editoriales Rimpego, Eolas o Lobo Sapiens, o iniciativas como el Ágora de la Poesía. Todas ellas demuestran que León está muy vivo, al menos culturalmente, y eso es algo que nos debe animar al optimismo

“Me gustaría reflejar el modo de vida de los mineros, que era el modo de vida de una gran parte de esta tierra y que ya desaparece definitivamente”, apostilla Vázquez, convencido de que León siempre ha sido una gran cantera literaria. “Y lo sigue siendo”. Le llama la atención las razones por las cuales en León existe mucha más gente que en otros lugares con inquietud por contar algo... y también por editarlo o darlo a conocer.

“Podría citar desde grandes firmas consolidadas como Aparicio, Luis Mateo, Pereira, Gamoneda, el recientemente desaparecido Jesús Torbado, hasta otros que ya pisan fuerte en un momento muy difícil como el actual, como Luis Artigue o los también periodistas Noemí Sabugal y Carlos Fidalgo. Pero más allá de la creación me asombran aventuras tan valientes como las de las editoriales Rimpego, Eolas o Lobo Sapiens, o iniciativas como el Ágora de la Poesía. Todas ellas demuestran que León está muy vivo, al menos culturalmente, y eso es algo que nos debe animar al optimismo”, concluye con una chispa de esperanza.

Entrevista breve a Juan Carlos Vázquez

“El periodismo me ha demostrado que la imaginación casi nunca puede superar a la vida, al menos la mía”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

'Gran sol', de Ignacio Aldecoa.

Un personaje imprescindible en la literatura (o una persona en la vida).

Max Estrella. Cuando ya no entiendo nada, releo 'Luces de bohemia'.

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).

'Cristo versus Arizona', de Camilo José Cela.

Un rasgo que defina tu personalidad.

Intento ser escéptico. Las verdades absolutas me asustan, salvo para las matemáticas.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

La honestidad.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

Las dos son un sindiós.

¿Qué es lo que más te divierte en la vida?

Ver jugar a un niño.

¿Por qué escribes?

Me lo pide el cuerpo.

¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

A veces pongo un párrafo en Facebook sin contextualizarlo para ver los comentarios que suscita, pero poco más, la verdad.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

Siempre aprovecho hechos de la realidad, aunque luego los adapte o los adorne; el periodismo me ha demostrado que la imaginación casi nunca puede superar a la vida, al menos la mía.

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

La verdad es que no. Sigo mucho la actualidad que, como te digo, es la mejor fuente de historias que existe.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

De la vida ninguno vamos a salir vivo, así que hay que darle a las cosas la importancia justa.

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