Antonio Colinas destaca el valor de la “contemplación” al ser investido honoris causa por la Universidad de Salamanca

Antonio Colinas, nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Salamanca.

Cristina García Casado / EFE

El poeta leonés Antonio Colinas, premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y premio Nacional de Literatura, ha sido investido este lunes como doctor honoris causa por la Universidad de Salamanca (USAL), junto a la física irlandesa Margaret Murnane.

Colinas (La Bañeza, León, 1946) recibió el máximo galardón de poesía en lengua española en 2016 y el premio español de literatura en 1982, unos reconocimientos a los que se suma ahora la máxima distinción académica conferida por la USAL.

La ceremonia se ha celebrado con la solemnidad y la tradición características en el paraninfo de las Escuelas Mayores, con el acompañamiento del coro universitario y la representación institucional de la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, y el consejero de Cultura, Gonzalo Santonja.

Se había anunciado en un primer momento por parte de la Universidad la asistencia del presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, pero finalmente no ha asistido.

Barcones, en unas breves declaraciones a los medios antes de comenzar el acto, ha celebrado el “orgullo de la tierra” que representa el poeta leonés, quien es muestra, ha dicho, “de que esta tierra es grande y da gente grande”.

En la presentación oficial de Colinas se ha destacado asimismo su universalidad: creció en León pero su vida ha discurrido por Córdoba, Francia, Ibiza y ahora Salamanca, su última residencia.

Antonio Colinas es un escritor de vocación y de profesión, uno de los autores españoles con más obra publicada y más extensa, que se ha desempeñado como crítico literario, traductor, ensayista, novelista y, sobre todo, poeta.

Pronta defensa del medio natural

El poeta leonés es un referente en la defensa de los valores del humanismo y destaca por su pronta defensa del medio natural, al que estuvo vinculado desde pequeño.

Se le ha honrado este lunes por su “sentido de universalidad y su independencia intelectual”, con una amplia obra traducida en Hispanoamérica, el entorno Mediterráneo y los países orientales.

“En principio fue una voz que sentía en su interior; no sabía que aquella voz y música que sentía era un don”, ha descrito Colinas su vocación temprana durante su solemne discurso tras ser investido honoris causa.

El valor de la contemplación

El autor ha hecho un agradecimiento especial a su esposa e hijos por “su comprensión” hacia su trabajo “de más de cincuenta años no exento de pruebas y de muchas dificultades, pero que hoy y aquí se ve tan especialmente recompensado”.

Para Colinas, la “contemplación” ha sido el elemento clave que le ha acompañado en su “largo viaje en el tiempo” hacia sí mismo y que le ha permitido “tornar en poesía una voz que no se oía, pero que se sentía en el interior”.

La contemplación que Fray Luis de León, otro poeta y profesor de la Universidad de Salamanca, “había reconocido como un ponerse en sintonía o armonía con el borrascoso mundo”.

El literato ha cerrado su intervención con un agradecimiento a la USAL y su ofrecimiento para contribuir a que “estas aulas sigan siendo espacio de cultura viva, desde aquí propagada y aquí eternizada”.

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