‘Everest’, el poemario con el que la joven leonesa Sandra Barrientos ha hecho cumbre en la montaña de la salud mental

Sandra Barrientos posa con su libro 'Everest'.

César Fernández

Everest no tiene piedad con los débiles.

Sandra Barrientos tiene 18 años y cursa primero de Periodismo en Madrid. Su sueño era publicar un libro. “He cumplido muchos objetivos, pero el principal es estar viva”, confiesa sin ambages esta joven leonesa. Ha capeado una enfermedad mental utilizando los versos como muleta. Y ahora se siente fuerte. “No tanto por publicar”, matiza, “como por tener ganas de hacerlo”. 'Everest', cima icónica para los montañeros que se mueven entre 'ochomiles', es el resultado: un poemario convertido en terapia contra la depresión.

'Everest' guarda en un título muchos simbolismos. La montaña es “tranquilidad, silencio y paz” desde niña para Sandra Barrientos, que se refugiaba en Las Lomas cuando el año pasado, cursando 2º de Bachillerato, se sentía a punto de subir una rampa y elegir su futuro. La enfermedad mental “también es como una montaña”. “Tiene subidas y bajadas”, cuenta. Ella tocó fondo, superó luego los momentos de dificultad y ha hecho cumbre. Y así 'Everest' se ha convertido en un “reto personal” cumplido.

Mi enemigo es más fuerte que yo.

La vida se le empezó a poner cuesta arriba cuando la depresión se fue apoderando de su ser. La pandemia le puso frente al espejo. Ahí, sin escapatoria posible, afloraron las preguntas. “Me obligó a pensar y profundizar en por qué estaba triste. Y a raíz de ahí fui consciente de que tenía un problema”, relata. Su psicólogo le recetó poner negro sobre blanco sus pensamientos y sentimientos con escritos e ilustraciones. Sin ser todavía consciente de ello, aquel “cuaderno chapucero” en el que hacía sus anotaciones sería el germen de su primer poemario.

Sandra Barrientos ha elegido la poesía para publicar su primer libro con apenas 18 años de edad: Es el medio por el que yo, escuchando a otros, he sentido más cosas

El salto que convirtió aquellos apuntes en los que apenas se enlazaban un par de versos en poemas llegó cuando empezó la carrera en Madrid y se sumó al grupo de poesía 'La Colmena' de la Residencia de Estudiantes. Sandra escribe desde niña, sobre todo en prosa. Los últimos tres años también ha explorado la poesía. “Es el medio por el que yo, escuchando a otros, he sentido más cosas”, afirma sin obviar que va a contracorriente de una generación acostumbrada a canalizar sus emociones a través fundamentalmente de las redes sociales.

“Hoy todo es instantáneo. Tenemos que ser productivos y hay poco tiempo para pensar”, analiza la joven autora leonesa, para la que el proceso de escritura de 'Everest' ha tenido mucho de terapéutico: “Fue como aprendí a conocerme y a vivir con depresión. Y a descubrir que estar triste no es malo, lo que me sirvió para perdonarme a mí misma”. Sandra Barrientos, que había “perdido la chispa”, encontró la “empatía” que buscaba en el grupo de lectura de la Residencia de Estudiantes. Estaba a punto de llegar a la cima.

Sigo escalando hasta que la montaña decida tumbarme. / Su voluntad es la mía y ya solo queda esperar

La leonesa sube la montaña consciente de hacer un viaje compartido. “La sociedad ha avanzado. Y mi generación ha normalizado el hecho de ir al psicólogo”, señala en primera instancia. ¿Pero la enfermedad mental sigue siendo un tema tabú? “No es un tabú en sí porque se habla de ello. Pero sí son tabú todavía las consecuencias: las autolesiones, el suicidio... Todavía tenemos miedo a hablar de ello. Y cuanto más se habla, yo me siento más comprendida y menos sola”, responde.

Mi generación ha normalizado el hecho de ir al psicólogo. La salud mental ya no es un tabú. Pero sí lo son todavía las consecuencias: las autolesiones, el suicidio...

'Everest' también ha sido una manera de volver a andar las etapas de su camino vital: “Primero la negación de la enfermedad; segundo, los atisbos de mejora; tercero, aprender a perdonar, a mí misma sobre todo, y volver a encontrarme con la niña interior; y cuarto, ahora, convivir con una nube negra”. El resultado es la publicación de una obra con una primera tirada de cien ejemplares en preventa y que en breve llegará a las librerías con la idea de que pueda estar en aquellas de León que visitaba la autora.

La poesía ha envuelto en metáforas sus problemas hasta allanarle un camino que ya tiene fijadas sus próximas metas: hacer prácticas en medios de comunicación y seguir escribiendo. “Quizá”, precisa, “ahora elija la prosa porque me va a permitir profundizar más”. Sandra Barrientos, que sabe bien que la línea recta no es siempre el camino más corto, ya se valió de los versos para dar un rodeo hasta coronar la montaña más alta.

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